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Noboa, el hijo del poder

Por Ivana Patanè

«No somos una promesa, somos una realidad». Con esta afirmación, Daniel Noboa asumió por segunda vez la presidencia de Ecuador en mayo de 2025. Con un sólido 56% de los votos, su mandato se extiende hasta 2029, enfrentando el enorme desafío de un país sumido en la violencia. ¿Será capaz este «presidente millennial» de mantener las riendas del poder y devolver la paz a una nación que clama por ella?

Durante décadas Ecuador ha destacado en el escenario internacional como uno de los países más violentos del mundo, junto a Venezuela y Honduras. A partir del nuevo milenio, la violencia y la presencia del crimen organizado han sido una emergencia nacional y el mayor desafío para sus gobernantes. Al mismo tiempo, la corrupción política, las restricciones al acceso al aborto, la falta de derechos de los pueblos indígenas, de los niños y niñas, y de la comunidad LGBT+ son temas acuciantes que siguen dejando al país en una profunda crisis social. 

Según los datos disponibles de Human Rights Watch, en 2023 la tasa de homicidios alcanzó los 43 asesinatos por cada 100.000 habitantes con respecto a los números precedentes que registraban un 13,7 homicidios cada 100.000 habitantes en 2021. En este marco, el empresario político, Daniel Noboa, con su firme agenda política, se perfiló entre uno de los candidatos presidenciales más prometedores del país. Nacido en Guayaquil, Noboa pertenece a una de las familias más acaudaladas de Ecuador, que hizo fortuna a través de la exportación de bananos. 

Su padre, Álvaro Noboa, el hombre más rico de todo el país, fue el primero en su familia en aspirar a la presidencia, siendo candidato cinco veces, pero, sin éxito. En las elecciones de 2006, Álvaro Noboa perdió la oportunidad presidencial, en la segunda vuelta, contra el ex presidente Rafael Correa que mantendría el poder hasta 2017. Al mismo tiempo, durante los años 2000, el joven Daniel Noboa, que siempre ha demostrado tener un temperamento más sosegado a diferencia de su padre, se formaba en las prestigiosas universidades estadounidenses. 

El actual presidente Noboa comenzó su carrera política en el año 2021, tras ser elegido miembro de la Asamblea Nacional hasta la disolución del gobierno de Guillermo Lasso en 2023. Precisamente en ese año, el otrora presidente conservador, acusado de corrupción, decidió disolver la Asamblea Nacional para evitar su destitución en una acción política conocida en Ecuador como “muerte cruzada” —prevista en la Constitución de 2008— para evitar períodos de parálisis política. 

Activada por primera vez el 17 de mayo de 2023, la muerte cruzada regula el proceso de destitución del presidente del país suramericano, la relativa disolución del Congreso y la celebración de elecciones especiales donde es escogido un nuevo gobierno encargado de finalizar el resto del mandato presidencial (hasta nuevas elecciones ordinarias). Por ende, tras la disolución del gobierno Lasso, se llevaron a cabo elecciones especiales que vieron la victoria del joven Daniel Noboa y de su partido, Acción Democrática Nacional (ADN), con un 51,83% de los votos por un periodo de 18 meses (convirtiéndose así en el presidente más joven de la República), e imponiéndose sobre Luisa González, candidata del correísmo.  

Imagen | Rodrigo Buendía

Durante esa época, como ya fue mencionado antes, los principales puntos del orden del día para el nuevo presidente eran “devolverle la paz” al país: frenar la violencia, combatir el narcotráfico y contrastar la corrupción.

Es importante destacar que Fernando Villavicencio, uno de los candidatos presidenciales más destacados tras la crisis del gobierno de Guillermo Lasso, fue asesinado a tiros, con tres disparos en la cabeza, durante su campaña en Quito en agosto de 2023, a pocos días de las elecciones. Días antes, Villavicencio había denunciado haber recibido amenazas de bandas vinculadas al narcotráfico.

Seguridad y violencia

Ecuador se encuentra en una posición estratégica y geográficamente muy interesante para los mayores carteles de la droga que operan desde hace años en el país. Ese último, de hecho, está ubicado entre Perú y Colombia, dos de los tres productores de cocaína más relevantes de América Latina que utilizan Ecuador como hub estratégico para el tránsito de droga y de su distribución por medio de sus puertos (entre los más relevantes figuran el puerto de Manta, de Guayaquil, y Puerto Bolívar). 

Como resultado, el tráfico de cocaína llega, desde los puertos ecuatorianos, a los mercados norteamericanos, europeos y asiáticos. En este escenario abrumador, hay dos grandes bandas criminales que actúan en el país en alianza con narcotraficantes provenientes de México, Colombia, Italia y hasta de Albania: Los Lobos y Los Choneros que, en 2021, además, en la Penitenciaría del Litoral, en Guayaquil desencadenaron un duro enfrentamiento que causó la muerte de 123 reclusos, siendo ese el motín más sangriento de la historia del país. 

En 2022, las mayores bandas criminales ecuatorianas, en su lucha por el control territorial (algunas de ellas operan en ciudades como Latacunga, Cuenca, Machala) provocaron una ola de violencia nunca antes experimentada en Ecuador, con una serie de decapitaciones, ataques con coche bomba y asesinatos a periodistas, jueces y políticos. Ante esta situación, el entonces presidente Guillermo Lasso resolvió declarar algunos estado de excepción a nivel nacional movilizando a las fuerzas armadas y permitiendo a los civiles el uso de armas. Mas, estas soluciones no paliaron la inseguridad crónica en la nación. 

Otro factor que contribuyó, a partir de 2020, a dividir la sociedad y a empeorar la salud económica del país fue la pandemia por Covid-19 que azotó, sobre todo, las exportaciones de materias primas y el turismo (los principales ingresos económicos del país). La disminución del comercio y las restricciones a la movilidad conllevaron a un aumento del desempleo, un desplome de la demanda interna y de las exportaciones que enquistaron el desarrollo económico de Ecuador. 

Esta crisis afectó profundamente también a las exportaciones de petróleo crudo que, si en el primer trimestre de 2025 las compañías petroleras lograron exportar 28 millones de barriles, generando ingresos por 1 814 millones de dólares, según la estatal petrolera, en cambio, durante la pandemia por COVID-19, las exportaciones se redujeron del 42,1% alcanzando la producción de 52.519 barriles por día en mayo de 2020 (la elevada volatilidad de los precios internacionales contrajeron la demanda de petróleo y comportó la contracción del PIB de 7.8%, según los informes del Banco Central de Ecuador). 

Esta reducción se debe, entre otras cosas, a la ruptura de las tuberías del Sistema del Oleoducto Transecuatoriano (SOTE) y el Oleoducto de Crudos Pesados (OCP), los principales motores de la economía del país, consecuencia de una erosión del cauce del Río Coca, entre las provincias de Napo y Sucumbíos (cabe destacar que el 13 de marzo de 2025 ocurrió otra ruptura del SOTE; sin embargo, la ministra de Energía, Inés Manzano, supuso que se trataba de un sabotaje). 

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Segundo mandato

“La historia del Ecuador no se va a escribir sola, la escribiremos juntos”. Durante su discurso presidencial, tras asumir la presidencia por segunda vez, contando con 66 escaños en un total de 151, el presidente Daniel Noboa prometió proseguir con la agenda política de su primer mandato: luchar contra las mafias y la crisis carcelaria, fortalecer la economía y el sector privado, atraer inversiones extranjeras, desarraigar la desocupación juvenil, avanzar en la transformación digital y reformar la Constitución de 2008. 

Por otro lado, durante su primer mandato, el compromiso en “declarar la guerra a las mafias” no produjo los resultados esperados. Ya en enero 2024, en un episodio de conflictos, bandas armadas irrumpieron en la TC Televisión, en Guayaquil, durante una transmisión en directo de El Noticiero, amedrentando y presionando al presidente Noboa para declarar el estado de emergencia nacional: “Quisiste la guerra, y ahora la vas a tener”. Por otra parte, irrupciones violentas se registraron en escuelas, tiendas, y universidad comportando su cierre momentáneo. 

El presidente Noboa, tras el episodio televisivo, declaró el conflicto armado interno y movilizó al ejército para la neutralización de más de 20 bandas criminales activas en el país. Naciones regionales como Argentina, Colombia y los Estados Unidos mismos se demostraron muy preocupados por el alboroto social y ofrecieron su ayuda para gestionar los problemas internos. 


Imagen | John Moore

Cabe subrayar que, a los pocos meses de asumir su primer mandato, en noviembre de 2023, el presidente Noboa ya tuvo que lidiar con la delicada situación carcelaria que vive el país: tras el asalto a la red televisiva, el líder de la banda Los Choneros, Adolfo Macías “Fito”, condenado a más de 34 años de cárcel por tráfico de droga, logró evadir de su celda en Guayaquil (prueba irrefutable de las frágiles condiciones carcelarias). 

Por otro lado, en tema de política exterior y de seguridad, Daniel Noboa tiene un ambicioso plan: reformar la Constitución de 2008. Ya en septiembre de 2024, a través de su plataforma X, el Presidente anunció un Proyecto de Reforma Parcial a la Constitución para modificar el artículo 5, el cual prohíbe el establecimiento de bases militares extranjeras y de instalaciones con fines militares en Ecuador (según los críticos, el retiro de tropas estadounidenses fue causa del crecimiento del narcotráfico). 

En medio de este debate, el 3 de junio de 2025, la Asamblea Nacional ecuatoriana aprobó, con 82 votos a favor y 60 en contra, el proyecto de reforma constitucional para permitir, nuevamente, bases militares extranjeras en el país. Sin embargo, según el artículo 442 de la Constitución, la propuesta no entrará en vigencia inmediatamente ya que necesitará ser revisada por la Corte Constitucional y, en caso de su aprobación, el Consejo Nacional Electoral convocará a un referéndum popular dentro de 45 días. 

Efectivamente, en 1999, la nación alcanzó un acuerdo de seguridad con los Estados Unidos (Ortiz Agreement) que le garantizaba, por un periodo de 10 años, la presencia de una base militar estadounidense en la base de Eloy Alfaro, en la ciudad portuaria de Manta, con el objetivo de limitar el tráfico de drogas. 

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Sin embargo, tras denuncias por parte de la oposición de violaciones a la soberanía territorial de Ecuador y de ser la base de una presencia controvertida, el Presidente Correa, en 2008, declaró que no renovaría el acuerdo al vencer este mismo en noviembre de 2009. Como consecuencia, Correa impulsó una nueva Constitución en la que quedaba suspendida la instalación de nuevas bases militares extranjeras en el país, a través del ya mencionado artículo 5. 

Con todo, el Presidente Noboa parece tener una agenda presidencial muy ambiciosa, a la vez que puede contar con un sólido electorado joven que busca una alternativa política válida y que sepa ofrecer soluciones concretas a una nación desgarrada por las actividades criminales.  

Por supuesto, tras la victoria de Noboa y de su partido ADN, que asumió el control del nuevo Congreso (contando con aliados que le aseguran, de momento, la mayoría), ahora, el Presidente tiene el apoyo de una fuerte base parlamentaria, con la certeza de conseguir, más fácilmente, la aprobación de sus propuestas de leyes de reformas sociales y económicas (si bien el partido Revolución Ciudadana del expresidente Rafael Correa resulta ser todavía la mayor fuerza opositora que puede estorbar la agenda política del Presidente).

En definitiva, el joven Daniel Noboa, que entró muy joven al escenario político ecuatoriano, se perfila como uno de los presidentes más populares y afirmados que nunca. Pero, las dudas sobre el futuro del país persisten: ¿logrará el Presidente apaciguar a su pueblo?


Ivana Patanè (Italia): Estudiante de Relaciones Internacionales y Diplomacia, Universidad de Padova. Columnista en Diplomacia Activa.

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