¡Cuidado con la islamofobia!
Siendo noviembre el Mes de Concientización sobre la Islamofobia, reflexionar acerca de los prejuicios generados en torno a quienes practican el Islam es importante para terminar con la discriminación a las comunidades musulmanas.

Como seres humanos tendemos a desarrollar un miedo intenso hacia lo desconocido. Desde que nacemos tenemos muchas fobias y, conforme crecemos, éstas desaparecen sin darnos cuenta. Pero, ¿qué hacer con las aquellas normalizadas? ¿Alguna vez has juzgado a una persona árabe como terrorista? ¿Has asumido que un árabe es por fuerza musulmán? Si respondiste que sí a algunas de estas cuestiones es necesario hablar del tema.
Con objeto del Mes de Concientización sobre la Islamofobia (IAM por sus siglas en inglés), es de gran relevancia reflexionar sobre los prejuicios y estereotipos que existen hacia el Islam. La Islamofobia se define como prejuicio, aversión u odio hacia la Comunidad Musulmana y la religión per se. Esta puede abarcar cualquier distinción, exclusión y discriminación con el propósito de menoscabar el reconocimiento, el disfrute y el ejercicio de sus derechos humanos.
Algunos malentendidos
Empecemos por dejar claro dos conceptos que usualmente son confundidos y erróneamente usados como sinónimos. Los árabes son un grupo étnico y lingüístico cuya característica principal es el uso de la lengua árabe, por lo que nada tiene que ver con la religión sino con la cultura. Por otra parte, el Islam hace referencia a la religión monoteísta cuyo dios es Alá, su profeta Mahoma y su libro sagrado el Corán. A los seguidores de esta religión se les conoce como musulmanes.

Y por si te lo estabas preguntando, ¿existen árabes que no son musulmanes? La respuesta es sí; el hecho de que una persona sea árabe no quiere decir que practique el Islam. Existe una multitud de minorías que profesan otra religión como los judíos o los cristianos. Además, no todas las naciones árabes se ubican en Medio Oriente, como es el caso de Somalia que se encuentra en el Cuerno de África.
Pero, ¡cuidado! No caigas en el error de creer que todos los países de mayoría musulmana son árabes. En Medio Oriente existen países donde se profesa el Islam sin que su población sea árabe, por ejemplo es el caso de Irán y Turquía.
Si prefieres analizar la Islamofobia desde los números, acá hay algunos datos que te pueden ayudar a comprenderla. Según la Islamophobic Awarness Organization:
● Entre marzo del 2016 y marzo del 2017, 143.920 tweets considerados como anti-islámicos fueron enviados desde el Reino Unido (con un promedio de 393 por día).
● El 50% de las mujeres que utilizan hijab piensan que han perdido oportunidades laborales por el simple hecho de usarlo.
Evidentemente las estadísticas reflejan algunas premisas en donde es manifestada, lo cual puede perjudicar la vida de las comunidades musulmanas. Desde la consideración sobre que esta religión es per se violenta y propensa al racismo, hasta la creencia que todas las noticias de ataques terroristas son perpetradas por musulmanes.
La problemática aparejada a la crisis de refugiados en Europa, acompañadas de algunas medidas conservadoras para afrontarla y a la creciente presencia de movimientos de ultraderecha en el continente, ayudaron a incrementar su estigmatización, rechazar a sus creyentes y asociarla directamente con comportamientos de violencia.
Otro factor que ha impulsado el rechazo a esta comunidad es la sobre cobertura que reciben los ataques terroristas en los medios de comunicación. Hoy en día, gracias a la globalización, los fenómenos que ocurren en una ciudad pueden ser conocidos en cualquier parte del mundo; aunque existen muchas ventajas en la rapidez con la que nos llegan las noticias, la sobreinformación sobre algunos temas ponen en peligro la transparencia, dando lugar a una desinformación que puede ser protagonizada en redes sociales a través de las fake news.
Desafortunadamente, han tenido lugar este tipo de ataques en varias partes del planeta. Pero todavía más lamentable es que se relacionen dichos actos con el Islam al catalogarlos como terroristas musulmanes. Es preciso conocer que el Corán prohíbe toda forma de violencia entre sus predicadores, por lo tanto aquella persona que perpetra el ataque no es musulmana sino que puede provenir de una yihad radical.
La aceptación del islam ha crecido en Liverpool desde la llegada del jugador egipcio, Mohamed Salah.
¿Cómo combatir la islamofobia?
Es primordial concebirla como un problema sistémico, cuya expansión en varias partes del globo se ha generado gracias a la desinformación, la ignorancia y los prejuicios generados en los medios de comunicación. Lo vemos cuando encendemos nuestro televisor, escuchamos una broma y hasta cuando compartimos un meme.
Y si ahora te pregunto, ¿qué es lo primero que se te viene a la mente cuando digo musulmán? Espero que ahora sea la concepción de personas que profesan una religión y no cualquier prejuicio discriminatorio. Hemos de ser conscientes que detrás de este problema existe un antecedente de mitos asentado en nuestro interior con el pasar de los años y que seguirán ahí hasta que los enfrentemos y nos cuestionemos si nuestras acciones son islamofóbicas.

Para combatirla primero es necesario identificarla, analizar qué la hace un discurso de odio, y cuál es la gravedad de la expresión. Pero, ¡no te preocupes ni te culpes por las acciones que hayas hecho o dicho en el pasado! Ahora que conoces cómo afecta a la comunidad musulmana y que has desmentido muchos mitos, es tu turno de alzar la voz la próxima vez que detectes una situación en tu círculo familiar, académico y de amigos.
Y por último, recuerda que no necesitas ser musulmán ni árabe para combatir la islamofobia.
Fernando Martinez Galvez (México): estudiante de Relaciones Internacionales, Universidad Nacional Autónoma de México.
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