DIPLORAMA 31
N°31
«Es importante recordarle al expresidente que no está compitiendo contra Joe Biden, está compitiendo contra mí».
Kamala Harris
«Están comiendose a los perros, los gatos, las mascotas de las personas que viven allí».
Donald Trump
Todos hemos escuchado que «la ONU no sirve para nada» ó «¿Para qué sirve la ONU?». Y seamos realistas, ¿quién no se lo ha preguntado alguna vez?. Ahora bien, en esta nueva edición de DIPLORAMA conversamos sobre el «¿para qué?» de las Naciones Unidas en el contexto actual, a días de que todos los líderes globales desfilen por Nueva York.
También, nos preguntamos qué retos enfrenta México con la nueva reforma judicial y qué está pasando en Sudamérica con los incendios. Y no nos olvidemos de Argentina, el presidente libertario presentará el presupuesto de 2025 en un momento en el que las calles están al rojo vivo.
En fin, demasiadas preguntas. Pero antes de que te demos algunas respuestas, nos gustaría saber:
La encrucijada reformista
Por Marko Sal
La reforma al Poder Judicial en México ya es una realidad. Aprobada en las Cámaras de Diputados y Senadores, y respaldada por más de los 17 Congresos estatales necesarios para su publicación en el Diario Oficial de la Federación, esta reforma representa un cambio profundo en el sistema judicial del país. En términos generales, permitirá la elección de jueces, magistrados y ministros por voto popular, reemplazará al Consejo de la Judicatura Federal (CJF) por un Tribunal de Disciplina Judicial cuyas decisiones serán inapelables, y establecerá plazos definidos para la resolución de casos penales, civiles y fiscales, entre otros ajustes.
¿Es este el final del camino? Aunque los cambios constitucionales ya se han consolidado, aún se requieren reformas a las leyes secundarias para materializar este nuevo poder judicial. Idealmente, estas leyes, que se diseñaran durante la administración de Claudia Sheinbaum, deberían establecer los límites necesarios para garantizar la selección idónea de jueces, magistrados y ministros, aclarar las competencias del nuevo Tribunal de Disciplina Judicial, y recuperar el principio de carrera judicial como requisito para formar parte del sistema de justicia. La formulación efectiva de estas normas reglamentarias dependerá tanto de la capacidad de la oposición para participar de manera constructiva en el debate como de la disposición del oficialismo para negociar. De no ser constructivos, malas proposiciones en estas «letras pequeñas» podrían ser riesgosas para el sistema judicial.
Por otro lado, la discusión de la reforma judicial en el Senado reveló actitudes preocupantes tanto en la coalición oficialista como en la oposición fragmentada. La postura de Morena y sus aliados quedó patente en las palabras de AMLO tras la reforma: “En política siempre hay que optar entre inconvenientes, es buscar el equilibrio entre la eficacia y los principios”. Esta declaración alude a la obtención del voto del senador del PAN, Miguel Ángel Yunes Márquez, mediante potenciales presiones políticas, subrayando la erosión de la retórica moralista del movimiento obradorista en favor de un enfoque más pragmático para lograr sus objetivos. En contraste, la oposición mostró una urgente necesidad de renovación. Las figuras actuales arrastran un pasado cuestionable y son susceptibles a influencias políticas que podrían doblegar sus posturas.
Los días restantes de septiembre serán cruciales, marcados por una tensión que reflejará el pulso del clima político. AMLO ha anunciado que, antes de que Claudia Sheinbaum asuma la presidencia el 1 de octubre, y en medio de reclamos e intentos de impugnación por parte de la oposición, se anticipa la aprobación de la mayoría de las reformas constitucionales incluidas en el llamado “Plan C”. La próxima gran reforma en la agenda, programada para su discusión la semana siguiente, será la incorporación de la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional, un cambio que podría llevar a la militarización de la seguridad pública en el país.
¿Será mucho pedir que la razón se posicione sobre las pasiones en las próximas discusiones legislativas?


¿La ONU sigue siendo relevante en el mundo actual?
Por Axel Olivares
El mes de septiembre recibe nuevamente el periodo de sesiones número 79 de la Asamblea General de las Naciones Unidas. Como todos los años las autoridades de todos y cada uno de los países del mundo se reúnen para debatir y ofrecer sugerencias acerca de cómo superar los problemas que atañen a la población mundial. Para esta oportunidad, se nombró al ex primer ministro de Camerún, Philemon Yang, como el nuevo presidente de la Asamblea General.
Si bien el nuevo líder de la Asamblea aboga por la cooperación internacional para enfrentar los desafíos globales, el escenario actual parece necesitar mucho más. La escalada de violencia en Medio Oriente como el avance de los tanques rusos en Ucrania parecen no tener una solución que pueda provenir ni siquiera de la organización más grande del mundo. Si a esto se les suman los retos que impone la inteligencia artificial y el cambio climático, la organización que nuclea a todas las naciones del mundo tiene mucho por hacer. En este sentido, la ONU debe cargar también con el peso de los cuestionamientos.
A pesar de contar con una vasta legitimidad desde su fundación, en la actualidad, la ONU enfrenta el ascenso de los nacionalismos en varios países del mundo orquestados por partidos extremistas. Aunque siempre existieron sectores de esta tendencia, se puede observar un gran escepticismo por parte de estos bloques hacia lo foráneo como, por ejemplo, la Organización de Naciones Unidas. Más allá de los cuestionamientos a la eficacia de la entidad, hoy la pregunta que surge a medida que se resquebraja la globalización que caracterizó a las relaciones internacionales en la última mitad de siglo es: una organización como la ONU, ¿sigue siendo relevante?
¿Querés saber más? ¡Te invitamos a leer nuestro nuevo artículo!
IMAGEN DE LA SEMANA

Arde America
Por Valentina Terranova
Incendios forestales azotan Bolivia, Argentina, Paraguay, Brasil y Estados Unidos en simultáneo. Hace tiempo que esta problemática demuestra que desde América a Oceanía no estamos preparados para hacerles frente, y aún peor, tampoco para prevenirlos. ¿Qué hace de este asunto un asunto sin fronteras?
El sonido de un bosque, selva o campo arrasado por el fuego, el cielo negro y el humo que no deja ver. Los incendios forestales en Sudamérica han alcanzado niveles críticos, afectando más de 4 millones de hectáreas. Por su lado en el Oeste de Estados Unidos el fuego ha arrasado cientos de miles de hectáreas en Nevada, Idaho, Oregón y California. ¿El factor común? Fuego fuera de control en medio de una ola de calor y ráfagas de viento. Las sequías suelen ser la principal causa de esta catástrofe cada vez más recurrente, acompañada de temperaturas extremas produce una fórmula letal. Los estudios sobre cambio climático no son alentadores, por el contrario aseguran que las inundaciones, temperaturas extremas, sequías y enfermedades serán cada vez más críticas.
Ahora bien, frente a esta catástrofe ambiental cada gobierno sortea su propia suerte. En Brasil y Argentina principalmente, grupos ambientalistas han cuestionado la reacción de los gobiernos, remarcando que no se cuenta con el equipamiento y personal necesario para combatir el fuego y afirmando que es necesaria una perspectiva con políticas y leyes que propongan mayores controles a la deforestación y agricultura. Argentina, se destaca en la región por la corrupción con la que maneja sus bosques, selvas, manglares y pastizales. Durante 2023 en el norte del país se perdieron 126.149 hectáreas de bosques nativos. De tal desmonte, en la Provincia del Chaco el 100% es ilegal.
Reflejo de esto, son los incendios sufridos en Corrientes en 2022, donde se vieron afectadas un millón de hectáreas, en su mayoría esteros, humedales donde habita la mayor biodiversidad de Sudamérica. En aquella ocasión un joven influencer argentino hizo de superhéroe al conseguir desde camiones hidrantes a mangueras, evidenciando la ineficiencia del gobierno. La humanidad se enfrenta a un enorme desafío, pero cada país trazará su propia historia.


¿Un hito en la historia económica argentina?
Por Sol Sanchez
Este domingo, el presidente argentino Javier Milei presentará el plan económico 2025 en el Congreso de la Nación. El timing de la presentación no es casual, en una primera instancia, el mandatario busca maximizar la audiencia, transformando lo que suele ser una presentación técnica en un evento de alto impacto mediático. Dicho en otras palabras, Milei quiere competir con el capítulo que tenes pendiente de tu serie. Con respecto al plan, algunas de sus promesas suenan cliché para algunos de nosotros, pero podemos encontrar remarcados diferenciales ¿Qué se sabe del proyecto hasta ahora?
El primer plan económico que Milei ha denominado «liberal» contempla, además del tan esperado equilibrio fiscal para 2024 y 2025, una inflación interanual por debajo del 127% para diciembre de este año y un tipo de cambio de $1.016, según datos oficiales. Esto implicaría un aumento mensual de precios que no superaría el 3,9% y una depreciación del peso del 2% mensual hasta finales de 2025. El tipo de cambio oficial, actualmente en $978, se ajustaría de forma gradual con un incremento promedio del 2% mensual, una estrategia que busca controlar la inflación mediante un ajuste pausado del dólar.
El Gobierno también afirma que el valor del dólar financiero debería converger con el oficial, aunque en la actualidad esto no se ha materializado. En cuanto a las cuentas fiscales, el plan prevé mantener un superávit tanto primario como financiero, evitando la toma de nuevos préstamos, con la intención de cumplir con los compromisos de deuda. Sin embargo, el Gobierno sigue buscando financiamiento externo para refinanciar los vencimientos futuros.
La verdadera cuestión será cómo el Congreso argentino recibe el plan, ya que históricamente actuó como un contrapeso a los presidentes que traen este tipo de propuestas. El éxito de las medidas dependerá no solo de la capacidad de cumplir con las metas fiscales, sino también de la habilidad de Milei para gestionar las presiones políticas internas y las expectativas de los actores internacionales. ¿El discursó del primer presidente liberal libertario o el capítulo de tu serie? Esa es la cuestión.

DIPLOCONCEPTO
Podemos agradecer a Milei por el concepto de esta semana ¿a qué nos referimos cuando hablamos de economía liberal?
El liberalismo económico, en el ámbito de las relaciones internacionales, es una corriente que defiende la apertura de mercados, el libre comercio y la reducción del papel del Estado en la economía. Busca maximizar la eficiencia y el crecimiento mediante la competencia. Este enfoque se basa en las ideas clásicas de economistas como Adam Smith, quien propuso la famosa «mano invisible» del mercado, y David Ricardo, con su teoría de la ventaja comparativa. Según esta perspectiva, los países deberían especializarse en producir aquellos bienes donde tienen mayor eficiencia, promoviendo así el comercio global y el beneficio mutuo.
En nuestros días, las ideas de Bastiat se aplicarían a debates como la guerra comercial entre Estados Unidos y China o el resurgimiento de políticas proteccionistas en varias partes del mundo. Bastiat argumentaría que estas políticas, aunque presentadas como necesarias para proteger empleos locales o industrias clave, realmente resultan en una pérdida de oportunidades económicas y bienestar a largo plazo. En cambio, su defensa del libre comercio sería relevante en el marco de acuerdos globales como la Organización Mundial del Comercio (OMC), donde la eliminación de barreras comerciales sigue siendo un pilar para fomentar la cooperación internacional y el crecimiento económico.

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