La historia: Una guía para hacer frente a la incertidumbre

Por Nicolás Velásquez Díaz
“El Mundo” de Richard Haass no es una brújula para navegar frente a la incertidumbre que ya nos alcanza. Cuando la geopolítica toca tu puerta, entender el orden internacional ya no es opcional, es una forma de estar listos para lo que viene.

Una de mis actividades matutinas al regresar a casa después de mi sesión de ejercicio, es la de escuchar mi programa radial de noticias favorito, W Radio, mientras preparo mi desayuno y me alisto para salir a la oficina. Enterarme de lo que está aconteciendo en mi país y en el mundo es uno de mis hábitos favoritos. Ahora bien, así como escuchar las noticias nos mantiene informados sobre los últimos acontecimientos, también puede ser un hábito peligroso, ya que, si no sabemos manejar el flujo continuo de información, que de por sí es excesivo y abrumador, nuestro día se podría arruinar sin que lo hayamos iniciado.
Lamentablemente, las malas noticias eclipsan los acontecimientos optimistas y esperanzadores en un contexto global multipolar que está sumido en una constante incertidumbre. La pregunta, entonces, que debemos hacernos es la siguiente: ¿Qué podemos hacer nosotros para hacer frente a este contexto de incertidumbre global? Por un lado, está el camino pasivo, el cual implicaría apagar la radio o la televisión y omitir todas aquellas noticias que nos afecten nuestra paz mental. A pesar de que este es el camino fácil, como bien lo menciona el reconocido historiador Yuval Noah Harari en su libro 21 lecciones para el siglo XXI, no es el adecuado.
Con frecuencia, ni siquiera nos damos cuenta de que se produce un debate, o de cuáles son las cuestiones clave. (…) Si el futuro de la humanidad se decide en nuestra ausencia, porque estamos demasiado ocupados dando de comer y vistiendo a nuestros hijos, ni ellos ni nosotros nos libraremos de las consecuencias. Esto es muy injusto, pero ¿quién dijo que la historia es justa?
Yuval Noah Harari
La decisión que nos queda por tomar es, entonces, la del camino activo. Entender el pasado e intentar buscar las respuestas adecuadas a los acontecimientos del presente. Para ello, está “El Mundo: una breve introducción” de Richard Haass, quién es actualmente el presidente del Council on Foreign Relations y fue asesor para el Medio Oriente del presidente George H. W. Bush.
En 313 páginas, el autor realiza un recorrido por los principales acontecimientos históricos que marcaron la evolución del Sistema Internacional, desde la Guerra de los 30 años en 1618, pasando por la I y II Guerra Mundial, hasta llegar a los innumerables desafíos del siglo XXI. Además, se analiza la historia y principales dinámicas políticas, sociales y económicas de las seis regiones del mundo: Europa, Asia del este y Pacífico, Sudeste asiático, el Medio Oriente, África y las Américas. Posteriormente, se discuten algunos de los principales desafíos globales que son el titular del día a día: salud global, cambio climático, terrorismo, ciberseguridad, proliferación de armas de destrucción masiva y comercio internacional. Por último, se examina el estado actual del orden mundial, el cual para el autor está perdiendo la batalla frente a fuerzas como el nacionalismo.
Richard Hass, por tanto, le ofrece al lector la oportunidad de pasar a la acción analizando cuidadosamente con profundo detalle cada uno de los titulares inesperados que saldrán en su programa matutino de radio y/o televisión. Este libro no le hará experto en relaciones internacionales, sin embargo, lo convertirá en un conocedor capaz de entender la evolución del mundo y las diferentes propuestas para darles forma. “El Mundo”, por tanto, es un primer paso para toda aquella persona que desee entender y navegar con mayor facilidad la incertidumbre de un mundo multipolar. Una herramienta muy valiosa que este año llegué a necesitar.

Domingo 26 de enero del 2025, 3:41 am, el presidente de Colombia Gustavo Petro publica en la red social de X las siguientes palabras: Los EE.UU. no pueden tratar como delincuentes a los migrantes Colombianos. Desautorizo la entrada de aviones norteamericanos con migrantes colombianos a nuestro territorio. EE. UU. debe establecer un protocolo de tratamiento digno a los migrantes antes que los recibamos nosotros.
En respuesta, el Departamento de Estado de los Estados Unidos anuncia el mismo día a las 6:38 pm la suspensión de emisión de todo tipo de visas para Colombia. Acto seguido, el lunes 27 de enero, me despierto con el siguiente correo en mi bandeja de entrada: Su entrevista de visa o cita en el Centro de Atención al Solicitante prevista para el 28 de enero ha sido cancelada debido a la negativa del gobierno colombiano a aceptar vuelos de repatriación de ciudadanos colombianos desde los Estados Unidos, que el presidente Gustavo Petro había autorizado previamente.
Para el ciudadano común, este impase diplomático entre Colombia y Estado Unidos es una riña de egos entre dos presidentes, cuyos roles están bien definidos: la víctima y el agresor. Ahora bien, para el lector del “El Mundo” este hecho requiere mayor explicación, ya que es una clara demostración de una región, como lo es las Américas, donde históricamente la balanza de poder entre Estados ha sido inexistente. En otras palabras, en las Américas no hay otro Estado que sea capaz de desafiar política, económica y militarmente a los Estados Unidos.
Gustavo Petro, al prohibir los vuelos de ciudadanos colombianos deportados, se olvida que su capacidad de influencia y ejercicio de poder en la región son eclipsados, en su totalidad, por la hegemonía de los Estados Unidos. En 1903 Colombia pretendió poner a prueba esta hegemonía y, por ello, perdió a Panamá. Por otro lado, la respuesta de Estados Unidos de suspender las visas a colombianos corresponde a una lógica clara de demostración de poder frente a un Estado que pretende desafiar su statu quo construido durante más de un siglo en la región.
Afortunadamente, unas semanas más tarde el impase diplomático se superó y las visas se reactivaron. No obstante, esta experiencia me deja una gran lección: nunca lograremos controlar lo que sucede en el contexto internacional, pero sí podemos controlar el entendimiento que tenemos sobre él y sus posibles consecuencias en nuestras vidas.

La historia está repleta de gobiernos y dirigentes que consideraban ilegítimo el orden mundial existente porque no protegía lo que ellos consideraban sus intereses vitales ni les otorgaba un lugar en el mundo que juzgaban acorde con su poder o sus ambiciones. Napoleón, Bismarck y Hitler seguramente encajarían aquí.
Por ahora, mi consejo es el de invitarlos a leer. A través de autores como Richard Haass, no sólo nos acostumbraremos a la incertidumbre, sino que la convertiremos en nuestra cotidianidad. Así, mañana, al escuchar su programa matutino de noticias no se sorprenderán de lo que para muchos son sucesos que no merecen mayor explicación.

Nicolás Velásquez Díaz (Colombia): Profesional en Relaciones Internacionales, Universidad del Rosario. Gerente de Desarrollo de Negocio, CCI France-Colombia.
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