Vence Macron, respira Europa
Por Concepción Mejías Carrascosa
Con una mayoría del 58,55% de los votos frente a su oponente más cercana, Le Pen, con 41,45% de los votos, el centrista Macron vuelve al Elíseo en su segunda candidatura. Estas elecciones de 2022, marcan la tercera vez consecutiva en la que el pueblo francés consigue alzarse contra la cada vez más apoyada ultraderecha.

Ciertamente, a lo largo de estas elecciones presidenciales, Emmanuel Macron, ha sido una figura casi camaleónica en lo referente a su imagen pública. Durante esta campaña Presidencial, Macron se ha dejado ver en distintas facetas y situaciones, ganándose el apodo en algunos medios de comunicación internacionales de “El Presidente de las mil caras”.
Sin embargo, no es de olvidar que uno de los desafíos a los que se enfrentará el reelecto presidente a lo largo de esta legislatura es cómo recuperar el apoyo y el interés de la población francesa, puesto que una de las características principales y más comentadas de este proceso electoral ha sido la caída de la participación ciudadana, con un 28% de abstención, la cifra más alta en los últimos cincuenta años. Es de recalcar que este dato no solamente representa que un sector de la población no se haya desplazado para votar, sino que hay una parte de la ciudadanía que no consideraba una opción válida el dar su voto a Macron, aunque fuese bajo la justificación de frenar el avance de Le Pen.
Analizando su discurso de victoria, pronunciado en los idílicos campos de Marte con una de las imágenes más emblemáticas del país, La Torre Eiffel, Emmanuel Macron se ha dirigido no solo a aquellas personas que le han votado para agradecerles su apoyo, sino a todas aquellas personas que votaron a su oponente o que no han votado, para prometerles que durante estos cinco años será el Presidente de todos y todas: «…desde ahora ya no soy un candidato de nadie sino el Presidente de todos y todas y sé que muchos franceses que hoy han elegido la extrema derecha por indignación deben encontrar una respuesta; esta es mi responsabilidad en esta segunda etapa».

Un apunte a remarcar es que este país es una República semipresidencial, en la que el poder se encuentra dividido entre el Presidente del Gobierno, recientemente elegido, y aquella persona que desencargue el puesto de Primer Ministro o Primera Ministra. Por consecuente, la victoria de Macron ha sido una victoria “a medias” como la han bautizado los periódicos y fuentes de noticias internacionales. Aparte del descontento de la población, otro factor que mantendrá en vilo a Macron en las próximas semanas, seguirá siendo la figura de Le Pen y las vecinas elecciones legislativas del mes de junio.
Desde el momento en el que fue declarada la victoria de Macron en las presidenciales, Le Pen anunció su intención de mantenerse firme en su carrera por el gobierno de Francia, estableciendo como su próximo objetivo las elecciones legislativas. En estas se forjarán las mayorías y alianzas que permitirán, o no, al recién electo Presidente acceder al poder.
Al fin y al cabo, son estas alianzas las que determinarán si el mandato del Presidente Macron será un proceso llano y simple, o un recorrido de altibajos. En función del resultado de estas elecciones legislativas y las alianzas que consigan formar los distintos partidos tanto de derechas como de izquierdas, el Presidente centrista podría encontrar serias dificultades para aplicar sus políticas de gobierno, si algunas de las ramas oponentes consiguen una representación notoria en el Parlamento que les permita tumbar las propuestas provenientes desde el Elíseo.

La frase “No abandonaré a los franceses” ha sido escuchada en boca tanto de representantes de la ultraderecha como Eric Zemmour o de la izquierda, como Jean-Luc Mélenchon. Como ya hemos mencionado, la mirada está fijada en las elecciones a la Asamblea. Para más inri, el proceso electoral del 2022 permite a los contrincantes de Macron un terreno de juego bastante favorable respecto a lo vivido en años anteriores, puesto que raramente se ha visto un proceso en el que transcurra un periodo de tiempo tan largo desde la elección del Presidente hasta las elecciones legislativas. Estos casi dos meses entre ambos procesos, dotan a las fuerzas opuestas de un tiempo considerable para ganar el apoyo de esa parte de la población que no salió de casa, o que, simplemente, votó a Macron para frenar el avance de la ultraderecha.
Aunque los sondeos parecen vaticinar que la victoria en esta tercera ronda de juego seguirá siendo para Macron, también hay opiniones expertas que recalcan el hastío de la población y, defienden, el poder de movilización que pueden tener aquellos votantes “decepcionados” o “vencidos” frente a los vencedores.
Y ¿Cómo se ha vivido esta victoria en el resto del mundo? Tanto de la Comunidad Europea, como de la Unión Africana, al igual que desde importantes entidades internacionales, han llegado mensajes de felicitación al Presidente Macron por su victoria. No han sido pocas las ocasiones en las que representantes de organismos mundiales, o grandes representantes de la sociedad internacional, han manifestado a través de sus redes sociales que “ahora pueden respirar tranquilos” tras la derrota, y por consiguiente, contención, de la ultraderecha en el Gobierno.

Vista la sitación cabe preguntarse ¿Es esta victoria celebrada como un triunfo o como un consuelo, frente a lo que podría haber significado la elección de Le Pen? Te leemos en nuestras redes.
Concepción Mejías Carrascosa (España): graduada en Derechos Humanos y Relaciones Internacionales, Universidad Autónoma de Madrid.