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Elecciones en Polonia: lo que hay que saber

Por Luis Souto

Este domingo 15 de Octubre de 2023, Polonia se enfrenta a una de las elecciones más importantes desde 1989, cuando ganó su independencia de la URSS. Hoy, los polacos no solo elegirán a los 460 miembros del parlamento (Sejm) y a 100 senadores, sino que se debatirán entre dos modelos de país.

El conservador Ley y Justicia (PiS), en el poder desde 2015, ha transformado el país, que hoy es uno de los más polarizados de Europa. En Diplomacia Activa hemos hablado con tres militantes y simpatizantes de tres de los principales partidos que concurren para poder entender dónde está y hacia dónde va la conocida como «el próximo motor de Europa».

Polonia tiene un escenario político complejo. El PiS gobierna actualmente con mayoría, es un partido nacionalista y conservador con un claro foco en políticas de ayudas y con narrativas claramente populistas en relaciones internacionales, avances sociales o migración. Por otra parte, la Coalicion Cívica (Ko) presidida por el antiguo primer ministro Donald Tusk, es el principal partido de oposición recogiendo una gran confluencia que va desde el centro derecha liberal hasta los verdes.

Tres partidos se juegan la tercera plaza: Tercera vía, una coalición de centro derecha agraria; la Nueva Izquierda (Lewica), el único partido de izquierda con opciones de gobernar y  con políticos que van desde el centro izquierda hasta la izquierda radical y, por último, Confederación (Konfederacja) un partido de extrema derecha, inicialmente antisemita y crítico con la ayuda a Ucrania pero con candidaturas que abarcan diferentes partes de espectro político, incluso contrapuestos entre sí.

Por ahora, las encuestas dan como claro favorito al PiS, con alrededor del 35% de los votos. Mientras la Ko se mantiene en segunda posición con entorno al 30%. La clave está en la tercera posición: Tercera Vía, Confederación y Lewica se encuentran entre el 9% y el 11%.


En un sistema de distritos, los mínimos cambios podrían hacer aparecer y desaparecer la representación de estos tres partidos en algunas regiones. Peor aún, si uno de estos partidos no llega al 8% mínimo, quedaría fuera, proporcionando un impulso a los grandes partidos. Como explica a Diplomacia Activa Marek Szolc, concejal de Varsovia por Lewica, «se trata de un sistema que favorece a las grandes coaliciones, por lo que cualquier pequeño cambio podría inclinar la balanza en favor de uno u otro lado».

Los escenarios están abiertos, pero pueden resumirse en tres: Tercera vía, Lewica y KO suman suficientes escaños para un complejo gobierno de coalición, sellado con su rechazo al PiS como pegamento. El PiS gana las elecciones y necesitaría el apoyo de Confederación para gobernar.

En este caso podrían darse los otros dos escenarios: un acuerdo entre ambos partidos que crearía un gobierno inestable debido a la volatilidad de la extrema derecha. En segundo lugar, PiS aprovecharía las diferencias entre los diputados de Confederación y establecería acuerdos con diputados de forma independiente hasta alcanzar el mínimo para gobernar con el apoyo de una parte de la extrema derecha. El escenario dos y tres son el que temen la mayoría de los votantes de oposición.

La democracia y la UE

Polonia ha pasado a ser la oveja negra de la UE durante los últimos años. Varsovia se ha opuesto frontalmente a varias medidas de Bruselas, especialmente en materia migratoria. Además, el establecimiento de las zonas libres LGTB y los intentos de control de la Corte Suprema han llevado a Polonia a un choque frontal con sus aliados Europeos.

El gobierno del PiS, no solo es acusado de romper los valores europeos como la igualdad, sino también de intentar romper el Estado de Derecho y la independencia judicial, algo que llevó al resto de países a suspender todas las ayudas del plan Next Generation EU, establecidas para impulsar la economía tras la parálisis del COVID.

Carteles con la inscripción en polaco de «Zona Libre LGTBQ»

Rafał W. es simpatizante del opositor Ko. Según él, uno de los principales retos del país es volver al camino europeo que mantuvo su país antes de la llegada del PiS. ¨Me preocupa enormemente que rompamos con Europa, no solo a nivel social, sino a nivel político y económico. El PiS se ha encargado de romper la democracia intentando controlar la justicia como en tiempos del comunismo. Además, controlan los medios de comunicación públicos, utilizan los recursos públicos para hacer campaña, comprar votos y atacar verbalmente a nuestros aliados europeos cuando nos reclaman más calidad democrática¨ asegura.

Por su parte, Tomasz Dąbrowski, atleta y coach de la región fronteriza de Podlasie, explica a Diplo que el problema no es una confrontación con Europa, sino que estamos acostumbrados a que nadie pueda pensar diferente a las instituciones. «Yo estoy muy feliz de estar en la UE, no querría que fuera de otra forma. Pero es necesario entender que hay formas diferentes de pensar y no siempre podemos estar de acuerdo en todo ̈, explica.

Tomasz vota y apoya en la campaña al gobernante PiS. El actual gobierno del Primer Ministro Morawiecki ha repetido que el problema no es Polonia que mantiene sus valores intactos, sino la UE, que escuchando solo a los países occidentales, se aleja de los valores fundacionales de la institución.

Szolc por su parte considera que esta narrativa del PiS es fuertemente antieuropea, ya que confronta directamente los valores de Europa. «Va más allá de una diferencia de opinión, ya que confronta el Estado de Derecho, se enfrenta derechos básicos y además intenta sacarnos del sistema legal Europeo» expone. En 2021, el gobierno promovió una reforma que anteponía la legislación nacional a la europea, como explicara en su momento el columnista de Diplomacia Activa Arturo Bautista.


«Su Presidencia es un chiste». Movilización pro derechos LGBTQ+ en Polonia.

Inmigración y la defensa

La migración ha sido uno de los caballos de batalla del actual gobierno polaco que atribuye la seguridad del país al fuerte control migratorio. Esto ha llevado a varias organizaciones no gubernamentales a acusar al gobierno de xenófobo, especialmente durante la crisis migratoria del 2020 al 2021.

En aquellos meses, el régimen de Bielorrusia transportó a decenas de miles de personas desde países como Iraq, Siria e incluso Cuba; primero a Minsk y luego vía terrestre hasta las fronteras con Lituania y Polonia. El objetivo principal según Varsovia y Vilna era la desestabilización del país a través de cruces masivos por vías no naturales de migración.

La respuesta de Varsovia fue levantar un muro de 3 metros de alto a lo largo de toda la frontera con Bielorrusia y empujar a varios migrantes atrás. El gobierno sufrió múltiples acusaciones de violaciones de Derechos Humanos, también por parte de la oposición. Varios migrantes murieron en los bosques fronterizos entre ambos países empujados por las autoridades de Lukaszenko y Polonia.

Dąbrowski, que vive en la región, lamentó los hechos pero entiende que Polonia no puede abrirse masivamente a la migración. Para él, no es sencillo que un país homogeneizado tras las Segunda Guerra Mundial pueda recibir migración masiva, especialmente cuando la mayoría de los que cruzaron ilegalmente la frontera buscaban llegar a Alemania.


«Los polacos son y serán eslavos, nunca musulmanes»

«Es como lo de las cuotas de la UE. ¿Cómo vas a crear cuotas obligando a los migrantes a vivir en un país en el que no quieren estar?. Es contra su libertad y la nuestra«, asegura Tomasz. Que añade que Polonia acoge ya a miles de refugiados de Ucrania y Bielorrusia. Desde la crisis electoral de 2020, más de 200 mil bielorrusos se mudaron a Polonia y tras la invasión a Ucrania cerca de 3 millones de personas establecieron su residencia en el país.

Tomasz asegura que la asimilación no ha sido fácil, especialmente en las regiones fronterizas, incluso tomando en cuenta que éstos, la mayoría de los refugiados, son personas de la misma cultura, religión y valores que el pueblo polaco. Por tanto, abrir la puerta a migrantes de forma forzosa podría terminar bastante mal.

Aun así, el gobierno fue golpeado durante 2023 por un escándalo de corrupción relacionado con la venta de miles de visados a través de las embajadas polacas. Algo que intentó ser utilizado por el opositor Ko, sin mucho éxito en las encuestas.

La defensa es otro tema fundamental, especialmente en el contexto de la Guerra de Ucrania. En este sentido, Polonia disparó el gasto en defensa. Muchos consideran que un gobierno fuerte es la mejor opción en momentos tan turbulentos. No obstante, Szolc opina diferente: ¨Esto es un tema de consenso entre todas las fuerzas políticas. Tenemos que mostrarnos fuertes para poder disuadir cualquier intento de ataque. Esto incluye no solo la OTAN, sino una reforma real de nuestras fuerzas armadas¨.


Imagen | Getty Image

Una economía golpeada por la inflación

Finalmente, la economía polaca se desenvuelve bien. Sin grandes crisis durante este siglo, el principal problema que enfrenta hoy es la subida de precios relativa a la inflación y la llegada de miles de refugiados. El gobierno del PiS ha establecido un sistema de ayudas personales. Tomasz destaca que se ha apoyado mucho al producto local y las familias a través de programas como 800+ en el cual cada familia recibe 800 PLN mensuales por cada niño hasta los 18 años de edad (U$D 185).

Por su parte, Marek explica que este tipo de programas no tienen pensamiento estratégico. «El gobierno cree que puede solventar los problemas arrojando dinero. Cuando la verdad es que esta cantidad de ayudas públicas, se traduce en desinversión en las infraestructuras públicas como hospitales, escuelas y transportes, ya que las personas suelen gastarse el extra en seguros, escuelas y transporte privado. Lo que repercute especialmente en la parte de la población que no recibe ayudas«, explica.

Uno de los planes estrella de Lewica es la construcción masiva de viviendas públicas para enfrentar la brecha que se produjo en el mercado tras la recepción de 3 millones de refugiados. Desde 2022, los precios de alquiler se han duplicado en algunas ciudades. Un duro golpe para las finanzas familiares de millones de polacos.  La inflación descontrolada, la subida de los tipos de interés y la falta de vivienda han puesto a la microeconomía polaca en uno de sus peores momentos desde que dejaron el socialismo.

Algo está claro. Cualquier resultado, ya sea un gobierno del PiS con apoyo de la extrema derecha o un Primer Ministro de la oposición con un Presidente de la Republica en contra (El Presidente Andrezj Duda es favorable al PiS), hará que el país de Europa central mantenga altos niveles de polarización y la fragilidad de las coaliciones, lo que no facilitará el manejo de los retos a los que se enfrenta Varsovia hoy.


Luis Souto (España-Venezuela): Periodista, Máster avanzado en Estudios Interdisciplinares por el Colegio de Europa de Natolín, Polonia.

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