Habemus Papam: León XIV
Por Francisco Sanchez Giachini y Santiago Leiva
El humo blanco brotó de la icónica chimenea de la Capilla Sixtina y las campanas de la Basilica de San Pedro empezaron a sonar. De esta manera se dio a conocer al mundo entero que el cardenal, Robert Francis Prevost, fue elegido por sus 132 compañeros cardenales para ser el nuevo líder de la Iglesia Católica.

Solo cuatro votaciones bastaron para que el Sacro Colegio Cardenalicio designara al nuevo sucesor de Pedro. Cerca de las 18:10 (Hora italiana) el humo blanco indicó que en la Capilla Sixtina los 133 Cardenales lograron acuerdo y eligieron al Papa número 267 de la Iglesia Católica.
Pese a lo que se especulaba respecto de las divisiones ideológicas dentro de la Capilla Sixtina, el Cónclave se destrabó de manera rápida, siguiendo la línea de las últimos dos procesos de elección; en el del año 2005 Benedicto XVI fue elegido en la cuarta votación y en el del 2013, Francisco fue electo en la 5ta.
Cerca de una hora después de la tan ansiada fumata blanca, Dominique Mamberti -Protodiacono- salió al «Balcón de las Bendiciones» de la Basilica de San Pedro y pronunció el famoso «Habemus Papam». Acto seguido dio a conocer al mundo que el nuevo Papa es Robert Francis Prevost, quien eligió como nombre para su papado el de León XIV.
Notablemente conmocionado y emocionado, se dirigió a los miles de fieles en la Plaza San Pedro (y el mundo) con un mensaje de paz y esperanza, a la vez que recordó al «valiente Papa Francisco». Este mensaje, y como era de esperar, fue pronunciado en italiano. Aún así, y ante la sorpresa de todos, decidio dedicar un momento de su mensaje para saludar al pueblo de Perú en español.
Esto se debe a que, si bien es estadounidense de nacimiento, Perú ha sido una parte importante de su vida eclesial, al punto de haber adquirido la nacionalidad peruana en el año 2015. Se trata así del primer Pontífice nacido en suelo estadounidense, y el segundo nacido en el Continente americano, continuando con la representación americana comenzada por su predecesor en el año 2013.
¿Quién es León XIV?
Prevost nació el 14 de septiembre de 1955 en Chicago, Estados Unidos. Ingresó a la Orden de San Agustín en 1977 y se ordenó sacerdote en el año 1982. Desde ese momento comenzó con un largo camino que lo llevó a pasar buena parte de su vida adulta en Perú, comandando la misión de Chulucanas y posteriormente enviado a Trujillo, donde se desempeñó como prior de la comunidad, director de formación y finalmente mestro para profesos.
Alternó su estancia entre Perú y su Chicago natal, donde también se desempeñó como prior provincial de la «Provincia Madre del Buen Consejo», luego como prior general, director de formación en el Convento de San Agustin, así como primer consejero y vicario general para la misma Provincia.
En el año 2014 fue ordenado Obispo de Sufar y nombrado administrador apostólico de Chiclayo (Perú) por el Papa Francisco.
El 30 de enero de 2023 fue designado prefecto del Dicasterio para los Obispos y Presidente de la Pontificia Comisión para América Latina. El 30 de septiembre del mismo año fue creado cardenal por el Sumo Pontífice, y en febrero de 2025 fue promovido a la Orden de los Obispos del Colegio Cardenalicio.
En cuanto a su formación personal, es Licenciado en Ciencias Matemáticas por la Universidad de Villanova, posee una Maestría en Divinidad y cuenta además con una licenciatura y doctorado en Derecho Canónico en la Universidad Angelicum. Sumado a ello, es políglota, pudiendo hablar en inglés (lengua materna), español, italiano, portugués y francés. Así, es considerado por sus pares como un verdadero intelectual dentro de la Iglesia.


Doctrina agustina
La elección de León XIV como Sumo Pontífice representa una novedad en la historia de la Iglesia Católica: es el primer Papa proveniente de la Orden de San Agustín. Esto no es un simple detalle ni un dato menor, sino una pista poderosa sobre la influencia que podría tener el pensamiento de San Agustín de Hipona en la Santa Sede. En primer lugar, hay que destacar los valores sobre los cuales se basa la Orden de San Agustín: la búsqueda interior de Dios, la espiritualidad en comunidad y el conocimiento teológico.
Desde estos valores doctrinales, el nuevo Papa posiblemente haga un llamado a retomar la espiritualidad agustiniana, la cual parte de una idea potente y sencilla: el corazón humano está inquieto hasta que encuentra descanso en Dios. Esta afirmación señala la necesidad de reorientar la Iglesia Católica y la vida eclesial hacia la interioridad, la conversión personal y la búsqueda del conocimiento teológico. En un mundo saturado de ruido, es posible que el sumo pontífice promueva reavivar el alma de la Iglesia desde su raíz espiritual.
Este enfoque ofrece nuevas perspectivas poco tratadas por los medios tradicionales. Es decir, podría proponer una tercera vía entre los sectores conservadores y liberales dentro de la Santa Sede: más que imponer reformas estructurales, la Iglesia Católica debería buscar provocar un cambio profundo, una renovación interior desde la conciencia, el intelecto y la libertad espiritual. Las consecuencias de este enfoque no son solo teóricas, sino también prácticas. El corazón del mensaje cristiano no debe surgir de una “perfección moral” ni de una “eficiencia pastoral”, sino de la lectura de los Evangelios como fuerza transformadora, capaz de confrontar ciertas expectativas, en medio de una Iglesia global que oscila entre el conservadurismo normativo y la tentación de diluir su mensaje para ganar aprobación.
En cuanto a su posible actitud frente a la división interna de la Iglesia, vale recordar que la regla agustiniana fue fundada sobre la necesidad de mantener la unidad eclesial incluso en los momentos más críticos. El legado de San Agustín podría reflejarse en el nuevo Papa, quien enfrenta hoy fricciones entre corrientes muy distintas: obispos tradicionalistas que han cuestionado las acciones reformistas de Francisco, múltiples interpretaciones dispares sobre cuestiones morales, debates sobre la identidad sexual y el rol de las mujeres en la Iglesia, entre otros. En este contexto, León XIV podría optar por liderar con una autoridad más doctrinal que carismática, buscando una unidad que no sea uniformidad, pero que tampoco quiebre las relaciones dentro del clero global.
En el plano internacional, el nuevo sumo pontífice podría ofrecer una diplomacia vaticana más arraigada a los valores católicos y a principios éticos, antes que a la búsqueda de equilibrios geopolíticos. Esta visión no implicaría un aislamiento del mundo, sino un compromiso activo desde una autoridad religiosa guiada por el “amor ordenado al bien común”. León XIV, con su experiencia en Perú y una visión bien formada en cuestiones como la migración, la pobreza estructural o el deterioro de la convivencia democrática, puede contribuir a estas causas globales con la convicción de que la dignidad humana no se negocia.
En el plano internacional, las repercusiones por la elección del nuevo sucesor de Pedro fueron inmediatas, y los saludos por parte de los distintos mandatarios no tardaron en llegar. Lógicamente, uno de los primeros mensajes llegó por parte del presidente de los Estados Unidos, quien expresó que se trata de «un gran honor para su país» y se mostró expectante ante una potencial reunión con el Sumo Pontífice.
Cercanos a esta línea, la Oficina del Presidente de la República Argentina también se apresuró a saludar al nuevo Pontífice mediante un comunicado donde se manifiesta que «hoy más que nunca, anhelamos que la voz del Papa resuene con fuerza en la defensa de los pilares que han sostenido la civilización: la vida […], la libertad […] y la propiedad privada».
Por su parte la presidente de Perú, Dina Boluarte, se mostró profundamente emocionada por la elección del peruano-estadounidense como máximo representante de la Iglesia Católica, y en un mensaje en la cuenta del Gobierno de Perú saludaron a León XIV y recordaron su paso y huella en el país.
Otro de los que felicitaron al Cardenal Prevost fue el presidente ucraniano Volodimir Zelensky. En el mensaje publicado en la red social X mencionó que «Ucrania valora profundamente la posición de la Santa Sede en defensa del Derecho Internacional, condenar la agresión militar de la Federación Rusa y proteger los derechos de los civiles inocentes».
El presidente de Colombia, Gustavo Petro, deseó que «sea el gran líder de los pueblos migrantes en el mundo, y ojalá aliente a nuestros hermanos migrantes latinoamericanos, hoy humillados en los Estados Unidos», arremetiendo claramente contra la administración Trump y sus políticas migratorias.

En conclusión, León XIV se puede destacar tanto su trayectoria en América Latina —que lo convierte en un líder que comprende los desafíos del Sur global— como su condición de primer Pontífice perteneciente a la Orden de San Agustín, caracterizada por su devoción a la evangelización, similar a la de los jesuitas del Papa Francisco, pero con un enfoque más pragmático, intelectual y teológico a la hora de pensar reformas en la Iglesia.
Podría decirse que este nuevo papado buscará una unificación basada en la humildad y en el estudio eclesiástico de la Fe. En tiempos modernos, en los que muchos buscan respuestas rápidas, un Papa agustino puede recordar a los fieles —y al mundo entero— que los cambios más duraderos no vienen del impacto, sino de la profundidad.
Francisco Sánchez Giachini (Argentina): Abogado por la Universidad de Mendoza. Editor, columnista y podcaster en Diplomacia Activa.
Santiago Leiva (Argentina): Estudiante de Gobierno y Relaciones Internacionales, Universidad Argentina de la Empresa. Columnista de Diplomacia Activa.
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