La guerra en Medio Oriente ha sido devastadora tanto para Palestina, que lleva un saldo de 8.000 muertos y cuyo territorio atraviesa una de las mayores crisis humanitaria de su historia, como para Israel, que sigue reclamando por la liberación de cientos de israelíes secuestrados por Hamás. Pero si hay algo por lo que esta guerra se ha destacado es por involucrar forzosamente a dos grupos étnicos y religiosos que se encuentran presentes en casi todo el planeta, lo que ha tocado la sensibilidad de la comunidad internacional, pero desde su más deleznable expresión, desembocando en actos de odio e intolerancia en varios puntos del globo. Desde el 7 de octubre se registró un alza en crímenes que involucran antisemitismo e islamofobia. Por Axel Olivares