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Coronavirus en Malvinas: la crisis como oportunidad de acercamiento

Ilustración: Alfredo Sabat / La Nación

En los últimos días conocimos las noticias que anunciaban los primeros casos confirmados de coronavirus en las Islas Malvinas. Se trata, al día de hoy, de cinco miembros del servicio militar británico que dieron positivo en el testeo de COVID-19. Con sus más de 3 mil habitantes, las Malvinas cuentan con un único Hospital en su ciudad capital: el King Edward VII Memorial. El nosocomio brinda un excelente servicio de salud gratuito para sus habitantes, pero ante una potencial expansión del coronavirus en las Islas podría no contar con suficientes camas de internación, espacios de aislamiento, insumos, respiradores o personal sanitario.

Tampoco, al menos por el momento, dispone de los reactivos necesarios para realizar tests de detección de coronavirus, lo cual, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), resulta clave para frenar la expansión del mismo. Ante algún caso sospechoso de coronavirus, el hospital isleño debe enviar la muestra al Reino Unido y esperar los resultados.

Frente a este panorama se podría añadir otro factor preocupante: la dificultad para abastecerse de mercancías. Con las complicaciones que experimenta el comercio internacional como producto de la crisis, la posibilidad de abastecimiento de mercancías podría verse afectada y la población de las Islas no cuenta con producción propia de alimentos ni de ningún otro insumo de uso cotidiano.

El día 23 de marzo, antes de conocerse el primer caso positivo en las Islas, la Cancillería Argentina había establecido contacto con la Embajada Británica en el país, en el marco de la pandemia de COVID-19, para trasmitirle la disposición del Gobierno Argentino a colaborar con los habitantes de las Malvinas. De este modo, el Secretario de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur, Daniel Filmus, mencionó la posibilidad de enviar a las islas alimentos frescos, insumos médicos o tests para detectar el virus causante del COVID-19, así como a disponer los medios para realizar vuelos humanitarios que sean necesarios y lugares de atención en centros médicos del territorio continental argentino.

¿Por qué llama la atención el ofrecimiento del gobierno argentino? Porque durante los años de kirchnerismo la relación con el Reino Unido fue tensa y de escaso espíritu cooperativo. En particular, las actitudes asumidas frente a la disputa de soberanía de las Islas truncaron toda posibilidad de agenda positiva. Con la llegada de Mauricio Macri a la Casa Rosada se abrieron nuevas oportunidades de cooperación y surgieron medidas que no contaron en general con la aprobación del arco opositor y en ocasiones fueron duramente criticadas. De este modo, cuando el Presidente Alberto Fernández en su discurso inaugural frente al Congreso dejó en claro que el reclamo por la legítima soberanía de las Islas estaría de nuevo al tope de la agenda de política exterior argentina, quienes seguimos de cerca la cuestión Malvinas nos aventuramos a pensar que la relación volvería a tensarse y que nuevamente la agenda bilateral positiva desaparecería.

Es menester mencionar que cada decisión que tome el gobierno argentino respecto al tema Malvinas genera rechazos y adherencias de parte de argentinos continentales y de isleños. El actual ofrecimiento puede ser interpretado como oportunismo político y ser rechazado por aquellos a quienes no les interesa una mayor vinculación entre ambas partes, en especial teniendo en cuenta que Daniel Filmus es una figura sumamente controversial para los isleños. Sin embargo, cabe preguntarse ¿hasta qué punto podrán los habitantes de las Islas mantener una postura inflexible respecto a la solidaridad ofrecida por el gobierno argentino? ¿Tendrá sentido anteponer cuestiones ideológicas ante necesidades humanitarias?

Es evidente que la oferta de la Cancillería fue una estratégica y pragmática jugada del gobierno de Alberto Fernández, que se presenta como un actor conciliador y solidario, distinguiéndose así de la política exterior confrontativa de Cristina Kirchner. Pero, por sobre toda las cosas, esta apertura constituye un noble gesto de humanidad en tiempos de crisis y sufrimiento colectivo. Un reconocimiento de que somos todos seres humanos, que deja de lado cuestiones ideológicas y políticas, y corre el foco de la diferencia en las posturas de soberanía, en pos del resguardo de la vida y la ayuda humanitaria.

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En la actual crisis mundial que nos atraviesa, celebramos medidas de gobierno que se apartan de agravar enemistades, individualismos u oportunismos. De nada sirve sostener un nacionalismo exacerbado en esta lucha contra un virus que no reconoce fronteras políticas. Los problemas mundiales requieren repuestas globales y colaborativas, y las crisis pueden convertirse en grandes momentos de oportunidades. La solidaridad es, entonces, la respuesta, y un acercamiento a los isleños por cuestiones humanitarias tiene la potencia de poner en visibilidad que, en realidad, no somos tan distintos como creíamos.


Columnista invitado

Nicolás Aguiar: Licenciado en Relaciones Internacionales (Universidad Nacional de Rosario) y primer argentino en realizar un intercambio cultural en las Islas Malvinas

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