Producimos petróleo, ¿pero a qué costo?
Los hidrocarburos se utilizan para satisfacer las necesidades de nuestra vida cotidiana. Pero, un error en la producción puede provocar desastres medioambientales fatales. ¿Cuál es el costo de producirlo? ¿Qué podemos hacer para mitigar sus efectos?

En la lista de catástrofes medioambientales, producto de la actividad humana, los derrames de hidrocarburos se encuentran entre las más graves y también las más frecuentes.
El petróleo representa una materia prima de gran importancia para la economía global. Por lo general es utilizado como gasolina, principalmente para el transporte automotor. Pero sus usos son mucho más extensos y su presencia es insoslayable en diversos productos para la vida cotidiana. El detergente, los plásticos, cauchos y gomas, las fibras sintéticas, algunas medicinas, los fertilizantes y pesticidas, pinturas, velas, maquillajes y aditivos alimenticios son producidos con hidrocarburos.
Por lo tanto, su extracción y transporte constituye una actividad vital para satisfacer esa demanda. Sin embargo, es durante esos procesos cuando suceden devastadores accidentes de graves consecuencias.
Cuando las personas encargadas del proceso productivo cometen un error, o los equipos se descomponen, a menudo se producen accidentes que generan grandes desastres debido al alto poder contaminante de la mezcla de hidrocarburos. También pueden generarse por desastres naturales (como terremotos o huracanes) o actos deliberados.
En los últimos 50 años se han producido al menos 130 derrames de crudo desde barcos petroleros y plataformas de extracción. En algunos casos esto ha llegado a provocar alteraciones en los ecosistemas marinos y costeros que tardan décadas en recuperarse. Por eso, es fundamental diseñar planes de acción rápidos y en la dirección adecuada, ya que puede haber soluciones alternativas en función de la fuga, el lugar y las condiciones climáticas.
El ecosistema marino: las víctimas principales de la contaminación del petróleo
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Millones de toneladas de hidrocarburos son transportadas al año a través de los mares. Desafortunadamente, las operaciones de carga y descarga en los puertos dan lugar a muchos accidentes. Además, los tanques cisterna utilizan como lastre agua de mar y la regresan contaminada con petróleo, una mala práctica muy habitual.
Otras formas de contaminación provienen de los buquetanques que bombean el petróleo de desecho al mar en forma de desperdicios, y de la perforación de pozos de gas y petróleo en las aguas costeras de las fugas de las tuberías subacuáticas.
Los principales afectados por estos derrames son la flora y la fauna del lugar en el que se produce el accidente. Y si bien no se sabe mucho acerca de los efectos a largo plazo, lo cierto es que los animales acuáticos sufren las consecuencias. Los peces se envenenan al consumir presas contaminadas con el crudo, lo que altera toda la cadena alimenticia, e impactando también en los alimentos que consume el ser humano.
Por otra parte, las manchas de fluidos, que poseen menor densidad que la del agua, se ubican por encima de ella obstruyendo el paso de luz que necesitan las algas para realizar la fotosíntesis. Esto altera de manera importante el ecosistema submarino. Las aves y mamíferos marinos también se ven afectados, ya que se impregnan de petróleo y acaban muriendo intoxicados o por hipotermia al quedar dañada la capa que los protege del frío. El vertido de petróleo también produce daños notables en el paisaje costero, pero su carácter biodegradable permite que buena parte pueda ser retirado.
La mayoría de los ecosistemas marinos expuestos a grandes cantidades de petróleo requieren unos tres años para su recuperación. Sin embargo, los ecosistemas contaminados con petróleo refinado requieren de diez años o más para recuperarse.
Estos son algunos de los accidentes marinos con petróleo más grandes que existieron:
Marea negra en el Golfo Pérsico

Se trata del mayor derrame, producido durante la Guerra del Golfo. Las tropas iraquíes arrasaron cientos de pozos y barcos petroleros provocando el vertido de cerca de 1.800.000 toneladas de crudo. La inmensa marea negra de más de 4.000 km² que se generó causó un profundo impacto en la vida marina y costera de los países de la zona.
La explosión en la plataforma petrolífera semisumergible Deepwater Horizon causó un brutal derrame de más de 750.000 toneladas de crudo en el Golfo de México, además del fallecimiento de once trabajadores. Durante tres meses el pozo estuvo vertiendo petróleo hasta que se logró cerrar. La marea negra afectó a más de 1.500 km de costa del sur de Estados Unidos, perjudicando a unas 8.000 especies, entre aves, peces, tortugas, moluscos, crustáceos y mamíferos marinos.


El Golfo de México sufrió otro dramático derrame de crudo, aunque esta vez fue la costa mexicana la más afectada. Una explosión de alta presión y el posterior reventón en el pozo exploratorio Ixtoc I de la empresa Pemex provocó el vertido de 530.000 toneladas de petróleo durante casi diez meses. Según datos de la propia compañía, la mitad de ese crudo se quemó y otro 16% se evaporó.
¿Cómo se produce la contaminación?
Cuando se vierte petróleo en el mar, la mancha de aceite se extiende en una superficie cada vez mayor hasta llegar a formar una capa muy extensa, de un espesor muy delgado. Se estima que en el transcurso de una hora y media, 1 m³ de petróleo puede llegar a formar una mancha de 100 m de diámetro y 0,1 mm de espesor. Una gran parte del petróleo (sobre el 60%) se evapora.
Mientras el petróleo evaporado se descompone en la atmósfera, una parte del crudo que queda en el agua se disuelve formando una gelatina de agua y aceite que se convierte en bolas de alquitrán densas, semisólidas, con aspecto asfáltico.
Cuando se produce un derrame de petróleo en el mar se desencadenan una serie de procesos bioquímicos en los que el crudo, el agua y las bacterias interaccionan. En el orden en el que se muestran las imágenes, se explicará el proceso contaminante.
- PROPAGACIÓN. Tras el derrame de crudo, el petróleo sube a la superficie del agua y se extiende.
- EVAPORACIÓN. El Sol calienta los elementos más ligeros del petróleo derramado, que se evaporan mientras que el aceite residual, más grueso, permanece en el agua.
- DISPERSIÓN. La acción del agua, el sol y el viento fragmenta el crudo en miles de partículas. Algunas se hunden y otras forman un manto en la superficie.
- DISOLUCIÓN. Entre las partículas fragmentadas del crudo, hay compuestos solubles que se pueden disolver en el agua y evaporarse.
- EMULSIÓN. Las olas mezclan el crudo derramado con el agua del océano. Esto hace que en la superficie se forme una emulsión muy resistente de agua y petróleo.
- OXIDACIÓN. El oxígeno reacciona con los hidrocarburos formando alquitrán a partir de las partículas oxidadas. Otras partículas se disuelven.
- SEDIMENTACIÓN. El crudo se mezcla con sedimentos y puede formar el chapapote que llega a las costas o hundirse en el lecho marino.
- BIODEGRADACIÓN. Algunos microorganismos (algas, hongos, bacterias) se alimentan del crudo y, al cabo del tiempo, los transforman en otras sustancias químicas no contaminantes.
¿Qué podemos hacer para evitar que el derrame dañe el medio ambiente?

Existen diferentes formas y métodos para controlar, mitigar y disminuir al máximo los efectos producidos por estos derrames.
El uso de dispersantes
El dispersante es uno de los métodos de limpieza más utilizados. Los químicos descomponen el petróleo en moléculas más pequeñas, que se dispersan en el océano y eventualmente son degradadas por bacterias y microorganismos naturales en dióxido de carbono y agua.
En los derrames cerca de la costa, donde ocurren la mayoría de los accidentes de barcos, es posible que el producto químico no tenga tiempo de actuar completamente y la mezcla de aceite, solventes y emulsionantes puede terminar penetrando más en el ecosistema.
Recuperar el petróleo por contención y recogida
La recuperación de petróleo usando máquinas es probablemente la forma más rápida de limpiar la mayor parte de un derrame, pero debe ocurrir rápidamente, “antes de que el petróleo se solidifique y se convierta en bolas de alquitrán”.
Las barreras también se utilizan para contener las manchas y evitar que lleguen a la orilla. Pero los camiones cisterna de vacío que aspiran el petróleo derramado también pueden dañar el medio ambiente, ya que eliminan todo, no solo el petróleo. Y ambos sistemas solo son realmente efectivos en condiciones de calma.
Biorremediación
La biorremediación es una innovación más reciente, un método basado en la naturaleza que atrae cada vez más la atención de los ambientalistas. La idea es bombear bacterias que se alimentan de petróleo al océano y a la playa para acelerar el efecto natural de los propios organismos del mar. La biorremediación puede ayudar cuando el petróleo ya está disperso, especialmente en aguas tropicales más cálidas.
Pero las bacterias no son efectivas para degradar los componentes del petróleo como la resina y el asfalteno, y también pueden dañar el ecosistema. Las bacterias consumen oxígeno disuelto que también necesitan otras especies marinas. Se necesita más experimentos antes de “dispersar las bacterias en el océano”.
Incineración
Quemar el petróleo derramado suele ser una forma eficaz de hacerlo desaparecer. En circunstancias óptimas se puede eliminar el 95% del vertido. El principal problema de este método es que produce grandes cantidades de humo negro y gases de efecto invernadero.
Dejar que la naturaleza actúe por sí sola
En los vertidos en medio del océano, o en aquellos en que la limpieza es difícil y poco eficaz, lo mejor es dejar que la acción de las olas, la foto oxidación y otras acciones naturales, acaben solucionando el problema.
Es hora de tomar conciencia ambiental

Sin duda que los derrames de petróleo causan grandes desastres ecológicos, sobre todo si se considera que afectan principalmente a la fauna por contaminación física directa y con efectos a largo plazo sobre la flora que interviene en la cadena alimenticia. Estos efectos son más perjudiciales cuando ocurren cerca de la costa y si se producen en aguas frías, donde el daño producido perdura más en el tiempo.
Después de los derrames de petróleo ocurridos en los años ochenta, se endurecieron las normas de control para el tráfico marítimo de petróleo. Se mejoraron los sistemas de rastreo de buques desde los puertos, se amplió el seguimiento de buques en alta mar, se exigieron certificados de responsabilidad financiera a las compañías encargadas del transporte, seintrodujeron mejoras en el diseño de los cascos, se mejoraron los protocolos de carga y descarga, se aumentaron las inspecciones y se implementaron nuevos planes de contingencia, todo lo cual ha contribuido a una significativa declinación de los derrames de petróleo (Hampton et al., 2003).
Hoy día se ha avanzado en el diseño de los tanques petroleros que navegan los mares de todos los continentes, a tal punto de que disponen de doble pared para retener el petróleo en caso de accidente. Pero, la acción más efectiva contra los derrames y fugas de petróleo es la real toma de conciencia por parte del hombre en la protección de los mares y océanos.
Facundo Monteavaro (Argentina): estudiante de Ingeniería en Petróleo en la Universidad Nacional de Cuyo, Mendoza.
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