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¿Se abrirá la OTAN?

Por Concepción Mejías Carrascosa

La invasión rusa a Ucrania ha generado temor en los vecinos del gigante, quienes ahora no ven tan lejana la posibilidad de que una eventual invasión llegue de repente a sus fronteras. Es por esto que dichos países han intentado usar el comodín, unirse a la Alianza.

Ilustración | Ingrid Selene Fonoy Díaz

La OTAN, Organización del Tratado del Atlántico Norte, es una organización internacional cuyo principal objetivo es garantizar la seguridad de los países que la conforman. Hasta 2020, la organización estaba formada por un total de 30 países. El último en anexionarse, tras un largo periodo de idas y vueltas respecto a las reformas y requerimientos para entrar, fue Macedonia.

Como otros tantos, la OTAN también se ha visto afectada por el conflicto ucraniano, puesto que pasado 15 de mayo tanto Finlandia como Suecia confirmaron que se disponían a solicitar su ingreso en la Alianza Atlántica. Esta decisión ha sido fuertemente respaldada por la población de ambos países. En Suecia, el proceso de adhesión a la OTAN fue aprobado por un 57% de la población. En Finlandia el proceso fue un tanto diferente; un proceso que hasta ahora no había contado más que con un 30% de la población a favor se vio afectado por los ataques rusos a ucrania y el apoyo se elevó ampliamente, alcanzando el 76%.

Estos dos países del norte de Europa se habían caracterizado a lo largo de las últimas décadas como países neutrales, en medio de las rivalidades que fueron surgiendo en el continente. A pesar de esto, en la práctica, dichas Naciones ya se habían acercado bastante a la organización, llegando Jens Stoltenberg -secretario general de la OTAN- a referirse a ambos “los socios más cercanos” de la Alianza. Esto se da en el contexto de que, Suecia como Finlandia, ya habían participado previamente en ejercicios tanto marítimos como aéreos.

La pregunta que surge a continuación es ¿Por qué ahora? El ingreso de Finlandia y de Suecia en la OTAN tendría como consecuencia principal que ambos países se deben comprometer a invertir al menos un 2% de su PIB en gastos de defensa, algo que Finlandia ya está llevando a cabo, y que Finlandia se ha comprometido en realizar en los próximos meses.

No obstante, alejado de estas consecuencias de carácter gubernamental e inmediato, uno de los principales puntos a tener en consideración es que, desde el momento en el que se considere miembros a estos dos nuevos países, ambos tendrían la capacidad de invocar el Artículo 5 de la Constitución de la OTAN “la defensa colectiva” que implica que un ataque llevado a cabo contra un país perteneciente a la organización será considerado como un ataque contra todos los países restantes que la conforman.


El Secretario General de la OTAN y el Presidente finlandés durante un encuentro en la sede de la organización, 2021.

Ante la formalización de las peticiones por ambos países para ingresar en la Organización en un tiempo récord, Rusia ha comunicado su descontento ante esta decisión y ha anunciado que, si finalmente, Finlandia y Suecia acaban formando parte de la Alianza Norte, se verá obligada a tomar represalias contra ambos países.

En un principio, el Primer Ministro finlandés, Sauli Niinistö y la Primera Ministra sueca, Magdalena Andersson, anunciaban abiertamente que ninguno de sus países encontrarían mayor impedimento para anexionarse a esta organización. No obstante, el proceso no está siendo tan claro y directo como se esperaba y ambos países se han topado con la negativa de Turquía, puesto que ambos reconocen la entrada y petición de asilo y refugio de militantes kurdos y otros grupos que el Presidente turco Recep Tayyip Erdogan considera parte de una organización terrorista.

El líder del Ejecutivo turco publicó en un comunicado que, para mantener en proceso las conversaciones que deriven en la entrada de los dos países nórdicos en la organización, tanto Suecia como Finlandia deben demostrar claramente que apoyan a Turquía en temas fundamentales como son la lucha contra el terrorismo. Para ello, Suecia deberá romper, según Erdogan, todos los vínculos con el Partido de Trabajadores del Kurdistán (PKK) y las Unidades de Protección Popular (YPG) y también deberá levantar las restricciones a las exportaciones de armas que se habían decretado en 2019 contra Turquía.

A pesar de que la membresía todavía no ha sido confirmada, el Secretario General de la OTAN ha asegurado que ofrecerá protección y apoyo a los dos países nórdicos hasta que finalmente este proceso quede aprobado, ante cualquier posible ataque de Rusia.


Mientras la invasión sigue con su curso, los países vecinos se preparan para lo peor. A su vez, Rusia ha anunciado que tomará las medidas necesarias para evitar que la Alianza Norte se acerque cada vez más a sus fronteras. De momento queda esperar a lo que suceda en las próximas semanas y si, finalmente, los países de la OTAN aceptan la inclusión de nuevos miembros que están -evidentemente- aterrados por la guerra cercana.


Concepción Mejías Carrascosa (España): graduada en Derechos Humanos y Relaciones Internacionales, Universidad Autónoma de Madrid.

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