DIPLORAMA 74
«Nuestro país está interesado en poner fin a la situación pero necesitamos una solución sostenible que erradique las raíces del conflicto, para que se aseguren todos los intereses de Rusia y se restaure el balance de fuerzas en Europa y en todo el mundo».
Vladimir Putin
«Creo que hemos tenido una reunión muy productiva, hemos coincidido en muchos, muchos puntos. Hay un par de cuestiones importantes en las que no hemos llegado a un acuerdo, una probablemente sea la más importante. Pero tenemos muy buenas posibilidades de lograrlo.»
Donald Trump
Edición N° 74
La historia es, al fin y al cabo, una cadena de momentos clave. Y esta semana es una de esas que quedarán marcadas como hitos en la historia moderna. La historia aguarda, y el curso de los acontecimientos marcará si el madatario estadounidense merece realmente el Nobel de la Paz o si, finalmente, se convierte en la version moderna (y naranja) de la «Paz para nuestro tiempo» de Neville Chamberlain.
El Abrazo del Oso
María Candela Molina




Alaska fue elegida como sede de la cumbre bilateral entre Donald Trump y Vladimir Putin. Los mandatarios se reunieron el pasado viernes con la finalidad de negociar el cese de las hostilidades en el territorio ucraniano. Al menos, esa es la meta que dice perseguir el mandatario estadounidense, quien advirtió a su par ruso sobre las consecuencias de no alcanzar una tregua y expresó su intención de celebrar una segunda reunión que incluya al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski. No obstante, los líderes europeos temen que el trasfondo de la reunión sea un acercamiento estratégico entre Washington y Moscú y que la pérdida de soberanía ucraniana sea el precio para asegurarlo.
¿Qué tan impredecible será Trump en esta ocasión? Algunos analistas han determinado que el deseo de Trump de forjar una relación estrecha con Putin tiene que ver con el poder y los instintos autoritarios compartidos. El nuevo estilo de acción diplomática parece centrarse en resolver los problemas del mundo entre los líderes de las tres grandes potencias: él mismo, Putin y el presidente de China, Xi Jinping.
Desde Europa, las sospechas en torno a la persecución de intereses estadounidenses bajo el manto altruista de la paz no resultan infundadas. La coalición de voluntarios insiste en que las fronteras internacionales no pueden alterarse por la fuerza y que la seguridad europea debe ser garantizada. En este sentido, el canciller alemán, Friedrich Merz, expresó que las negociaciones deben ser parte de una estrategia transatlántica única.
Así, esta cumbre puede dar impulso a una nueva forma de ordenamiento mundial anárquica, guiada por la acumulación de poder y el uso de la fuerza. Sin dudas, una vuelta a los postulados realistas. En palabras de Kenneth Waltz: “Lo único que realmente puede garantizar la seguridad de un Estado es su propio poder.”
La pregunta es si Trump estará dispuesto a cooperar con sus antiguos aliados europeos o si cederá a la tentación de satisfacer sus propios intereses, a través una diplomacia basada en la personalidad en donde ocupe el centro del espectáculo.
- Putin faces ‘very severe consequences’ if no Ukraine truce agreed, Trump says | Ukraine | The Guardian
- Cumbre Trump-Putin: Europa sin voz en su vecindario | Diplomacia Activa
- La cumbre en Alaska será una prueba de la relación entre Trump y Putin | The New York Times
Nuevo Episodio: ¿Qué harías? – Hiroshima y Nagasaki
El Mar ‘Gringo’ Meridional
Santiago Leiva

El Mar Meridional de China vuelve a convertirse en el foco que el globo entero apunta con sus ojos. Esta estratégica vía marítima, accesible por el Estrecho de Malacca al sur, o por las costas de Filipinas y China al Este y Oeste respectivamente, hoy registra nuevas tensiones: desde interceptaciones aéreas hasta maniobras navales agresivas. Es en este tablero, en donde los Estados limítrofes —y otros no tanto— despliegan sus cartas militares mientras reclaman una porción sobre las rutas que concentran billones de Dólares en comercio anual.
Esta semana, semejante al juego del gato y el ratón, la República Popular China redobló su apuesta militar en relación a la presencia filipina que disputa gran parte del reclamo chino sobre el mar en cuestión. Un caza chino interceptó a un avión de la guardia costera filipina con periodistas a bordo. Paralelamente, la colisión entre un destructor naval chino y un barco de la guardia costera ocurrió mientras ambos perseguían una unidad filipina cercana a la zona. Ante este escenario, Washington respondió enviando dos buques de guerra —el USS Higgins y el USS Cincinnati— en una operación de «libertad de navegación» a pocos kilómetros del islote.
Se trata de zonas donde se superponen múltiples reclamos territoriales, y la disuasión militar es parte de la cotidianidad. Estos movimientos, sin embargo, sólo elevan el riesgo de un mal cálculo, y que se termine de quebrantar el derecho marítimo internacional.
Es innegable que mucho más que maniobras militares, lo que está en juego es el equilibrio de poder en el Indo-pacífico. Solo es cuestión de tiempo para que el globo logre ver un desenlace de injerencia regional mediante la Asociación de Naciones del Sudeste Asiatico, o una injerencia global con actores lejanos asentando un precedente en lo que puede ser llamado ¨la militarización del Mar Meridional Chino¨.
¿Cómo seguirá la cuestión de la ¨delimitación a la fuerza¨ por parte de China? Mientras esperamos a esa respuesta, te recomendamos la siguiente información para seguir investigando.
La estrellita del Conicet llegó a los medios internacionales
Valentina Terranova
Langostas, pulpos, estrellas de mar, esponjas, pepinos de mar, medusas bioluminiscentes y peces telescopios. La Argentina entera quedó en vilo frente a la transmisión del fondo del Atlántico realizada por el Conicet. Ver estos inéditos animales vagoneando por el cañón de Mar del Plata jamás antes pudo pensarse tan revolucionario.
Durante dos semanas, miles de argentinos siguieron pegados a la pantalla con cara de curiosidad; a otros, el algoritmo los atrapó tanto que, durante días y noches, descubrir cómo lucía el océano a 3.900 metros de profundidad se volvió una obsesión. Incluso gatos y perros parecían hipnotizados.
La expedición fue llevada a cabo por el organismo de ciencia argentino Conicet, junto a la ONG estadounidense Schmidt Ocean Institute, que proveyó un robot digno de película. La transmisión superó los 70.000 espectadores simultáneos, convirtiéndose en el streaming más visto del país. Y aunque nadie lo esperaba, las imágenes cruzaron fronteras, llegando a medios como The New York Times y The Times.
Lo que para muchos fue un emocionante viaje a terrenos desconocidos del océano, para el presidente Javier Milei fue un revés. Desde su asunción, su postura frente a la ciencia —y particularmente al Conicet— ha sido de repudio, descrédito y desfinanciación. Este accionar forma parte de su plan de ajuste y recortes al Estado, dejando a cientos de investigadores sin trabajo. Aunque su política le dio frutos en otros frentes, hoy lo expone al mundo como villano.
Científicos y espectadores se emocionaron frente a tal despliegue submarino y tecnológico. “Gracias por el apoyo”, podía leerse en un pequeño cartel en el ”fondo de bikini”. Entre la ilusión de que Patricio Estrella de la serie animada Bob Esponja es argentino y de que somos nuevamente “los mejores del mundo”, Milei deberá replantearse a quiénes considera y trata como enemigos: difamar a una batatita marina puede colocarlo como el malo de la película.
Si te interesa este tema, te invitamos a leer los siguientes artículos:
- Transmisión en vivo a 3.900 metros de profundidad: en colaboración con el Schmidt Ocean Institute, investigadores del CONICET realizan la expedición “Underwater Oases of Mar Del Plata Canyon: Talud Continental IV”
- La estrella de mar, el presidente de Argentina y el frenesí submarino | The New York Times
- How a livestream of deep-sea oddities has captivated Argentina | The Times
Diplomacia científica
La reciente expedición del CONICET al Cañón Submarino de Mar del Plata, transmitida en vivo desde casi 4.000 metros de profundidad, no solo reveló organismos y paisajes jamás vistos. También ofreció un ejemplo tangible de diplomacia científica —nuestro diploconcepto de la semana—, la cual se entiende como el uso de la investigación y la cooperación internacional para fortalecer vínculos entre países y proyectar influencia.
En esta misión, Argentina colaboró con el Schmidt Ocean Institute de Estados Unidos, integrando un equipo multidisciplinario que compartió datos, tecnología y capacidades. La exploración no se limitó a la ciencia pura, sino que reforzó la presencia argentina en el Atlántico Sur, aportó evidencia sobre su biodiversidad y generó un relato compartido de descubrimiento que traspasó fronteras.
La diplomacia científica se nutre de gestos como este: abrir laboratorios —o en este caso, robots submarinos— al mundo; formar redes de investigadores de distintas nacionalidades; y mostrar que el conocimiento puede ser un lenguaje común en un escenario global a menudo marcado por tensiones.
Más allá de la fascinación por ver corales milenarios en streaming, el valor diplomático radica en cómo estas expediciones fortalecen la reputación de un país como socio confiable y líder en investigación. En un tiempo en que los mares son cada vez más objeto de disputa, sumergirse juntos también es una forma de tender puentes.
¿Estamos aprovechando plenamente la ciencia como herramienta para construir confianza y cooperación internacional, o seguimos viéndola como un ámbito aislado de la política exterior?

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