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Guerra en Ucrania: Punto de inflexión

Por Kike Souto

Falta exactamente un minuto para las 8:00 am; en la minúscula localidad rusa de Nikoláievo-Dáryino, un joven oficial de fronteras acaba de prepararse el café. Se dispone para una larga y aburrida jornada en una frontera cerrada. Lleva aquí poco más de dos meses y aunque no tenía experiencia previa, fue asignado a la frontera con el norte de Ucrania debido a la falta de personal. Las mejores tropas rusas están ocupadas invadiendo otra zona de su vecino, hasta que… ¡Boom! El sonido de un disparo hace que el soldado tire su café y se lance al suelo, en los siguientes segundos todo pasa muy rápido. Un oficial con uniforme ucraniano grita en ruso que lleve sus manos a la cabeza y que no se resista.

Ilustración | Foreign Policy

La invasión a Rusia acaba de iniciar

El día 6 de agosto de 2024, varias tropas ucranianas cruzaron la frontera entre los Suny y el Oblast de Kursk, Rusia. Lo que la mayoría de los analistas consideramos en las primeras horas, como una nueva incursión ucraniana para desviar la atención del Kremlin, se ha convertido, una semana después, en la primera invasión a Rusia desde la Segunda Guerra Mundial. Las tropas ucranianas controlan una superficie que sobrepasa los 1000 km2, más de todo lo que había avanzado Rusia este año. ¿Qué busca Kyiv con este movimiento?, ¿estamos frente a un cambio en el panorama de la guerra? Para responder, Diplomacia Activa ha podido contactar con varias fuentes del ejército desplegadas en el frente.

En primer lugar, ¿cómo hemos llegado hasta aquí? La guerra no ha durado los tres días que Putin esperaba y, con apenas unos meses, ya teníamos claro en Diplo que la brutal agresión y la resistencia ucraniana habían cambiado al mundo como lo conocíamos. Pero estos dos años y medio han dado para mucho. Contraofensivas, largas batallas que desaparecieron ciudades enteras, flujo de armas occidentales, liberación de ciudades y estancamiento. Después de la fallida contraofensiva ucraniana del 2023, Moscú tomó claramente la iniciativa. En los últimos meses, los rusos mostraron su faceta más clásica: avanzar a cualquier costo. La invasión se había convertido en una guerra de desgaste, algo que el Kremlin podría gestionar mucho mejor que su pequeño y pobre vecino. 

Kyiv no solo se enfrenta a un país que está dispuesto a hacer todo para ganar, sino que también debe enfrentarse a sus propios aliados que poco a poco parecen estar menos dispuestos a dar todo por ganar. Los países occidentales no son de enfrentamientos largos, como menciona el analista y también escritor para Diplomacia Activa Lautaro Bermúdez, “Occidente no está preparado para este tipo de conflictos … históricamente, Occidente favoreció el choque breve entre ejércitos profesionales, donde el vencedor se lleva todo”. 

La analista ucraniana Daria Smetanko explicó a Diplomacia Activa que la moral ucraniana, aunque fuerte, comienza a sentir también la fatiga de la guerra. “Seguir día tras día el mapa de la ocupación y darse cuenta de que Rusia hoy capturó una u otra aldea, no son grandes victorias, pero es un goteo constante. Eventualmente, la moral comienza a sufrir. En este sentido Kursk es una victoria”.


Ilustración | Mark Harris

Similar opina Oleksandr Z. (Nombre ficticio), un soldado desplegado en la región de Donetsk al que Diplomacia Activa pudo entrevistar. “La situación se estaba estancando. La aventura en Kursk ayuda mucho a la moral. No sabemos qué queremos, pero sentimos que lo estamos logrando”. Quizás ahí esté la clave, en no saber. Nadie sabe exactamente que ocurre en Kursk. No fue hasta varios días después cuando el presidente Zelenski confirmó la incursión ucraniana en territorio ruso. Según nuestra fuente, el principal error en la contraofensiva del año pasado fue la gestión de expectativas. Todo el mundo esperaba algo increíble, similar a la liberación de Jersón, algo que nunca ocurrió. “Esta vez todo es más discreto, no sabemos qué esperar, ni siquiera quiénes luchamos y eso es bueno porque con cada kilómetro avanzado sentimos que estamos desbloqueando la guerra”, aseguró Oleksandr.

Varios analistas coinciden en que la principal victoria es el cambio de narrativa sobre la guerra. Del estancamiento al “Ucrania está invadiendo Rusia”, una frase que da la sensación de que la iniciativa vuelve a caer en el lado de Kyiv; además de dejar en ridículo a Moscú. Si algo debe tener claro el lector es que la idiosincrasia rusa tiene un enorme componente de “orgullo”. Una ínfula de grandeza sustentada en teorías como la de Mackinder, en la que Rusia se ve a sí misma como el futuro y un líder global indiscutible. El hecho de que un Estado vecino, mucho más pobre, logre resistir y además invadir a su madre patria casi sin resistencia es sin duda un golpe moral en el Kremlin, en la población rusa y en su mismo ejército

Quizás por ello, los que más han trabajado no han sido los soldados rusos, sino sus propagandistas; que, desde el comienzo de la incursión, han inundado las redes con vídeos falsos, de otra localización o no comprobados para afirmar que todo está “bajo control” en Kursk y Belgorod.

Esto lleva a la siguiente pregunta ¿Putin lo sabía?

Pues según reporta Bloomberg, no. El “todopoderoso” Señor del Kremlin no sabía nada. Al parecer, los servicios de inteligencia rusos habían detectado la acumulación de fuerzas ucranianas en la frontera rusa y advirtieron a los mandos del ejército al respecto. Sin embargo, el comandante del ejército ruso Valery Gerasimov prefirió no comunicarlo, quizás por considerarlo poco relevante. 

Ilustración | Foreign Affairs

¿Por qué Rusia no busca esforzarse en la recuperación? Esta es una respuesta muy difícil de responder. Conociendo el golpe moral que representa la invasión a Rusia. La nula resistencia por parte de los civiles y militares en las zonas bajo control ucraniana y el lastre que esto supone para la imagen de Putin como dictador. Lo cierto es que no parece que la respuesta de Rusia esté al nivel

Nuestra fuente en Donetsk, Oleksandr, explicó que una de las ventajas esperables era aliviar la presión en otras zonas mąś calientes dentro de la propia Ucrania. “Hemos visto movilización especialmente desde el frente norte y zonas poco tensas de tropas rusas. No obstante, en puntos críticos como aquí en el Dombás, las tropas rusas parecen mantenerse inmóviles. De hecho, la información que manejan medios independientes rusos y ucranianos es que la mayor parte de la defensa está corriendo a manos de reclutas en servicio militar. Jóvenes de 19-22 años de edad que deben cumplir obligatoriamente el servicio militar. Lo que explicaría los múltiples reportes de rendiciones masivas en el bando ruso. Es entendible que un joven que sólo necesita el certificado del servicio militar no esté dispuesto a morir por no tener entrenamiento y estar mal equipado”. 

De la poca planificación y defensa se quejan los vecinos de localidades como Sudzha (ocupada por Ucrania). “El comandante de área se fue. Nadie nos avisó. No nos evacuaron… A Putin le mienten, él tampoco sabía nada”, asegura una residente rusa a la corresponsal ucraniana Natalia Nagorna (quien visitó la zona de Kursk ocupada). 

Por el momento, los gobernadores de Belgorod y Kursk anuncian nuevas evacuaciones masivas de civiles y se estima que podrían llegar a ser 200.000 las personas desplazadas. Al mismo tiempo, el día 14 de agosto se tuvo imagen satelital de los rusos cavando trincheras en Kursk para intentar contener el avance ucraniano. Una imagen inédita desde la Segunda Guerra Mundial y que evidencia que este nuevo frente seguramente se consolide. 

¿Qué sigue?

Aunque aún no se sabe cuál es el objetivo de Kyiv, Oleksandr recuerda que en esta región existen infraestructuras críticas como la Central Nuclear de Kursk o el gasómetro de Sudzha, por el segundo circula el gas que Rusia sigue exportando hacia Europa. Algo que ha provocado que países como Moldavia se declararen en emergencia energética. Sin embargo, Oleksandr considera que es improbable un posible corte de suministro, ya que Ucrania también se beneficia de ese corredor de gas.

Smetanko tampoco considera factible una hipotética toma de la ciudad de Kursk, ya que no está en el interés de Ucrania. “Lo que, sí podríamos encontrar sería un cerco o las tropas desplegadas a distancia de tiro de Kursk, pero no dentro”, consideró. Una imagen compartida por las fuentes en el terreno. 

Una victoria de Donald Trump podría suponer el fin del apoyo duro a Ucrania y, por ende, el fin de la resistencia. Así lo considera Oleksandr que asegura que los mayores avances de Rusia han coincidido con aquellos momentos en los que Occidente duda sobre si enviar armamento. Todas las fuentes consultadas por Diplomacia Activa coinciden en que, si comienzan negociaciones entre Kyiv y Moscú, serán tras las elecciones americanas del mes de noviembre. Por los momentos, es pronto para conocer el resultado final del nuevo frente. Pero lo cierto es que, la narrativa ha dado la vuelta en favor de los de Kyiv. 

El año 2023, Diplomacia Activa ha escrito sobre un video fechado el 24 de febrero de 2022 en el cual veíamos a un guardia de frontera en el límite entre Crimea con el resto de Ucrania. Aquel día Rusia lanzó su brutal e injustificada agresión contra Ucrania. Escribimos que no teníamos información de que había sido de aquel soldado. Seguramente, haya sido asesinado a sangre fría. En este artículo abrimos con la historia de un inexperto soldado ruso en la frontera entre Sumy y Kursk. No sabemos dónde estará, pero la intuición y evidencia nos lleva a creer que está detenido en algún centro ucraniano. He ahí una diferencia fundamental: la lucha de Ucrania no solo es política o militar, es también una lucha moral cuyo resultado definirá todavía más las características del nuevo orden multipolar.


Luis «Kike» Souto (España-Venezuela): Periodista, Máster avanzado en Estudios Interdisciplinares por el Colegio de Europa de Natolín, Polonia. Miembro de Diplomacia Activa.

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