¿Qué le depara a la democracia surcoreana?
Por Axel Olivares
La aplicación de la ley marcial dejó al descubierto las fracturas profundas de la democracia surcoreana, marcadas por una polarización feroz y una creciente desconfianza en las instituciones. Mientras el país intenta digerir la crisis, el futuro de su gobernanza se encuentra en un delicado equilibrio entre la restauración del orden democrático y el riesgo de un retroceso institucional.

Para sorpresa de un país que se destaca por una estabilidad institucional a la altura de las democracias más exitosas del mundo, el Gobierno surcoreano de Yoon Suk-yeol tomó un giro inesperado que no solo le costó tal reputación al país, sino también su continuidad en el cargo. Durante la noche del 3 de diciembre, el presidente declaró a través de una cadena nacional la implementación de la “ley marcial de emergencia”, una decisión que no se tomaba desde hace más de 40 años.
«A través de esta ley marcial, reconstruiré y protegeré la libre República de Corea, que está cayendo en las profundidades de la ruina nacional» declaró Yoon, quien además prometió eliminar «las fuerzas antiestatales lo más rápido posible». El mandatario acusó a la oposición de ser una “fuerza norcoreana” que intenta llevar a cabo acciones que paralicen su Gobierno.
Luego de declararse la ley marcial, el comandante a cargo, Park An-su, ordenó inmediatamente cerrar el Parlamento, prohibir todas las actividades políticas y mantener sujeto a control los medios de comunicación. Acto seguido, las tropas del comando militar ingresaron en el complejo de la Asamblea Nacional y sitiaron su ingreso ante la inminente ola de manifestantes que se aglomeró en las inmediaciones del edificio.
Las críticas no tardaron en llegar, incluso desde Poder Popular, el partido oficialista. Han Dong-hoon, líder del partido, calificó la decisión de «incorrecta» y prometió «detenerla». Mientras que la oposición, liderada por Lee Jae-myung, el antiguo adversario de Yoon en las elecciones de 2022, calificó la medida de “ilegal y anticonstitucional”.
Finalmente, pese a la barrera militar, varios diputados ingresaron al recinto para la apertura de una sesión plenaria que logró bloquear la declaración de la Ley Marcial con el aval de 190 de los 300 miembros de la Cámara legislativa. En efecto, luego de seis horas, el Gobierno anunció el retiro de la medida después de una reunión de gabinete.

Fue una noche larga para Corea del Sur. Varios ciudadanos no pudieron evitar rememorar las agitadas movilizaciones que se dieron con la última aplicación de la Ley Marcial en 1980 luego del asesinato del dictador Park Chung Hee, cuando una serie de protestas que buscaba la democracia del país fue reprimida dejando alrededor de 2 mil muertos.
A pesar de que lo peor parece haber pasado, el precipitado hecho que conmocionó al país deja varios interrogantes, entre ellos: ¿Qué sucedió para que el presidente llegara a tomar esa decisión? Así como también ¿Qué sucederá con el destino de la gobernanza de Yoon y el de la democracia surcoreana?
Un leve ascenso, una caída empinada
Con menos del 1%, el líder conservador se consagró ganador de las elecciones de 2022 frente al candidato del Partido Democrático, Lee Jae-myung. Si bien los números no mienten, el estrecho margen a su favor vaticinó una difícil relación con los votantes.
Con una mayoría opositora en el Parlamento, el partido gobernante vio truncadas varias de sus iniciativas, entre ellas el presupuesto 2025. La semana anterior a los incidentes, los diputados de la oposición aprobaron un presupuesto significativamente reducido por medio de un comité parlamentario.
En su discurso, Yoon no pudo eludir su problema con el Parlamento al cual lo acusó de ser “un refugio para delincuentes” como también de ser “una guarida de la dictadura legislativa que pretende paralizar los sistemas judicial y administrativo y anular nuestro orden democrático liberal”.
Asimismo, Yoon no olvida que la oposición intentó destituir a tres fiscales de alto rango, incluido el jefe de la Fiscalía del Distrito Central de Seúl. Los conservadores han descrito esta acción como una represalia por las investigaciones penales relacionadas con Lee Jae-myung, quien se perfila como favorito en las encuestas para las elecciones presidenciales de 2027.

Popularidad de mal en peor
La imagen de Yoon nunca pudo despegar, en parte, por el escándalo que envolvió a su esposa, Kim Keon Hee, quien fue acusada de aceptar un bolso de diseñador de 2,200 dólares como regalo, lo que violó la ley anticorrupción que prohíbe a los funcionarios públicos y sus cónyuges recibir regalos con un valor de más de US$ 750.
Yoon aseguró que se trató de una “trampa política” y rechazó los pedidos de investigaciones independientes sobre los escándalos a su cónyuge y a los funcionarios. Sin embargo, un mes después, el presidente cambió de opinión y se disculpó por la “conducta insensata” de su esposa.
De todos modos, el escándalo tuvo su efecto meses después. Tal como si se tratara del collar de perlas de María Antonieta, el bolso Dior que recibió Kim marcó un sombrío panorama para el oficialismo que fue derrotado en las elecciones parlamentarias en abril de 2024.
Por otro lado, el país se vio conmocionado en 2022 luego de que 150 jóvenes murieran a causa de una estampida durante una fiesta de Halloween en Itaewon. A las pocas horas de producirse la tragedia, Yoon, quien había asumido 5 meses antes, organizó una reunión de emergencia y anunció una investigación sobre la causa del accidente.
No obstante, un año después las familias aseguraron estar insatisfechos con la respuesta del Gobierno, especialmente después de que Yoon bloqueara un proyecto de ley que proponía investigar el incidente. En efecto, el líder surcoreano tiene la mayor valoración negativa de la historia del país con un 74%, según la empresa de sondeos Gallup Korea.

Yoon y su agenda exterior
Corea del Sur tiene la titánica tarea de mantener lazos con dos potencias enfrentadas: Estados Unidos y China. No obstante, Yoon se inclinó más por reforzar su relación con su socio occidental. De hecho, con la victoria de Donald Trump, la oficina del presidente surcoreano aseguró a CNN que Yoon comenzó a practicar golf por primera vez en ocho años para estar preparado para la “diplomacia del golf” con el presidente electo.
Aun así, la piedra angular que ha guiado a la diplomacia surcoreana desde su fundación en 1948 ha sido la constante amenaza de su vecino del norte. Al igual que un Leviatán cuya sombra moldea a la sociedad a través del terror, Corea del Norte siempre fue un tema prioritario en la agenda del Estado surcoreano. Con la constante amenaza de armas nucleares y las recurrentes mini agresiones que se dan en la frontera, ambos países han mantenido una suerte de “paz armada” en la que siempre se encuentra latente un conflicto a gran escala.
Mientras que el antecesor de Yoon, Moon Jae-in, intentó mantener un diálogo con el régimen norcoreano, el actual mandatario optó por una línea más dura prometiendo reforzar el ejército surcoreano ante la amenaza de un ataque desde el norte.
En su discurso para aplicar la ley marcial, a pesar de referirse a la amenaza de Corea del Norte para justificar la aplicación de su decisión, el presidente no citó ningún ataque o intimidación ejercida desde Pyongyang. En su lugar, apuntó contra el Parlamento, controlado en su mayoría por el Partido Democrático, acusándolo de ser afín a las “fuerzas comunistas” norcoreanas.
Si bien la acusación no se refirió a ningún hecho puntual, la alusión no fue casual ya que el Partido Democrático se caracteriza por ser sumamente escéptico con las potencias pro occidentales de la región como Japón, señalado por su pasado colonial en la región. Además, la facción se opuso a proporcionar ayuda militar a Ucrania, mientras que Corea del Norte envió tropas al campo de batalla para colaborar con Rusia.

La negativa al presupuesto parece haber sido la gota que derramó el vaso pero, días previos a la ley marcial, circularon rumores por Seúl sobre posibles protestas callejeras que solicitarían la destitución del mandatario, aunque no se había tomado ninguna medida formal para ello.
Posiblemente, Yoon pensó que podía tomar la delantera y ser quien dé la primera estocada. No obstante, la precipitada decisión de Yoon, de la cual ni siquiera estaba enterado parte del gabinete y de sus aliados al momento de ser anunciada, no solo fue inútil para intentar hacerle frente al Parlamento sino que además puso en jaque la continuidad de su lugar en el cargo, así como también le produjo una herida al equilibrio institucional del país.
Lo peor es que, luego del hecho, los pedidos de su dimisión cobraron aun mayor fuerza. Además, si el presidente no renuncia por su cuenta, el Parlamento puede proceder ahora a solicitar un juicio ante el Tribunal Constitucional. Si Yoon es destituido de su cargo, un presidente interino quedaría al mando provocando una fuerte sacudida en el sistema político surcoreano tal como se lo conoce. Para colmo, el peor escenario para Yoon se haría realidad ya que, de celebrarse nuevas elecciones, el candidato del PD tendría las de ganar.
Podría decirse que la democracia surcoreana contrajo una fuerte enfermedad que la desestabilizó en tan solo un día, pero lo cierto es que el país venía acumulando una serie de infortunios en el ámbito político. La polarización convirtió a los bandos políticos en enemigos irreconciliables, y las frecuentes acusaciones de corrupción a los líderes, entre ellos, los últimos tres presidentes, erosionó la confianza en las instituciones y dificultó la construcción de consensos.
La última experiencia puede ser un punto bisagra para Corea del Sur en donde puede nacer la necesidad de reestablecer la armonía institucional o profundizar la división y la polarización.
Axel Olivares (Argentina): Estudiante de Comunicación Social, Universidad Nacional de Cuyo. Redactor y columnista en Diplomacia Activa.
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