Por los pasillos de Naciones Unidas
La organización multilateral por excelencia ha cambiado el mundo, eso es innegable, así como también ha sido la causa de conflictos. La ONU y sus seis órganos primarios han generado un merecido debate sobre la eficacia en la preservación de la paz y la seguridad internacional para sus Estados Miembros.

Para comenzar haré una descripción general de estos órganos:
Asamblea General
Es el principal órgano representativo, deliberativo y de formulación de políticas, conformado por 193 Estados que envían representantes para compartir los intereses de su Nación. Cada año se reúnen en septiembre para su sesión anual con la participación de los Jefes de Estado.
Consejo de Seguridad
Tiene 15 miembros que trabajan para mantener la paz y seguridad internacional a través de medios legales, sanciones u otras acciones. Cinco de ellos son permanentes con derecho a veto (EEUU, Francia, Rusia, Reino Unido y China) y los otros diez van rotando.
Consejo Económico y Social
Trabaja para implementar y velar por el cumplimiento de los objetivos de desarrollo, así como proporcionar recomendaciones y la coordinación para asuntos económicos, sociales y medioambientales. Crea un ámbito para que sus 54 integrantes reflexionen y debatan en miras del desarrollo sostenible.
Consejo de Administración Fiduciaria
Su fin era promover el autogobierno de 11 territorios fideicomisados que se encontraban bajo la administración de siete países. Después de que aquellos lograran la independencia, decidieron suspender sus operaciones y no reunirse anualmente. Ahora, lo hacen según las necesidades que surjan.
Corte Internacional de Justicia
Con sede en la Haya (Países Bajos), es el órgano judicial principal de la ONU y su papel es resolver disputas internacionales que se susciten, así como brindar asesoramiento sobre cuestiones legales.

Secretaría
Encargado de realizar las responsabilidades del día a día de la ONU y, además de los aspectos administrativos, también contribuye a las misiones de paz. Se encuentra encabezada por el Secretario General quien es el principal funcionario administrativo de la Organización.
«Esta organización se crea para evitar que la humanidad vaya al infierno. No fue creado para llevarla al cielo.»
Dag Hammarskjöld
En primer lugar, se considera de forma amplia que uno de los más poderosos es el Consejo de Seguridad, el cual se enfrenta a oleadas de críticas constantes y merecidas. Con sus cinco participantes permanentes, se alza una controversia política aparentemente en constante evolución ya que existe una preocupación válida de que estas naciones puedan usar la ONU para promover los intereses de sus propios países sin tener en cuenta la misión y la moral que se supone que deben ayudar igualmente a cumplir. Un buen ejemplo es el apoyo del Consejo de Seguridad a Estados Unidos en 2003 para invadir Irak, eludiendo el permiso de la Organización antes de llevar a cabo acciones militares. Anteriormente, el presidente Bush había prometido cooperar con el órgano pero con la irrupción, los estadounidenses dejaron en claro que no necesitaban, ni querían, la cooperación de otros Estados Miembros.
Otra crítica es el poder de veto. Esencialmente, pueden usarlo sólo aquellos autorizados como herramienta para denegar cualquier política que no apoyen. Dado que únicamente se necesita un veto para rechazar una propuesta, a menudo se abusa cuando es utilizado en sus propios intereses. Por ejemplo, Rusia ha empleado el poder de veto 13 veces desde 2011 para oponerse a la acción que tiene como propósito el de poner fin al conflicto en Siria. Dado que la Federación apoya al régimen sirio, parece que tiene poco interés humanitario en que llegue a su conclusión.

Finalmente, parece difícil imaginar que incluso con sus diez integrantes rotativos haya una representación igualitaria para todos, especialmente aquellos que no están en Occidente, son ricos y políticamente influyentes. Es el caso de la membresía permanente que excluye a todos los países de América Latina y África. Esto significa que las decisiones que tome el Consejo pueden estar influenciadas por los poderosos teniendo en cuenta sus propios intereses, en lugar de lo que es beneficioso para todos.
Otro problema importante se refiere a la Corte Internacional de Justicia resumido mejor con la cita de Abba Eban «el derecho internacional es la ley que los malvados no obedecen y que los justos no hacen cumplir». Esta institución ha demostrado ser ineficaz para mantener relaciones pacíficas a través de tres procesos básicos: elaboración de leyes, adjudicación y ejecución. El tribunal falla especialmente en aspectos de estos últimos dos. Los tribunales nacionales tienen el beneficio de la jurisdicción obligatoria con el que no cuentan los tribunales internacionales, de ahí el dicho de que la CIJ, responsable de resolver disputas globales, es un «lugar al que puede ir pero no ser llevado». En otras palabras, sólo es efectiva si una nación demandada quiere estar allí y quiere acatar la decisión de la corte.

Además, con respecto a la aplicación de las cuestiones jurídicas, no existen mecanismos internacionales para hacer cumplir las sancionen impuestas. El sistema internacional es dependiente en lo que refiere a represalias contra Estados que violan las normas. Sumado a que «ocurren casos en los que ni la preocupación por la propia reputación ni el temor a represalias garantizan un comportamiento lícito». Esta estrategia de ejecución ineficaz se vuelve particularmente preocupante cuando hablamos de países que son lo suficientemente poderosos como para resistirlas. Los optimistas pueden citar tal evidencia cuando los líderes fueron juzgados como criminales por su papel en genocidios por primera vez, la tasa de estos delitos contra la humanidad disminuyeron significativamente. Sin embargo, esta conclusión sólo se puede aplicar a los individuos y no a las acciones de Estados enteros.
Por lo tanto, ¿las Naciones Unidas ha ayudado a la humanidad a evitar el infierno? Quizás, pero tampoco nos han llevado al cielo. Si bien la promesa de cooperación, especialmente en la Asamblea General, es un ideal que es importante y pertinente, dos de los órganos principales no lo brindan, ni tampoco responden a principios de unidad y respeto sobre los que los miembros de la organización internacional deberían trabajar para lograrlo. Empero, debemos seguir siendo optimistas de que, de hecho, podemos trabajar en miras de un mundo más pacífico con la colaboración de todos.
Scout Meredith Best (Estados Unidos): estudiante de Relaciones Internacionales en Dickinson College.
Referencias
Bova, Russell, How the World Works 3 rd ed., Pearson, 2015.
Tharoor, Shashi. “Security Council Reform: Past, Present, and Future.” Ethics and International Affairs , 15 Dec, 2011.
Glennon, M. J. (1 de Mayo de 2003). YaleGlobal Online. Obtenido de YaleGlobal Online

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