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Malvinas: la lucha activa de los combatientes

Por Agustina Miranda Giordano

“Existe una cita secreta entre las generaciones que fueron y la nuestra” escribió Walter Benjamín. A 40 años de la guerra, esa cita entre generaciones nos convoca para recordar y mantener viva la memoria de quienes pusieron el cuerpo en el conflicto bélico del Atlántico Sur.

Ilustración | Ingrid Fonoy Díaz

El conflicto armado que enfrentó a la Argentina y al Reino Unido aconteció entre el 2 de abril y el 14 de junio de 1982, durante una dictadura cívico-militar en la República Argentina. La cuestión de Malvinas es una zona dolorosa y compleja para la memoria social y colectiva. La Guerra de Malvinas fue y es un hecho latente que sigue conmoviendo a la sociedad argentina en su conjunto.  

Es indiscutible el hecho de que los conscriptos fueron enviados al combate con una preparación mínima y en pésimas condiciones como consecuencia de las órdenes tomadas por la Junta Militar de las Fuerzas Armadas.

Aquí no acentuamos el hecho de que los combatientes fueron víctimas sometidos a las circunstancias del momento, sino más bien hacemos hincapié en reivindicar el rol activo de quienes lucharon por las islas. En el sentido de que el proceder de los combatientes fue una actitud plenamente activa frente a la guerra y continuó siéndolo tras el conflicto armado.

“Nuestros hijos fueron enviados a una lucha que no eligieron, decidida por un gobierno que no eligieron, para la cual no estaban preparados. Había en la Argentina 40.000 profesionales preparados por vocación y estudio para una guerra. No es fácil entender por qué se envió a 10.000 muchachos de 18 a 20 años que carecían de la preparación necesaria […] pero allá fueron y se comportaron con gran valor y dignidad.”

Dalmiro Bustos – El otro frente de la guerra. Los padres de las Malvinas (1982)

Este valor y dignidad no solo estuvo presente en la guerra, sino que se mantuvo vivo y latente en los sobrevivientes en su posterior actuación dentro de la sociedad argentina.  El 26 de agosto de 1982 un grupo pequeño de ex combatientes, anunció en el Club Italiano de la ciudad de Buenos Aires la formación del Centro de Ex Soldados Combatientes de Malvinas (CESCEM).

En su declaración de principios establecieron que “Si bien el 14 de junio pasado concluyeron las acciones bélicas en el Atlántico Sur, la guerra aún no ha terminado. Las armas serán otras. No al igual que las que empuñamos en el campo de batalla. Por ello, es que los ex– soldados combatientes en Malvinas, consustanciados con los más puros sentimientos nacionales, y conscientes de la responsabilidad histórica de la hora actual que pesa sobre esta generación a la cual pertenecemos en forma ineludible e inseparable, hemos decidido nuclearnos para continuar esa batalla. Nuestras armas, esta vez, serán las más nobles: el trabajo, el estudio, la soberanía, la paz, la participación de la juventud en el quehacer de la comunidad y la solidaridad social.”

Quienes marcharon a Malvinas, combatieron con valentía y, en muchos casos, murieron en defensa de la soberanía de su país frente a un adversario que usurpó un territorio legítimamente reclamado. Tras la guerra comenzaron a conformarse las primeras agrupaciones de ex combatientes, ellos mismos fueron quienes gestionaron estas organizaciones. Aunque existen hoy en día distintas agrupaciones, lo decisivo de ellas es nuclearse entre ellos, civiles y familiares con el objetivo de acompañarlos y de preservar la memoria.


Con la misma valentía con la que batallaron, no han dudado en reivindicar con la frente en alto la lucha que libraron en Malvinas, ni han vacilado en criticar a la conducción de las Fuerzas Armadas. Esto se pone de manifiesto en las siguientes palabras: “Apoyamos la lucha en la que participamos. En primer lugar, por su carácter de causa justa y, en segundo lugar, porque nos enfrentamos a un enemigo histórico de la nación argentina: Inglaterra.”

Pocos años después del cese del combate, en concreto cuatro años, el 2 de abril se produjo una gran movilización de ex combatientes al Cabildo de Buenos Aires, convocados por la Coordinación Nacional de Centros Ex Combatientes.

«La idea de realizar una movilización al Cabildo surgió de la necesidad de acercar la causa de Malvinas […] Bien saben que nuestra organización lucha por los problemas que, desde la culminación de la guerra de las Malvinas, padecemos los ex combatientes. Pero se olvidan –y lo anunciamos sin soberbia– que nuestra generación ha derramado sangre por la recuperación de nuestras islas y que eso nos otorga un derecho moral […] Nosotros usamos el uniforme porque somos testimonio vivo de una generación que se lo puso para defender la patria«.

Miguel Ángel Trinidad, excombatiente de Malvinas.

Trinidad aquí reclama para él, sus compañeros sobrevivientes y quienes murieron en el campo de batalla un lugar en la sociedad. Pues ellos dieron su vida y al volver fueron recompensados con olvido y ocultamiento. De ahí que Trinidad manifieste la necesidad de acercar la causa de Malvinas desde sus propias experiencias, como testimonios vivos de la historia. En el CESCEM de Mar del Plata, literalmente manifiestan que, tras las acciones bélicas del Atlántico Sur, fueron desprotegidos por el estado nacional.

De esto se desprende la necesidad de gestionar por sí mismos grupos de ex combatientes, padres, madres, hijos e hijas de quienes habían vuelto a la Argentina, para también preservar la memoria de los caídos en combate. En el fondo, lo que hicieron y siguen haciendo es configurar un espacio para hacer frente a las diversas problemáticas y circunstancias que acaecieron después de la guerra. Cabe señalar, que los centros de Centro de Ex Soldados Combatientes en Malvinas no son las únicas organizaciones creadas, existen departamentos de veteranos de guerra, entre otros, a lo largo y ancho de la Argentina. 


Excombatientes de Malvinas se movilizan en el Congreso Argentino pidiendo el reconocimiento de pensiones | Agencia NA

Uno de los puntos que rige en el estatuto del CESCEM de Mar del Plata, pero que se hace extensivo a las demás organizaciones dedicadas a la cuestión de Malvinas, es el de “mantener vigente la idea malvinizadora en el pueblo”. Ahora bien ¿Qué significa malvinizar? Es librar otra batalla contra el olvido, es una forma de no perder la memoria. Malvinizar es reconocer y dar a conocer el valor, el coraje y el empeño de los soldados, marinos, pilotos y civiles durante la campaña de Malvinas.

En palabras de Mario Gabriel Dotto, malvinizar es “reivindicar la gesta de Malvinas por su hazaña táctica, valiente y épica, plagada de hechos memorables, protagonizada por todos los que nos empeñamos con las armas disponibles en su defensa. No es hacer apología de la guerra ni justificar a los que nos llevaron a ella.

No es fácil comprender y abordar lo que fue y sigue siendo la cuestión de Malvinas.  Soldados, marinos, pilotos fueron a poner el cuerpo y dar sus vidas por el reclamo sobre la soberanía argentina de las Islas Malvinas. En el contexto de los 40 años de la gesta de Malvinas, uno de los lemas del CESCEM de Mar del Plata dice así: “La guerra abrió heridas, la otra batalla las está cerrando».


Setenta y cuatro días duró el combate en 1982, pero la lucha no ha terminado. Esta otra batalla a la que se refiere el enunciado no es distinta de la que comenzó en el conflicto del Atlántico Sur, sino que es un ejercicio sostenido de traer recurrentemente al presente la memoria de quienes lucharon, su valor y su compromiso para con la patria. A menudo, cuando hablamos con algún excombatiente, nos referimos a ellos como «héroes de Malvinas». Ellos contestan, con una gran humildad, que los héroes no volvieron nunca de las Islas, y quienes volvieron solo son excombatientes.

No buscan ser ovacionados, no quieren obsequios ni muestras de falsa empatía. Ellos buscan que no se olvide su causa, que no se extinga la memoria de los que duermen para siempre en las frías tierras del Cementerio de Darwin, y que no se oculten las caras marcadas por la guerra de los que alguna vez, teniendo frío y hambre, se aferraron a lo imposible para defender nuestra tierras del Atlántico Sur.


Agustina Miranda Giordano (Argentina): estudiante de Profesorado de grado universitario y Licenciatura en Filosofía, Universidad Nacional de Cuyo.

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