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Mercosur en tensión

Por Julián Resentera Ficcardi

Uruguay está decidido a avanzar hacia un Tratado de Libre Comercio con China en solitario y sin la actuación en conjunto con del bloque. Ese fue el puntapié de profundas grietas y debates dentro de los países latinoamericanos.

El gigante asiático se ha convertido en el principal socio comercial de los uruguayos, pero estos no están dispuestos a debilitar sus lazos comerciales y políticos con los demás miembros del Mercosur.

Ya se han concretado reuniones entre el director general para América Latina de la cancillería china y el ministro de Exteriores de Uruguay con el fin de avanzar en materia de libre comercio de mercaderías y otro para que China pueda comprar granos y carne de forma directa y a precios competitivos. De esta forma, Beijing busca posicionarse en la región como la principal potencia comercial capaz de desplazar a los Estados Unidos o Europa y expandir su influencia en el resto del hemisferio.

La idea original era que Uruguay, uno de los países más pequeños de Sudamérica, actuara como la “puerta de entrada” para el Gran Dragón, interesado también en sumar a Brasil o Argentina en su iniciativa de libre comercio. Hace poco tiempo atrás el Gobierno comunista aseguraba que su país «estaba abierto a la cooperación tanto con el bloque en su conjunto como con cada país miembro de forma bilateral».

Sin embargo, la cancillería China sorprendió a muchos cuando hace tan solo pocas semanas atrás comunicó su interés en  negociar con el bloque entero y no sólo con Uruguay, lo cual desató sentimientos encontrados entre los países miembros del Mercosur. Distintas Fuentes diplomáticas de los estados sudamericanos señalaron que China manifestó a los gobiernos de Brasil, Argentina y Paraguay su interés por un acuerdo único con el bloque y no bilaterales.


De esta forma saltan distintas posturas y criterios a seguir en materia económica para el Mercosur. Por un lado se encuentra la postura de Uruguay, país que viene apostando hace años a un aperturismo comercial, quien no tiene dudas que menores aranceles facilitarán el crecimiento económico. Por otro lado, el Gobierno de Argentina teme que China acapare sus mercados con productos baratos, debilitando de esta manera la industria local.

También hay que tener en cuenta que Argentina utiliza las retenciones y aranceles como herramientas de política económica, por tanto el tratado que propone Uruguay podría debilitar el poder de maniobra y  autodeterminación de aranceles con el cual Argentina ha financiado sus sucesivos déficits presupuestarios.

La gran pregunta que muchos se hacen, es ¿Qué pasará? ¿Se logrará llegar a un entendimiento en común entre China y el Mercosur o procederán los países a negociar de forma bilateral?

Para poder dar claridad acerca de qué es lo que podemos esperar hay que ver qué tipo de discusión liderará Uruguay finalmente y qué capacidad tenga de convencer a sus vecinos, en especial a los gigantes de Brasil y Argentina. En los próximos días veremos cómo avanzan las negociaciones y qué acuerdos en común logren pactar los miembros del bloque.


Según expresó Lacalle Pou, el acuerdo con China se trata de una «causa nacional» y lo hará con o sin el Mercosur a su lado.

Teniendo en cuenta el presunto apoyo de Brasil al gobierno de Lacalle Pou, el gobierno uruguayo ha manifestado que Brasil mantiene una postura mediadora, sosteniendo la idea de acompañar a Argentina para que las negociaciones partan desde el interior del bloque y no de forma unánime.

Si luego no se concreta el acuerdo de libre comercio ya sea por las diferencias políticas de Brasil o por la reticencia por parte de argentina, el avance de las negociaciones dependerá de los intereses diplomáticos de Brasil, quien actúa de forma diferente cuando se tratan de asuntos internos del Mercado único que cuando se trata de asuntos que van más allá del bloque y que involucran a potencias militares como China e Inda en un mundo industrializado y globalizado.

Precisamente, Brasil dejó solo a su vecino Uruguay con su jugada política rupturista. De hecho, propuso comenzar conversaciones y relaciones comerciales entre el Mercosur e India, el cual es uno de los grandes enemigos de China debido a problemas en la delimitación de sus fronteras.

El gobierno de Brasil argumentó que: “De parte del Gobierno central no hay una posición en particular. Es claro que la República Oriental del Uruguay es un país soberano, el cual puede tomar la decisión que le parezca más conveniente en materia comercial. Uruguay puede celebrar un acuerno bilateral con China por afuera del Mercosur o puede intentar negociarlo en conjunto con el Mercosur. La normativa que rige al Mercosur es muy clara, los acuerdos se hacen en bloque, no de forma unánime”.


Por último el gobierno también añadió: “Uruguay ha propuesto este rumbo en materia económica desde hace ya un tiempo, la idea es aumentar e impulsar los acuerdos comerciales con otros países. Nosotros hemos dicho que estamos de acuerdo en impulsar nuevos esquemas de tratados entre Mercosur y otros mercados internacionales. Hay que avanzar con mucho cuidado porque esto genera impactos internos y está claro que la economía de Uruguay, es muy diferente a la del gigante Brasilero, o a la de Argentina. Hay heterogeneidades productivas que se pueden discutir”.

Así las cosas, quedará esperar la respuesta conjunta por parte de los miembros del Mercosur y de China, y así poder continuar con los debates en cuanto a las diferentes oportunidades de libre comercio que se puedan dar para Sudamérica, lo que puede significar un gran impulso económico para la región.


Julián Resentera Ficcardi (Argentina): Licenciado en Economía, Universidad Nacional de Cuyo.

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