Francia: ventaja clara, pero no definitiva
Por Concepción Mejías Carrascosa
A pesar de la baja participación en estas elecciones, Macron y Le Pen vuelven a ser los elegidos por el pueblo francés como los finalistas para legislar los próximos cinco años. En unos días, el 24 de abril, la ciudadanía será parte de un remake de las elecciones del 2017 para determinar si Macron vence una vez más a su contrincante o si, por el contrario, Le Pen se hace finalmente con la presidencia.

Con un 27.8% y un 23.2% de los votos respectivamente, los representantes de La República en Marcha! y de Reagrupación Nacional se erigieron como los más votados en esta primera ronda y todo se definirá el próximo 24 de abril. No obstante, el pueblo francés se ha comunicado en muchas maneras diferentes, y es que no solo la baja participación ha sido una característica clave de estas elecciones, sino también el porcentaje de abstención, que ha alcanzado un 30%, algo nunca visto y no esperado por parte de los analistas, que ya especulaban con una clara manifestación del descontento de la población. A demás, se encuentra el motivo de esta segunda ronda, que ninguno de los 12 candidatos y candidatas a estas elecciones ha obtenido más del 50% de los votos.
Estas elecciones están también caracterizadas por la polarización de los votos, puesto que los tres finalistas serían: el centrista Emmanuel Macron, seguido de la representante de extrema derecha Marine Le Pen, y como tercer candidato con mayor cantidad de votos, el representante de extrema izquierda Jean Luc-Mélenchon.
Es realmente curioso analizar el poco apego de la población francesa a ninguno de los candidatos presentados a estas elecciones, ya que, la siguiente persona con más votos, tras Mélechon, sería Eric Zemmour con un bajísimo 7.1%, marcando así una notoria diferencia con aquellos tres primero que encabezaron los resultados.

Macron, después de los primeros sondeos del domingo por la tarde, hizo un llamamiento a la población a participar con creces en la segunda ronda del próximo 24 de abril: “Cuando la extrema derecha, bajo todas sus formas, representa tanto en este país, no podemos decir que las cosas van bien. Por eso debemos ir a convencer, con mucha humildad, y también con respeto, a los que no han estado con nosotros en la primera vuelta”. “No queremos a una Francia cuyos principales aliados, exceptuando Europa, sean xenófobos y populistas”:
Le Pen, siguiendo con este discurso moderado que ha caracterizado sus intervenciones en público durante las últimas etapas previas a las elecciones del domingo, hizo también un llamamiento al voto en esta segunda ronda, y se proclamó como “la Presidenta para todos los franceses” y resumió su radar de acción durante su posible Presidencia francesa en siete palabras llenas de por sí de interpretaciones y gran significado “Pondré orden en Francia en cinco años”.
Si finalmente Emmanuel Macron es reelegido en esta segunda ronda de votaciones, sería el primer Presidente francés desde Jacques Chirac en 2007, en ser elegido por segunda vez consecutiva a la Presidencia del país. Los expertos prevén que los discursos de los finalistas a lo largo de estos días previos a la segunda ronda de elecciones se basarán principalmente en el tema que más preocupa a la población francesa: el costo de vida y la pérdida del poder adquisitivo después de dos años de pandemia y de los enfrentamientos que se están llevando a cabo en el este de Europa.

La persona que lidere Francia a lo largo de los próximos cinco años, no se va a encontrar un terreno de acción fácil, más bien al contrario. Después de una de las mayores crisis económicas del país, a raíz de las restricciones establecidas durante los dos años de pandemia, Francia se encuentra actualmente con unos déficits públicos vertiginosos y una población que pide a gritos la reforma del sistema de pensiones y nuevas medidas para reindustrializar el país, puesto que las exportaciones francesas han caído precipitadamente a lo largo de las últimas dos décadas, hasta posicionarse hoy en día en el 2,5%.
Es clave recordar que Francia está jugando un papel crucial actualmente en la formulación de lo que puede ser el futuro de Europa, y la persona que finalmente opte a la Presidencia, tendrá que direccionar al país que representa a la única potencia nuclear al otro lado del Atlántico, y que a demás, tiene capacidad de veto en el Consejo de las Naciones Unidas. Las intenciones europeístas del candidato centrista Macron son claras, y se han demostrado en su totalidad, a raíz del papel mediador que ha tomado Francia desde que el pasado 24 de febrero Putin decidiera atacar Ucrania. Sin embargo, ¿Qué direcciones tomarían las negociaciones de paz con un eventual cambio de gobierno?

Las cartas fueron jugadas y ahora queda ver cómo se decantarán los votos de los franceses en las urnas, en lo que será una elección aún más polarizada ¿Podrá Macron mantener su ventaja y continuar al mando de Francia por cinco años más? ¿Dará vuelta el resultado Le Pen y será la nueva huésped del Palacio del Elíseo? Quedate, porque el mundo nos necesita atentos, y la política en actividad.
Concepción Mejías Carrascosa (España): graduada en Derechos Humanos y Relaciones Internacionales, Universidad Autónoma de Madrid.