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Milei frente al espejo

Por Tomas Peña y Mauricio Rodriguez

En su primer año en el gobierno, el presidente argentino se hizo presente internacionalmente y le explicó al mundo que es un “anarcocapitalista”. Cabe preguntarnos, ¿La política exterior de Milei fue pragmática, o cayó en la tentación ideológica?

Con su emblemática chaqueta de cuero y su personalidad explosiva, Javier Milei fue tapa de todos los diarios del mundo, y en cada una de las entrevistas, siempre dedicó unos minutos para desarrollar lo que significa el liberalismo para él y cómo sería el pilar fundacional tanto de su política doméstica como exterior.

«El liberalismo es el respeto irrestricto del proyecto de vida del prójimo, basado en el principio de no agresión y en defensa del derecho a la vida, a la libertad y a la propiedad«.

Javier Milei

En una entrevista, el politólogo Andres Malamud explicó que “Milei, es intelectualmente globalista” y “que si fuera por él, aboliría el estado (…) Para Milei el proteccionismo es malo porque el proteccionismo es cerrar las fronteras y las fronteras son los límites del estado, y el estado es un criminal. Idealmente para Milei, la libertad domina el globo”. Sin embargo, como la política misma, nada es blanco o negro, existen grises. 

Durante su gobierno, Milei prefirió las relaciones bilaterales y expresó constantemente un profundo rechazo por el multilateralismo y por todas las plataformas donde se celebró este sistema, ya que para él, los foros multilaterales no son más que plataformas donde se desarrollan agendas relacionadas al marxismo cultural. Internacionalmente tiene una familia que comparte ésta idea, Donald Trump, Viktor Orbán, Giorgia Meloni, Santiago Abascal, entre otros. No obstante, el presidente argentino se diferencia de su familia por lo antes expuesto por Malamud, Milei cree en el libre comercio y los libres mercados, no en el proteccionismo y las políticas duras contra la inmigración, como si cree el resto. Por ahora, el alma globalista de Milei no ha entrado en disputas familiares, ¿seguirá así o empezaremos a ver actas de divorcio en los próximos años?

Ahora bien, tras cumplir su primer año de gestión, Milei deja entrever varias pistas de en dónde se encarrila su política exterior de cara a los próximos tres años. Hay un realineamiento férreo con las potencias occidentales, especialmente con Washington y Tel Aviv. Hay una ideologización de la política exterior argentina, caracterizada por lo que hemos descrito antes, un profundo rechazo al multilateralismo en contraposición a un creciente dinamismo por el bilateralismo y las alianzas estratégicas, materializadas principalmente en el área comercial. 


Ilustración | Victoria Morete para Seúl

Alineamientos y distanciamientos en la Política exterior

El tratado de libre comercio entre Estados Unidos y la Argentina se posa como una de las más grandes expectativas que se tiene del régimen argentino en materia de política exterior. Este presenta grandes dificultades. Entre éstas, el hecho de que la fisonomía de ambas economías se parecen, haciendo que estas sean competitivas, y no complementarias. Esto dificulta la inserción de ambas producciones ya que emergen conflictos de intereses sectoriales (como la agricultura, donde el lobby agrícola estadounidense sería gran opositor a la competitividad argentina en la carne y en la soja), o bien en materia de propiedad intelectual y patentes (EE.UU. suele exigir estándares más estrictos sobre sectores farmacéuticos y software, lo que le presentaría otro problema). 

Asimismo, los factores políticos agravan la posibilidad del acuerdo, ya que la postura argentina respecto de la apertura y el comercio internacional ha variado de gestión en gestión, además de que el acuerdo constituiría una violación a la normativa del MERCOSUR, debiendo necesitar un consenso de sus miembros o bien abandonar el grupo para lograr dicho cometido. 

Hubo, a su vez, un fuerte apoyo a Israel. Sumido en una guerra en Medio Oriente, Cancillería argentina no sólo no condenó las violaciones al derecho internacional humanitario perpetrados en la guerra en Gaza, sino que fue uno de los 14 países que votó en contra de la resolución que insta a Nethanyahu a abandonar el territorio palestino ocupado en un período de 12 meses. Recientemente cumplidos los 75 años de relaciones diplomáticas entre ambos, la Argentina condena el ataque de Hamas llevado a cabo el 7 de octubre de 2023 y respalda el derecho de legítima defensa israelí, exigiendo la liberación inmediata e incondicional de los 97 civiles aún secuestrados en la Franja de Gaza, de los cuales se estiman ocho son argentinos. En mayo de este año, otra resolución concerniente a la entrada de Palestina a Naciones Unidas, por orden de Javier Milei a la representación argentina en ONU, encabezada por Ricardo Ligorio, se votó en contra, conjunto a otros 9 países (Estados Unidos entre ellos, quien vetó dicha resolución). Con ello, se rompió el reconocimiento argentino a la Autoridad Nacional de Palestina independiente en sus límites geográficos de 1967, hecho diplomático que se sostuvo desde 2010. 

Por otra parte, nuestra región tampoco estuvo exenta de acciones disruptivas en las relaciones. El momento de tensión más reciente se experimentó con Chile. Tras las declaraciones de Luis Caputo calificando al presidente chileno como un “comunista” que está “hundiendo” a Chile, produjeron una respuesta del presidente Boric que instó a Milei a actuar con “un poco más de humildad”. Colombia no estuvo exenta de conflictividad. En marzo de 2024 Gustavo Petro ordenó la retirada de su embajador de Buenos Aires luego de que Milei lo calificara de “asesino” y “terrorista” insinuando que podría convertirse en dictador. En noviembre, en el marco de la cumbre del G20, Petro afirmó haber tenido un enfrentamiento con Milei, alegando que la delegación argentina ocultó los videos de dicho intercambio. También le recordó al mandatario argentino la contradicción de su relación con Xi Jinping luego de ufanarse de no acercarse a los líderes de izquierda. 

En cuanto a Lula da Silva, la relación se enmarca entre tensiones enraizadas por diferencias ideológicas, como en los ejemplos previos. En junio Lula solicitó una disculpa pública por ser calificado como “corrupto” y “comunista”, la cual fue nuevamente negada por parte del mandatario argentino. Al siguiente mes, este se refirió a Da Silva como un “dinosaurio perfectamente idiota” lo que agravó aún más las relaciones diplomáticas. Durante la cumbre del G20 en Río, Milei adoptó una postura obstructiva, lo cual se vio como un sabotaje hacia la agenda de Lula. En dicha cumbre, Milei no participó de la foto familiar. El presidente brasileño, en réplica, también decidió ausentarse de la foto del MERCOSUR tras la asunción argentina de la presidencia pro témpore. No obstante, hubieron tintes de cercanía y colaboración en cuanto a las coincidencias por no reconocer la presidencia de Maduro y la iniciativa de Milei de unirse a la Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza, la cual fue promovida por Lula. 

Las relaciones bilaterales con Venezuela han sido objeto de profundo conflicto. En septiembre de 2024, la fiscalía venezolana solicitó una orden de captura contra Javier Milei, su hermana Karina y la ministra de seguridad Patricia Bullrich, acusándolos de delitos relacionados con la incautación y envío a Estados Unidos de un avión venezolano-iraní que estuvo en Buenos aires desde Junio de 2022. Desde marzo, seis colaboradores de la opositora venezolana María Corina Machado se refugiaron en la Embajada Argentina para evitar su arresto. En diciembre, Fernando Martinez abandonó la residencia diplomática y se presentó ante las autoridades diplomáticas. El régimen de Maduro sigue sin entregar los salvoconductos restantes

Aún más, desde el 23 de noviembre la Embajada Argentina en Caracas (la cual desde agosto se encuentra bajo protección de Brasil luego de que Maduro revocara a los diplomáticos argentinos la autorización de permanecer en el país) vive en asedio, sin luz. Milei reconoció a Edmundo González como presidente legítimo de Venezuela. A la actual crisis diplomática, se suma la detención arbitraria de un empleado local en la representación diplomática argentina en Venezuela, los francotiradores que apuntan contra la sede diplomática, la detención arbitraria del suboficial de la gendarmería Nahuel Gallo el 8 de diciembre por supuesto intento de espionaje (el cual supuestamente se encuentra en Táchira pero que se teme haya sido trasladado al helicoide). Estos hechos se constituyen como los principales ejes de tensión y distanciamiento entre ambos países. Todas estas violaciones al derecho internacional, y sobre todo a la Convención de Viena sobre Asilo Diplomático han imposibilitado el fluido manejo de las relaciones bilaterales. 


Imagen | Anita Pouchard Serra

Ideología y pragmatismo

Todos los gobiernos emplean una política exterior con un mix de ambos componentes. No existe una política exterior puramente ideológica ni puramente pragmática. 

Las acciones en materia de política exterior con más componentes ideológicos se vieron en la profunda alineación con Washington. De los 18 viajes al exterior durante el 2024, el destino principal de Milei fue Estados Unidos. Su viaje a la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC), su reunión con Elon Musk en Austin, Texas, la conferencia global empresarial en Los Ángeles, así también como la visita a la cumbre de Vox en mayo, son prueba de una fuerte injerencia dogmática, que permite entender el mundo desde el lente que propone Milei. 

Su postura anti-multilateralista también dejó entrever: la no adherencia al Pacto del Futuro 2045, sumada a la negativa de los tópicos enarbolados en la Agenda 2030 testifican el aislacionismo argentino y, a su vez, el escepticismo que existe sobre las agendas “woke”. La polémica votación al ser el único país en votar en contra de la resolución para combatir la violencia digital contra mujeres y niñas, además de ser también el único país en votar en contra de una resolución concerniente a los derechos de los pueblos indígenas permite divisar una agenda externa conservadora. También se vio en en las objeciones hechas por Sonia Cavallo, embajadora argentina en la OEA, sobre todos los proyectos de la Resolución referidos a los derechos humanos, seguridad hemisférica, fortalecimiento de la democracias, la crisis de Haití y la necesaria igualdad de género en la diplomacia global. 

Ilustración | Alejandro Svriz

Por otra lado, el componente pragmático en materia de política exterior se vio reflejado en la búsqueda de inversiones extranjeras, un juego que la gestión libertaria entiende y le respondió de forma correcta gracias al mejoramiento de la situación económica nacional. 

Esta búsqueda terminó creando el marco perfecto para un accionar pragmático en diferentes ámbitos. El primero fue la inserción de productos argentinos en nuevos mercados en países como Marruecos, Omán, Namibia, Ecuador, México, Chile y Sudáfrica. Con este último cabe resaltar que en 2023 Sudáfrica fue el cuarto destino de las exportaciones de nuestro país al continente africano, por lo cual este hecho permite profundizar la presencia de la Argentina en este mercado tan importante.

El segundo ámbito fue el manejo pragmático que fue adoptando la Argentina en sus relaciones con China. De las fuertes declaraciones realizadas por el presidente Milei, la Cancillería argentina supo moverse con astucia. Durante el mes de abril, la ex canciller Diana Mondino realizó una visita oficial a China, la cual culminó con una reunión bilateral junto al Ministro de Relaciones Exteriores chino, Wang Yi, en la que se destacaron las coincidencias y se respetaron las diferencias. Posteriormente en junio, Beijing sorprendió hasta al propio Milei, renovando la totalidad de los vencimientos del swap para julio de 2026. De esta manera, las declaraciones de campaña de “no hacer negocios con comunistas”, mutaron finalmente en la cumbre del G20 en Río de Janeiro celebrada en noviembre de este año, en la que se concertó un encuentro entre ambos mandatarios y se acordó ampliar las relaciones comerciales, además de extenderse invitaciones oficiales.

El tercer ámbito donde Argentina viene demostrando un manejo pragmático es en relación a la cuestión nuclear. En el marco de la 68º Conferencia General de la OIEA celebrada en septiembre, la ex canciller Mondino ratificó “el carácter estratégico” que la Argentina le otorga a la tecnología nuclear y sus aplicaciones pacíficas, y consideró a nuestro país un productor y exportador responsable y confiable de tecnología nuclear y de componentes relacionados, a varios países del mundo en todos los continentes. En consonancia, el pasado 20 de diciembre, el presidente Milei, junto a Demian Reidel y el director general de la Agencia Internacional de la Energía Atómica, Rafael Grossi, presentaron el Plan Nuclear Argentino, una iniciativa que “tiene como objetivo posicionar al país en la vanguardia energética mundial y atraer inversiones”. Además, Demian Reidel, quien presidirá el Consejo Nuclear Argentino, destacó que es “la única energía limpia que tiene la capacidad de suplir las demandas energéticas de la IA”.

¿Qué esperamos para el año que viene? Para el mundo de Milei, ir en búsqueda de empresarios impera más que ir en búsqueda de políticos. Morirá, en ese saber, y así procederá. Es posible esperar que apoye el plan que tenga Trump para finalizar las dos grandes guerras actuales. En concordancia con la doctrina Milei, se espera un fuerte impulso bilateral en detrimento de su colérica visión multilateral. En foros grupales, probablemente persista la agenda conservadora; el escepticismo por los temas concernientes a los derechos humanos, la igualdad de género, las comunidades indígenas y el cambio climático. No obstante lo cual, es tangible esperar la profundización de lazos bilaterales con sus aliados, sobre todo en materia de fomentar el comercio y, (lo que será el principal desafío de Milei para 2025) en traer inversión extranjera para concretar todos los proyectos nacionales. No podrá esto ser posible sin negociaciones de alto nivel, diálogo y diplomacia activa


Tomas Peña (Argentina): Licenciado en Relaciones Internacionales, Universidad de San Andrés. Miembro de Diplomacia Activa.

Mauricio Rodríguez (Argentina): Licenciado en Relaciones Internacionales, Universidad de Congreso. Columnista y editor en Diplomacia Activa.

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