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La economía argentina dio positivo

El COVID-19 arrasa con nuestro sistema económico y sanitario y el gran dilema que se plantea se encuentra entre ambos. ¿Se prioriza la salud o la economía?

Ilustración: Luis Tinoco. El País

“El arte de la Economía consiste en considerar los efectos más remotos de cualquier acto o política y no meramente sus consecuencias inmediatas; en calcular las repercusiones de tal política no sobre un grupo, sino sobre todos los sectores.”

Henry Hazlitt

La economía argentina dio positivo al “coronacrisis”, está infectada aunque el lector dirá “pero si siempre lo estuvo”, y sí… pero ahora se agudizó nuestra “enfermedad”. Podríamos decir que la Argentina se encuentra en terapia intensiva. Veníamos con una economía desgastada, un gran déficit fiscal y ahora una pandemia!!!… Claramente era lo que nos faltaba. Intentábamos salir de una gran crisis y recesión con la esperanza de superar estos inconvenientes, con un cambio de gobierno en el que muchos argentinos apostaron por un futuro mejor y todos nuestros sueños, metas y objetivos para este año se detuvieron.

El Fondo Monetario Internacional pronosticó una recuperación parcial en 2021 si se logra una reapertura en el segundo semestre de este año, como afirmó la directora gerente del organismo financiero Kristalina Georgieva, “algunos emergentes enfrentan un ‘gran riesgo». La directora explicó que tienen menos recursos, con sistemas de salud más débiles y están peligrosamente expuestos a perturbaciones de la demanda y de la oferta, con un «drástico endurecimiento de las condiciones financieras».

Se estima que el 80% de la actividad económica a nivel mundial está paralizada. Acá se plantea el gran dilema al que deben hacer frente los gobiernos, ¿salud o economía? Esta dicotomía ha sido puesta sobre la mesa por políticos y expertos en la materia, así como también muy discutida, generando una nueva grieta a nivel global y nacional. Así se puede apreciar las medidas tomadas por el actual presidente Alberto Fernández de subordinar la economía a la salud y, por otro lado, al ex presidente Mauricio Macri aconsejando al dirigente actual que evite tomar medidas drásticas que paralicen la economía.

Como afirmó José Luis Espert, economista y ex candidato a presidente, “no hay salud si no hay economía”. Estamos ante la presencia de un mundo colapsado en el sistema de la salud, tenemos a una economía muy enferma que se ha abandonado y se ha elegido salvar a la salud en detrimento de nuestra economía. Esto traerá graves consecuencias a largo plazo, sin embargo ya se están dando algunas de ellas.

Se estima que una de las mayores preocupaciones en la población argentina encuestada es su economía personal, ya que su capacidad de ahorro se está deteriorando y no llegan a sostener esta situación por mucho más tiempo si la cuarentena se sigue extendiendo. Entonces el gran interrogante en este momento es ¿qué se debe hacer? Hasta ahora no se ha llegado a una solución efectiva, pero lo cierto es que tenemos al sector privado en llamas tratando de sobrevivir y a un sector informal de la economía averiado. Si estas personas que conforman ambos sectores no cuentan con ingresos ni con ahorros suficientes como para subsistir en este período, no van a poder acceder a los servicios básicos, a los alimentos y medicamentos que necesitan, y esto lleva a que empeore su estado de salud. Por lo tanto, debe haber un equilibrio ya que la economía y la salud van de la mano y no dar prioridad a uno sobre el otro. Si se prolonga el aislamiento obligatorio, ¿cómo sigue esto? Hay gente que no va a tener para comer, miles de pymes tendrán que cerrar dejando a muchas familias desempleadas y habrá un aumento de la pobreza, llegando este a un récord histórico.

El sector privado es el motor de la economía en nuestro país que ya venía de años anteriores intentando subsistir de a poco y ahora se encuentra desamparado ante esta situación. Si bien a lo que apuntan las medidas del gobierno es a otorgarle un respiro por medio de la accesibilidad a créditos más flexibles para hacer frente a sus responsabilidades, estas pequeñas empresas vienen acumulando deudas que crecen exponencialmente a la par de la disminución de sus ingresos; incluso aquellas que se encuentran dentro de las que tienen permitido abrir al público venden un porcentaje mucho menor. Y ni mencionar aquél sector que ha sido olvidado y perjudicado, la economía informal. Un vendedor ambulante, por ejemplo, vive de la ganancia del día para subsistir y quizás no tuvo la posibilidad de ahorrar debido a que sus escasos ingresos no se lo permiten.

Ilustración: Alfredo Sabat

Se esperan meses muy duros para la economía nacional e internacional y la recuperación va a ser paulatina. La mayoría de los argentinos dicen “esta ya la vivimos”, pero la verdad es que hoy la incertidumbre es mayor que nunca. Día a día las circunstancias cambian tanto en el país como en el mundo y debemos ir adaptándonos a ellos.

Hoy encontramos gran dificultad para proyectar hacia el futuro ya que el día de mañana se presenta imprevisible: nuestros seres queridos pueden ya no estar,  una pyme puede cerrar sus puertas, miles de personas pueden quedar desempleadas y no olvidemos a los miles de argentinos que se encuentran varados en el mundo. Estamos ante una situación compleja y el discurso de ser solidarios debe ser aplicado a todos los ciudadanos. Es hora de dejar de lado la ideología política, quién tiene mayor poder adquisitivo, quién cuenta con mayor patrimonio, entre otras cuestiones; de dejar de dar un discurso de solidaridad y en cambio ser solidarios, porque no la habrá si un sector se beneficia sobre otro o en detrimento de otro. Ahora se viene el frío y esto se complica aún más, por lo tanto se debe liberar la actividad económica con las medidas necesarias para evitar que esto altere la curva de contagios de manera drástica.

Un hecho a destacar es que «Todo Eco» , empresa mendocina que normalmente confecciona bolsas de tela, ante la mencionada crisis por el avance del virus empezó a fabricar barbijos como alternativa de negocios. Entonces nos preguntamos, ¿será que hay que buscar otras alternativas y apuntar a la creatividad para ingeniárselas y rebuscárselas? A veces en época de crisis surgen los mejores emprendimientos y las mejores ideas, o ¿habrá que reorientar nuestras empresas hacia otro tipo de actividad? Tiempos difíciles se acercan y hay que reflexionar acerca de estas cuestiones y cómo se sale de la misma.


Opinión

Natacha Alejandra González (Argentina) | Lic. en Relaciones Internacionales (UC)

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