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Crónicas de una extradición anunciada

En estos días se rememoró la aprobación de la Declaración Universal de Derechos Humanos; y es en honor a la adopción de aquel instrumento que en dicha fecha se celebran los Derechos Humanos. Pero muchas veces las fechas pueden ser contradictorias.

Irónicamente, el 10 de diciembre pasado se dio a conocer la decisión del Tribunal de Apelaciones Inglés de revocar la sentencia que bloqueaba la extradición de Julian Assange a Estados Unidos, para ser juzgado por delitos de conspiración, acceso y difusión de informes militares y diplomáticos confidenciales, por considerar que la potencia norteamericana prestó las garantías judiciales que el caso amerita.

Hace exactamente 15 años, en diciembre de 2006, entraba en funcionamiento el portal WikiLeaks, creado por Julian Assange. Según la descripción que se encuentra en la página web, son una red multinacional especializada en el análisis y la publicación de grandes bases de datos censuradas o cuyo acceso está de algún modo restringido y que versan acerca de material oficial sobre guerras, espionaje y corrupción. El sitio permanece activo actualmente, a pesar de encontrarse envuelto -al igual que su creador- en disputas legales que aún no han finalizado, por la filtración de material comprometedor pertenecientes a distintos gobiernos.

WikiLeaks comienza a publicar material en la red en el año 2007, tornándose más famoso a medida que pasan los años y crece la gravedad del material filtrado. Dentro de sus publicaciones más importantes podemos destacar la divulgación en el año 2010 de material audiovisual en el que se cuestiona la versión oficial estadounidense sobre la muerte de ciudadanos iraquíes en respuesta a un supuesto ataque terrorista, el 12 de Julio de 2007, en Bagdad.

Varios meses más tarde se publica información confidencial acerca de la guerra en Afganistán, liberando más de 91.000 documentos a la web. Ese mismo año se publican 391.000 documentos relativos a la guerra de Irak, con informes que aluden a tratos inhumanos y degradantes a los prisioneros por parte de los oficiales norteamericanos.

«Libertad a Julian Assange, prisión a los criminales de guerra. La verdad no es un crimen»

En Agosto de 2010 Assange se ve envuelto en su primera disputa legal, cuando la fiscalía sueca decide abrir una investigación contra el fundador del portal, por denuncias relativas a delitos contra la integridad sexual contra dos de sus ciudadanas. El proceso indagatorio siguió su curso, culminando con una orden de arresto contra Assange, quien fue detenido en Londres -consiguiendo luego su libertad bajo fianza- y sometido a un proceso judicial que finalizó recién en el año 2012, con la confirmación de la sentencia que ordenaba la extradición del australiano a Suecia.

Es esas circunstancias que el periodista se refugió en la embajada ecuatoriana en Londres, bajo la protección del gobierno de Correa e invocando el instituto del asilo político, todo con el objetivo de evitar su traslado al país escandinavo. Mientras tanto el sitio web filtra información acerca de violaciones cometidas por oficiales estadounidenses en Guantánamo y revela 251.287 informes espionaje a políticos extranjeros y altos funcionarios de la Organización de las Naciones Unidas.

AP/ Assange sale al balcón de la Embajada Ecuatoriana en Londres

Es recién en Mayo de 2017 que la justicia sueca decide abandonar el caso contra el periodista, pero la policía inglesa no abandona su tarea de arrestarlo por supuestas violaciones a su arresto domiciliario y a su libertad bajo fianza. En ese mismo mes, finaliza el período de presidencia de Rafael Correa en Ecuador y asume el presidente Lenin Moreno.

Este cambio en la administración ecuatoriana provoca el tambaleo del asilo político otorgado a Assange, que culmina en el retiro del permiso y la posterior detención del periodista por las autoridades británicas. El australiano es condenado a cumplir una pena privativa de la libertad por 50 semanas, en una prisión inglesa de máxima seguridad.

Assange siendo trasladado luego del arresto por parte de la policía londinense al salir de la Embajada de Ecuador. En la imagen se nota su apariencia física evidentemente desmejorada.

Previo a su detención, se revela que Estados Unidos mantiene un expediente judicial contra el hacker, lo que implicaba la existencia de un caso penal contra aquél y por lo tanto la posibilidad de solicitar su extradición para que el periodista sea juzgado ante tribunales norteamericanos.

Efectivamente en 2019, la administración de Trump reclama la extradición de Assange para ser juzgado por un presunto delito de conspiración, de acceso y difusión de informes militares y diplomáticos confidenciales. Al mismo tiempo, la fiscalía sueca anuncia la reapertura de la investigación por delitos sexuales. Así, mientras el periodista australiano cumple su condena en Inglaterra, es investigado y perseguido tanto por las autoridades suecas como por las norteamericanas.

En mayo de 2019, el relator especial de la ONU sobre la tortura, Nils Melzer, constata que Assange es víctima de tortura psicológica y corre riesgo real de sufrir tortura o trato cruel e inhumano si lo liberan y es extraditado a Estados Unidos. No es el único profesional en denunciar las condiciones en que Assange cumple su pena: más de 60 médicos firman una carta solicitando la excarcelación del australiano por deterioro de salud, advirtiendo la posibilidad de que muera en prisión.

Pese a ello, la magistrada inglesa que atiende el caso mantiene la orden de prisión preventiva, a la espera del juicio de extradición. Finalmente, el 24 de Febrero de 2020 se da comienzo a la primera fase del juicio en el juzgado de Woolwich, que debió ser suspendido debido a la pandemia por el COVID-19.

Reanudado el proceso contra el hacker, la jueza inglesa Vanessa Baraitser negó la extradición de Assange a Estados Unidos, al considerar alta la probabilidad de que el imputado cometa suicidio si era entregado al sistema judicial norteamericano, debido a lo frágil de su salud mental. Esta decisión fue apelada por los abogados de Washington en Octubre de 2021, argumentando que la jueza no había dado suficiente importancia a otros testimonios de expertos sobre el estado mental del detenido y garantizando que no se mantendría al australiano en aislamiento punitivo en una prisión federal de máxima seguridad.

El viernes 10 de Diciembre, el tribunal de apelaciones inglés revocó la decisión de la jueza Baraitser, considerando que se habían prestado las garantías necesarias del caso. Dicha decisión será nuevamente apelada, esta vez por el equipo de abogados defensores de Assange, coordinados por el exjuez español Baltasar Garzón, quienes -junto a asociaciones de renombre como Amnistía Internacional- no creen en las promesas americanas.

Hoy, domingo 12 de diciembre, amanecimos con los principales portales de noticias con el «último momento» que indicaba que Julian Assange habría sufrido un derrame cerebral en la Prisión de Belmarsh. Esta noticia pone de manifiesto el estado de salud en el que se encuentra el polémico periodista y seguramente traerá en los próximos días una ola de reclamos para garantizar su salud y que se respeten sus derechos humanos en toda su extensión.


Martina Cancellieri (Argentina): Abogada, Universidad Nacional del Litoral.

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