Todo el poder para Massa
Por Julián Resentera Ficcardi
A menos de un mes de que Alberto Fernández nombrara a Silvina Batakis como ministra de Economía de Argentina, la crisis interna se la llevó puesta y se produjo un cambio que afecta a todo el gabinete.

Se designó un nuevo “superministerio” de economía a cargo de Sergio Massa, quien estará a cargo de los antiguos Ministerios de Economía, Producción y Agricultura y tendrá en sus manos la negociación con los organismos internacionales de crédito.
La crisis comenzó a gestarse en Washington, cuando la ex ministra de Economía se reunió con los representantes del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial. Batakis aseguró tanto a los organismos internacionales como a los mercados de crédito que contaba con el apoyo político de toda la coalición gobernante. Las palabras de Batakis lograron tranquilizar un poco a los mercados, sin embargo pocos creyeron que la ex ministra contaba con un apoyo unánime. Un par de horas después ya se hablaba de su posible renuncia.
A pesar de que el presidente Alberto Fernández hace tan solo un par de días antes del encuentro de Batakis con el Fondo Monetario Internacional aseguró a los gritos que no le iban a torcer el brazo, la remodelación en el plano político se llevó por delante a otros miembros del gobierno. Entre ellos se encuentra Gustavo Béliz, a cargo de la Secretaría de Asuntos Estratégicos y al ministro de Agricultura, Julián Domínguez entre otros. De esta forma abandonan el cargo algunos de los últimos integrantes del círculo de confianza de Alberto Fernández, mientras se asegura la permanencia e incorporación de todos aquellos que responden a los intereses de la vicepresidenta, Cristina Kirchner.
El cambio en el gabinete deja en evidencia la desesperación del gobierno ante una situación que cada vez es más alarmante. En lo que va del año, el peso argentino se devaluó en más de un 50% frente al dólar y la inflación del primer semestre alcanzó el 36,2% -la más alta en las tres últimas décadas-, superando las expectativas inflacionarias que se tenían a principio de año.
Argentina está pagando las consecuencias de las políticas laxas en materia monetaria y de las políticas expansionistas del gasto público aplicadas en los últimos meses. Además hay que sumarle la agravante crisis política que no hace más que asustar a los mercados. La lucha de poder entre Alberto y Cristina genera un contexto de incertidumbre económica en donde es imposible prever que sucederá en los próximos meses. Sin embargo hay quienes creen que Massa podría actuar como una figura mediadora y de esta forma trasmitir más confianza a los mercados y al público en general. Por otro lado, la oposición tampoco ha presentado un plan concreto para aliviar a los mercados.
Algunos analistas, entre ellos Nicolas Dujovne advierten que el país podría experimentar una hiperinflación a finales de 2022, con cifras cercanas a las de 1989. Quienes sostienen la idea sobre una posible hiperinflación se basan en ciertas cifras y valores similares a los que tuvo el gobierno de Alfonsín en sus últimos meses de mandato. Entre ellos se encuentran las tensiones políticas contra la gobernabilidad, creciente emisión de deuda e incertidumbre en relación al plan económico. En cambio, otros desestiman el riesgo de una hiper y argumentan que el comportamiento de los precios es previsible, entre ellos se encuentra la portavoz del ejecutivo nacional Gabriela Cerruti.
En este caos económico y político que atraviesa el país lo más urgente es presentar un plan económico creíble y sostenible, el cual debe ser ejecutado por alguien que cuente con mayor apoyo político del que contaba Batakis.
Sergio Massa es la tercera pata de la coalición gobernante, siendo las otras dos el kirchnerismo (encabezado por la vicepresidenta Cristina Kirchner y su hijo Máximo Kirchner) y el peronismo tradicional. En este nuevo esquema político, el actual presidente Alberto Fernández, sin poder político alguno es cada vez más una mera figura decorativa, totalmente degradada tanto dentro como fuera de su partido. Con esta reconfiguración de gobierno, el presidente pasa a ser, en la práctica, el número 3 dentro de la coalición gobernante.
Es de público conocimiento que una de las grandes aspiraciones de Massa es ser presidente. Este escenario puede ser una oportunidad de encontrar un trampolín para el 2023, aunque la tarea parece ser realmente dura y puede acabar con sus aspiraciones presidenciales. Uno de los grandes interrogantes es qué hará Cristina Kirchner, quien hasta ahora fue el poder real dentro de la política argentina. Massa tiene su propio peso político, a pesar de que muchos lo tilden de ser tibio o panqueque, cosa de la que carecía su antecesora.
El nuevo superministro de Economía tiene buena relación con el establishment político y una supuesta red de contactos tanto nacionales como internacionales, especialmente en Washington y Nueva York. Su nombramiento ya tuvo una considerable reacción favorable en los mercados, con la suba de los bonos en dólares y una baja nada despreciable del riesgo país y del precio del dólar.
Sin embargo no todo será color rosa para el nuevo ministro. Para enfrentar la inminente crisis que enfrenta Argentina tendrá que tomar decisiones e implementar políticas económicas que no serán bien recibidas por todos, ni por parte de la vicepresidenta, ni tampoco para los movimientos sociales que paralizan Buenos Aires pidiendo más planes sociales y subsidios. Ideológicamente, Sergio Massa está en una posición política opuesta al kirchnerismo, aunque su supuesto “pragmatismo” lo haya llevado a configurar alianzas con Cristina.
Nadie puede pensar que volverá a elegir el mismo menú de estos últimos años y parece casi una obviedad que implementará un ajuste importante. La gran duda es qué hará entonces Cristina y sus aliados más cercanos, quienes no aceptan las reglas básicas del sistema capitalista. Quizás se logre imponer la convicción de que esta es la última oportunidad para el kirchnerismo de llegar a las elecciones de 2023 en condiciones mínimamente decorosas.
Julián Resentera Ficcardi (Argentina): Licenciado en Economía, Universidad Nacional de Cuyo.