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La Corte Penal Internacional en acción

La Corte Penal Internacional es el tribunal encargado de tratar los casos más graves en el mundo, como crímenes de guerra, delitos de lesa humanidad o genocidios. La creación de esta Corte, con sede en la Haya, Países Bajos, está considerada un gran paso hacia la internacionalización de los derechos humanos a través de su jurisdicción global. La CPI es un Tribunal sólido y firme que asume un gran papel: la responsabilidad penal internacional.

Para conocer mejor las funciones que tiene la Corte, hay que conocer sus orígenes, composición, competencias, además de algunos ejemplos de casos que propiciaron la necesidad de crear una Corte Penal Internacional, así como juicios que han tenido lugar en la propia Corte. Creada el 17 de julio de 1998 por decisión de la ONU, fueron 120 los Estados que admitieron el Estatuto de Roma, constituyéndose así la Corte Penal Internacional. Actualmente, son 123 los que han ratificado el Estatuto.

En cuanto a la composición de la CPI, atendiendo al artículo 34 del Estatuto de Roma, “La Corte estará compuesta de los órganos siguientes: a) La Presidencia; b) Una Sección de Apelaciones, una sección de Primera Instancia y una Sección de Cuestión Preliminares; c) La Fiscalía; d) La Secretaría.” Además, alrededor de 700 personas de 90 países trabajan para la Corte.

Respecto a las competencias de la CPI, no se exime la responsabilidad penal ni es un motivo de reducción de pena el cargo oficial de una persona sea Jefe de Estado, Gobierno, miembro de un gobierno o parlamento, tal y como recoge el artículo 27 del Estatuto de Roma. Asimismo, los crímenes de competencia de la Corte no prescriben, pudiendo imponer penas máximas de 30 años, o incluso la cadena perpetua. No obstante, nunca se podrá condenar con la muerte.

“Decididos a poner fin a la impunidad de los autores de esos crímenes y a contribuir así a la prevención de nuevos crímenes”.

Estatuto de Roma de la CIP
Jerarcas nazis acusados en los Juicios de Núremberg. Por El Confidencial


Es necesario destacar la importancia de casos como los Juicios de Núremberg en la creación de la Corte Penal Internacional de la Haya, puesto que su surgimiento permite resolver juicios desde una perspectiva que concierne a todo el mundo mediante una jurisdicción penal internacional de carácter permanente, dotada de poder para enjuiciar a los individuos responsables de “los crímenes más graves de trascendencia internacional” (articulo 1, Estatuto de Roma). Sin embargo, pese a que los Juicios de Núremberg tuvieron una transcendencia global, fueron Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y la Unión Soviética los que nombraron a los jueces y moderadores, que también representaban al resto de países perjudicados.

Repasando la historia de los Juicios de Núremberg, cabe destacar que una de las razones por las que se decidió juzgar a los responsables nazis en la Segunda Guerra Mundial en la ciudad de Núremberg, fue debido al simbolismo que significaba para la Alemania Nazi, siendo el lugar donde el partido contaba con mayor público en sus mítines. Por otra parte, fueron 611 personas las acusadas en estos juicios, pese a haber llevado a cabo 4.850 peticiones de procesamientos individuales. Entre los acusados más destacados, encontramos a Herrmann Göring (comandante jefe de la Lutwaffe), Alfred Rosenberg (responsable de los territorios ocupados por Alemania en Europa Oriental), y Albert Speer (ministro de Armamentos y arquitecto), entre otros.

Por otra parte, desde la creación de la Corte Pernal Internacional, han tenido lugar juicios en materia de crímenes de guerra, delitos de lesa humanidad o genocidios. Uno de ellos es el juicio cuyo acusado fue Ratko Mladic, exlíder militar serbio, apodado “el carnicero de los Balcanes”, que fue sentenciado a cadena perpetua, que, tras haber cometido crímenes en Bosnia entre 1992 y 1995, consiguió fugarse durante 16 años, y fue detenido nuevamente en 2011.

Fue uno de los protagonistas de la masacre de Srebrenica, considerado un acto de genocidio, siendo la peor tragedia ocurrida en Europa desde la Segunda Guerra Mundial, además del asedio de Sarajevo y los crímenes de Bosnia. Cabe señalar que Mladic fue, junto al expresidente yugoslavo Slobodan Milosevic y Radovan Karadzic, los principales responsables de la muerte de 100.000 personas y los desplazamientos de más de 2 millones. Hay que destacar que Milosevic falleció en 2006, en una celda de la Haya antes de que finalizara su juicio. En el caso de Karadzic, fue sentenciado a cumplir una sentencia de por vida. 

Otro juicio de renombre que la Corte Penal Internacional juzgó, fue el de Jean-Pierre Bemba, ex-vicepresidente de la República Democrática del Congo y líder militar, sentenciado en 2016 a 18 años de prisión por crímenes de lesa humanidad y de guerra, declarando los jueces que el acusado “sabía lo que estaba ocurriendo en la República Centroafricana, pero no lo evitó”. Sin embargo, en 2018 fue absuelto, señalando el fallo “que no se le puede responsabilizar desde el punto de vista penal de las atrocidades”.

En conclusión, la Corte Penal Internacional fue creada con la necesidad de contar con un tribunal permanente con el que hacer frente a los peores crímenes de la humanidad desde un punto de vista global y no específico, como sí fue el caso de los Juicios de Núremberg, Tokio y los tribunales penales que actuaron en los crímenes de Ruanda y Yugoslavia.


Ángel Monzón Zerpa (España): estudiante de derecho, administración y dirección de empresas, Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.

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