Coronawork: ni motivación, ni frustración
Una inesperada crisis médica, social y económica modificó todo aquello que veníamos haciendo y como lo estábamos haciendo. Entonces… ¿cómo se verán impactados nuestros trabajos? ¿Cómo saldremos de esta situación? ¿Cómo nos preparamos para un futuro incierto?

El 2020, como todo año que comienza, parecía marcar tiempos de prosperidad y producción. Con el ánimo positivo de una década renovada y en un mundo más globalizado, todo indicaba que empezaba una etapa de proyectos, viajes, nuevos trabajos y emprendimientos; pero un enemigo invisible, el Covid-19, acabó con nuestras expectativas.
El cataclismo generado por el coronavirus tiene efectos inmediatos en la política y los sistemas de salud pero, previendo sus efectos colaterales futuros, la Organización Internacional del Trabajo (OIT)* estima que entre 5,3 y 24,7 millones de personas perderán su trabajo, lo que provocará un desequilibrio económico mundial en el consumo de bienes y servicios, afectando profundamente las perspectivas de grandes empresas y pymes.
“Hace solo tres meses esperábamos un crecimiento positivo del ingreso per cápita en más de 160 de nuestros países miembros en 2020. Hoy, ese número ha cambiado de rumbo: ahora proyectamos que más de 170 de los países experimentan un crecimiento negativo del ingreso per cápita este año. Anticipamos las peores consecuencias económicas desde la Gran Depresión”
Kristalina Georgieva, Directora Gerente del FMI
Todo ello conlleva a un incremento de la “pobreza laboral” y “subempleo”* que se traduce en la reducción de horas laborales y salarios. Los grupos más afectados son personas con afecciones de salud, personas mayores con ciertas dificultades, jóvenes, que ya padecen tasas altas de desempleo y subempleo, trabajadores mayores de 60 años; y trabajadores independientes y ocasionales.
En este sentido tampoco podemos perder de vista a las pequeñas y medianas empresas debiendo cuestionarnos ¿cómo sobrevivirán las pymes sin percibir ganancia alguna y mientras deban pagar sueldos, impuestos y gastos de mantenimiento? Y en el mismo camino que la pregunta anterior, ¿están respondiendo los gobiernos de forma práctica y coherente? En un mercado laboral imperfecto e informal será mucho más dramática la situación para entrepreneurs* y cuentapropistas (monotributistas, autónomos y otros), e inclusive para los headhunters* y accionistas que no cuenten con una red de contención. Está claro que hay un plan de salud pero no uno económico que de seguridad ante la urgencia y la necesidad para poder sobrevivir. Esto se traduce a que las economías mundiales al constar de cierta inestabilidad, transmiten inseguridad e incertidumbre a las “cabezas de compañías” provocando un desmoronamiento desde la cúspide hasta los cimientos empresariales.

La gran mayoría de los trabajadores en blanco realizan sus labores vía online. Esta es una de las mejores alternativas en estos tiempos, el famoso “home office”. Pero… ¿es realmente efectivo? ¿Se trabaja de igual manera con la misma cantidad de horas de trabajo? Según el relato de distintos homeworkers, unas de las plataformas más utilizadas son TeamViewer o AnyDesk, que consisten en programas de software para ordenador cuya función es conectarse remotamente a otro equipo. Entre sus funciones encontramos la de compartir y controlar escritorios, realizar reuniones en línea, videoconferencias y transferencias de archivos entre ordenadores.
Sin embargo, si bien algunas personas están cómodas con este sistema de trabajo, otros no se encuentran de acuerdo debido a que consideran que los horarios son alternativos, generando cierta distracción, inestabilidad y desequilibrio al momento de sentarse a trabajar. Es por ello que comparto algunos consejos de Elisa Sánchez, psicóloga laboral y profesora de la UDIMA (Universidad a distancia de Madrid), para estos momentos en los que no encontramos un orden u organización en el “teletrabajo”:

1. Planifica y establece rutinas: trabaja siguiendo un plan que te permita organizar tu horario y que establezca prioridades. Esto mejorará tu capacidad de rendimiento y establecerás un hábito de trabajo. Debes tener cuidado de pecar de ser inflexible, pues debes adaptar estas rutinas a los imprevistos o las necesidades que vayan surgiendo. Es importante cambiarse y no quedarse en pijamas.
2. Cuida el espacio de trabajo: es necesario tener un espacio específico para desarrollar tu trabajo y sólo utilizarlo para ello. Esto te permitirá separar tu vida personal de la laboral. Intenta que tu ambiente de trabajo sea lo más agradable posible: mobiliario adecuado, limpieza, orden, iluminación natural, asiento cómodo y buena climatización.
3. Aprende a gestionar las interrupciones: para poder reducir el número de distracciones, determina algunos momentos al día para contestar correos, llamadas o mensajes.
4. Tecnología: familiarízate con toda la tecnología que facilite tu labor desde casa y que agilice tu trabajo.
5. Confianza: si tu empleador te brinda la opción de realizar home office, es también porque confía en vos y en que gestionarás esta modalidad de trabajo con sensatez y no pensando que es asueto. No traiciones la confianza de tu empresa.
La destacada docente recuerda que todo cambio es traumático, entonces este sigue un proceso y ahora nos encontramos en la fase del miedo. «Nos preocupa lo que le pueda suceder a nuestros familiares y amigos, además esta situación de ansiedad e incertidumbre no facilita ni el trabajo ni el rendimiento», explica y agrega que «en estos momentos estamos fuera de nuestra zona de confort y para volver a estar tranquilos deberemos aprender a surfear en tiempos de crisis».
Los expertos coinciden en que una de las maneras más efectivas de combatir la incertidumbre es mantenerse activo. Seguir con la rutina diaria ayuda al cerebro a ponerse en modo trabajo.
“Ni motivación, ni frustración” escribió el experto en Recursos Humanos, Pedro Sánchez, sobre el empleo en casa, quien también afirma que “la gente no va a enfrentarse a esta situación porque quiere, sino porque las circunstancias nos llevan a estar en casa. Esto no debe suponer una frustración por quedarse en casa, ni tampoco una motivación extraordinaria por el mismo hecho”. Además, añade que “debe ser una circunstancia que me lleve a tomar decisiones sobre qué hago y qué es lo más importante”.
La situación en la que nos encontramos no es fácil pero tenemos la necesidad social de revertirla en forma conjunta para salir adelante. Mantener la mente fresca y en actividad, estableciendo rutinas productivas mientras nos encontramos en casa es vital, y cada uno en su lugar puede lograr desarrollo personal propio y a su vez brindar contención social. Esta es la forma de crecer en tiempos de pandemia.
GLOSARIO:
*OIT (Organización Internacional del Trabajo): entidad que funciona bajo la órbita de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Esta institución se encarga de analizar todo aquello vinculado al universo laboral, protegiendo los derechos de los trabajadores.
*SUBEMPLEO: empleo por tiempo no completo, retribuido por debajo del mínimo o que no aprovecha completamente la capacidad del trabajador.
*ENTREPRENEURS: término en inglés utilizado por especialistas en recursos humanos que se traduce en la palabra “emprendedor”.
*HEADHUNTERS: término en inglés utilizado por especialistas en recursos humanos que significa “cazadores de talento”.
*HOMEWORKERS: término en inglés que alude a “persona que trabaja desde su casa”.
Columnista invitada
Carla Mosso (Argentina): Lic. En Relaciones Humanas, Universidad Champagnat (UCH)
Recomendado por la autora: “Guía de RRHH en tiempos de pandemia” por Martha Alles, una reconocida empresaria y escritora sobre el mundo de las relaciones humanas.
Categorías
En tiempos de pandemias mundiales, estos artículos valen oro. Trabajar desde casa forma parte de una necesidad hoy en día, y al mismo tiempo, de un privilegio que no se puede dar todo el mundo, pero algunos nos estamos volviendo locos entre paredes, sin embargo mas que nunca debemos actuar empatica y responsablemente con la situación. Te sigo desde ahora, un abrazo fuerte!
Me gustaMe gusta