DIPLORAMA: Newsletter

La igualdad no es un porvenir

#8M: Una lucha que continúa

Por Sol Sánchez

La igualdad de género no sólo consolida los pilares de la democracia, sino que también la enriquece. El feminismo no es simplemente una ideología, sino un poderoso conjunto de ideas y acciones que buscan transformar la realidad social. Se trata de un llamado a la acción para impulsar verdaderos cambios en nuestras estructuras sociales. Pero, ¿Por qué siempre queda como una tarea pendiente?

En el siglo XXI, el feminismo todavía parece ser tarea de “los próximos gobierno”, “las futuras generaciones”, “las próximas mujeres de la ciencia”, el feminismo siempre es un porvenir. Si bien existen avances efectivos y territorios que las luchas feministas ya pudieron conquistar, aún no existe ningún país en el mundo que haya alcanzado la igualdad de género efectiva en sus fronteras. En la actualidad, nos enfrentamos a la paradoja de gobiernos que lejos de pensar en el futuro, engrandecen el pasado sobre bases que solo benefician a unos pocos. Este esquema patriarcal en nuestras sociedades, presente incluso en el ámbito internacional, refleja una visión del mundo que pone a lo masculino sobre lo femenino. Esta concepción jerárquica otorga al hombre atributos de fuerza, razón y superioridad, mientras relega a la mujer a la esfera de la debilidad, la subjetividad y la necesidad de protección. Entonces, volvamos a las bases, pero para reconstruir un sistema de creencias obsoleto y perjudicial. El 8M es un momento para reflexionar sobre todas las batallas ganadas del pasado y visualizar un futuro ideal, aunque muchas veces parezca utópico.

Por eso no dejemos nunca de enfocarnos en hacer oír nuestras voces para hacerles saber a todas las personas, gobiernos y líderes que necesitamos respuestas concretas y acciones inmediatas. La igualdad de género, no se negocia y mucho menos se deja para otro momento.

Ramadán Mubarak, lo que hay que saber

Por Paula Gómez

Hace 1400 años, en el noveno mes del calendario lunar, los primeros versos del Corán fueron revelados al profeta Mohammed. Por ello, todo aquel que profesa el Islam (alrededor del 22% de la población mundial) se está preparando para expresar su fe durante el mes sagrado del Ramadán, el aniversario de estos eventos. Durante este acto de culto que comenzará el 11 de marzo, los fieles tendrán que abstenerse de necesidades básicas como el beber o comer durante las horas de sol, algo que aquellos que no siguen esta religión pueden interpretar como una forma de fanatismo o imposición ¿Qué hay detrás de esta celebración?

Para comenzar, hay que aclarar que no todo el mundo está obligado a realizarlo, ya que aquellos con problemas médicos, niños, ancianos y embarazadas quedan exentos, el bienestar de la persona es primordial. Este mes intenta llevar a los fieles a alcanzar una conexión más profunda con Dios, ya que el Ramadán es uno de los cinco pilares del Islam. El objetivo es el fortalecimiento de la fe a través del autocontrol y el sacrificio de estas necesidades básicas, además de empatizar con aquellos en situaciones desafortunadas. Es por ello que, las personas que no se abstienen por diversas causas también tienen la oportunidad de celebrar o compensar a través de actos de caridad y donaciones a los más necesitados.

Como cualquier festejo religioso, el Ramadán no es solo un “sacrificio”, sino que también es motivo de unión y celebración con los seres queridos. Más de mil quinientos millones de musulmanes alrededor del mundo llenarán las mezquitas para rezar en compañía y compartir la comida nocturna que rompe el ayuno en comunidad, ya que otro objetivo del festejo es reforzar los vínculos con la familia, amigos y vecinos a través de la fe.