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DIPLORAMA 83

Si él pierde, no vamos a ser generosos con Argentina

Donald Trump sobre las elecciones legislativas argentinas

Edición N° 83

Antes de comenzar la nueva edición de DIPLORAMA, queremos contarte algo. Durante estos días vieron nuestros afiches sobre el Día del Internacionalista, que por primera vez vamos a celebrar este 24 de octubre en la Ciudad de Mendoza, Argentina.

Fueron semanas intensas de trabajo, en las que nos reunimos con el sector público, el privado y organizaciones de la sociedad civil. Hoy sentimos una enorme alegría: en menos de 48 horas completamos los cupos, una muestra clara de la fuerza y el compromiso de esta comunidad.

Diplomacia Activa nació hace siete años para impulsar el estudio y el debate sobre las relaciones internacionales, pero también para crear espacios de encuentro: para que quienes amamos entender el mundo podamos compartir ideas, cooperar y construir, desde nuestras diferencias, una disciplina más fuerte.

Este Día del Internacionalista será el primero de muchos que celebraremos juntos. Porque cuando fortalecemos los lazos, cuando trabajamos en red, somos más fuertes.

Juntos mantenemos al mundo atento.


 El plan árabe para reconstruir Gaza

Santiago Leiva

La ciudad egipcia de Sharm El-Sheij se convirtió en el escenario del que muchos esperan que sea el principio del fin de la guerra en Gaza. La apuesta conjunta del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, y su par egipcio, Abdel Fattah al-Sisi, logró convocar una cumbre con más de 20 líderes que respaldaron el establecimiento de un plan de paz duradero para la Franja de Gaza. La ceremonia desplegó un sinfín de gestos simbólicos propios del teatro político: alfombras rojas, discursos, fotografías con firmas y una abundancia de aplausos. Pero detrás de la escena, la pregunta política se hacía cada vez más evidente: ¿cuánto de paz y cuánto de orden hay en la hoja de ruta diseñada por actores externos al territorio palestino?

El núcleo de la cumbre giró en torno a dos pilares esenciales: por un lado, legitimar una paz duradera que excluya tanto a la Autoridad Nacional Palestina como a la organización terrorista Hamás de cualquier forma de gobernanza transitoria; por otro, establecer un gobierno tecnocrático supervisado por actores regionales, bajo tutela internacional y con inversiones millonarias como garantía. Sin las dos partes beligerantes en Gaza sobre el escenario, la cumbre cedió protagonismo a los mediadores. Si bien la Autoridad Palestina ansía una solución, resulta un atropello a la soberanía que se la excluya del control de su propio territorio. Incluso si esta “paz sin soberanía” llegase a consolidarse como parte del futuro palestino, queda por verse si podrá garantizar una reconstrucción condicionada, pero efectiva.

La paz de Trump enfrenta, además, un desafío mayor que la reconstrucción inmediata: su propia legitimidad, al menos hasta las próximas elecciones. Más allá del ritual diplomático y los titulares, el éxito del plan dependerá de la voluntad real de los actores regionales implicados. Por ahora, la reciente liberación de los últimos rehenes en Gaza y de presos palestinos en Israel parece señalar un comienzo en la dirección correcta. Mientras tanto, el mundo celebra un “nuevo amanecer” en Gaza, y la población civil espera saber si podrá reconstruirse con identidad propia o será, una vez más, un laboratorio de control extranjero.

Mientras observamos el desarrollo de la paz en la franja de Gaza, te recomendamos lo siguiente para seguir atentos: 


Crisis de gobernabilidad y caos político en Perú

Luka Santiago Cuellar

El período que está viviendo Perú ya se considera como el de peor inestabilidad política en la historia moderna del país. El sistema político peruano se encuentra al borde del colapso institucional frente a la erosión de la democracia y a una fuerte crisis de representación del pueblo peruano para con los dirigentes del país. 

Durante la semana del 10 de octubre, el Congreso destituyó a la entonces presidenta Dina Boluarte tras una votación que contó con amplio respaldo bajo el fundamento de la «permanente incapacidad moral» de la mandataria para hacer frente al crecimiento del crimen organizado en el país. En su lugar asumió el hasta ese momento Presidente del Congreso, José Jerí, quien, pese a estar denunciado por abuso sexual, fue habilitado por la justicia peruana para ejercer su cargo, un gesto que muchos interpretan como una muestra más de la impunidad institucional que atraviesa al país. Desde 2021, el ambiente político vive un ciclo creciente de protestas y violencia, con alrededor de 100 muertes registradas hasta la fecha. La imagen positiva de Boluarte ha disminuido en las últimas semanas quedando casi nula, alrededor del 3%, afectada por una ola de escándalos de corrupción y por los altos índices de inseguridad registrados durante su período, factores que terminaron de profundizar la crisis política y la desconfianza ciudadana hacia las instituciones.

A esta situación se suma una profunda fragmentación partidaria y la ausencia de liderazgos sólidos capaces de articular un proyecto nacional que devuelva estabilidad al país. El sistema democrático se encuentra debilitado y se ha convertido en un símbolo de la fragilidad institucional latinoamericana.

El panorama frente a la destitución de Boluarte es incierto. Jerí asumió lo que resta del mandato con una legitimidad frágil debido a las denuncias que tiene en su historial y con un discurso en contra del crimen organizado, similar al de Bukele, pero que carece de credibilidad por parte de los ciudadanos. Si bien las elecciones generales están previstas para el 2026, distintos sectores exigen un adelanto de la fecha ante la desconfianza del Congreso. Mientras tanto, la situación de la expresidenta continúa agravándose, ya que no puede dejar el país y se encuentra imputada por diversas causas relacionadas a la corrupción y la mala gestión durante su gobierno. En definitiva, la situación no es más que un reflejo de la inestabilidad democrática e institucional que azota al país desde hace décadas, con presidentes que no duran un mandato y causas judiciales que quedan archivadas. En este escenario, el reto no solo será restaurar el orden político y social, sino también reconstruir la legitimidad y la credibilidad del Estado.

Para saber más, te compartimos las siguientes recomendaciones: 


¿Todo para Milei y nada para Argentina?

Vale Terranova

La Libertad Avanza se juega este próximo 26 de octubre mucho más que una elección legislativa: pone en riesgo la mitad de la Cámara de Diputados y un tercio del Senado. Su triunfo o su derrota determinarán el pulso de los próximos años de gobierno, pero además abrirán —o cerrarán— el paso a una nueva era Trump-Milei.

El pasado martes, Donald Trump se reunió con su par argentino en la Casa Blanca. Previamente, le había ofrecido al mandatario un salvavidas de US$20.000 millones en concepto de canje de divisas. Ahora, ese rescate se ve condicionado por los resultados de las elecciones legislativas del próximo domingo, donde, según especialistas, Milei no debería conseguir menos del 35% de los votos.

A más de dos años del inicio de su mandato —ese que comenzó como una epopeya en las escalinatas frente al edificio del Congreso Nacional—, el gobierno de Milei ha sabido darle un batacazo al déficit fiscal y a la inflación. Sin embargo, hoy el panorama ya no es heroico exactamente y la tensión política se vive tanto interna como externamente.

“Si pierde las elecciones, no vamos a ser generosos con Argentina”, declaró Trump en una conferencia de prensa junto a Milei. La condición para una amistad duradera es clara: todo para Milei, nada para la Argentina. “Si gana, vamos a ser de mucha ayuda, y si no gana, no vamos a perder nuestro tiempo”, insistió Trump.

El ajuste y la recesión dejan al gobierno de Milei bajo un brillo opaco, de manera que su gestión difícilmente pueda reponerse de una derrota el próximo domingo, y no lo dice solo la Casa Blanca. 

Te invitamos a leer el siguiente contenido de cara a las elecciones legislativas:


Diplomacia Financiera

La diplomacia financiera es el uso del dinero como herramienta de política exterior. No se trata solo de préstamos o sanciones, sino del poder de condicionar decisiones soberanas mediante flujos de capital, acceso a crédito o respaldo institucional. En un mundo donde la diplomacia tradicional se expresa con palabras y tratados, la diplomacia financiera lo hace con tasas de interés, bonos y líneas de crédito.

El apoyo de Donald Trump a Javier Milei es un ejemplo reciente de esta práctica. Detrás de la retórica libertaria y la afinidad ideológica, subyace un mensaje de alineación económica como puente diplomático. La promesa de facilitar el acceso de Argentina a financiamiento internacional, a través del FMI o de capitales privados estadounidenses, funciona como una herramienta de influencia geopolítica. Washington no necesita bases militares para consolidar su presencia; basta con dominar los circuitos financieros que determinan la estabilidad de los gobiernos.

Desde el Plan Marshall hasta los swaps de divisas chinos, la diplomacia financiera ha moldeado alianzas, rescates y dependencias. En tiempos de inflación global y dolarización simbólica, el crédito se convierte en una forma moderna de reconocimiento político. Quien controla la liquidez, define los márgenes de soberanía.

El caso Milei-Trump demuestra que el dinero sigue siendo el idioma más eficaz de la política internacional. En el tablero global, los acuerdos se firman con discursos, pero se sellan con transferencias.


¿Llegaste hasta acá? ¡Gracias! En Diplomacia Activa respetamos la pluralidad de ideas, comprendiendo que el diálogo es la herramienta para encontrar puntos de conexión y construcción frente a las diferencias. Con este espíritu, aportamos a la libertad, la paz, la justicia y las instituciones sólidas. Apóyanos

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