ChatGPT, una predicción
Por Valentina Terranova
Tal como lo hace un rumor, la tecnología se expande a velocidades inéditas. En un momento donde los avances en materia de inteligencia artificial son habituales, llega un prototipo de chatbot que revoluciona toda relación conocida entre el humano y un sistema operativo. Sin embargo, el film de Spike Jonze “Her” ya predijo años atrás lo que la imitación de la inteligencia humana puede provocar en las personas ¿Por qué ChatGPT causa tanta conmoción en el mundo?

En 2013 se estrenaba en la gran pantalla la película Her, un film dramático de ciencia ficción de origen estadounidense. Pero ¿qué pasaría si lo que aquella vez se interpretó como ficción hoy ya formase parte de la realidad? Lo cierto es que no sería la primera vez que un intento de crear un escenario futuro en las artes se convierte, con sus adaptaciones y excepciones, en el mundo real.
En Her, la soledad y la monotonía llevan a un escritor de cartas como profesión a tomar contacto con un chatbot a través de su celular. Del otro lado no hay ni menos que un sistema operativo que imita casi a la perfección al funcionamiento humano. Samantha, una voz dulce, de sensibilidad y percepción extraordinarios, llevan incluso al espectador a sentir que aquella conexión entre Theodor (Joaquín Phoenix y Samantha (Scarlett Johansson) es al fin de cuentas una grandiosa historia de amor. Entonces ¿Hasta qué punto la AI puede recrear el pensamiento humano?
Los avances tecnológicos parecen no tener límites. A través de redes neuronales similares a las del cerebro humano, un sistema operativo creado por Microsoft y lanzado al mercado hace no muchos meses permite dar respuestas a preguntas complejas, producir nuevos textos a partir de la información que recopila y ordena de su base de datos, ayudar en una investigación e incluso aconsejarnos si le proveemos los datos apropiados. Se trata de uno de los pocos inventos creado con el fin de ser insertado y comprobado por la sociedad en su mayoría.
La película ganadora del Premio Oscar a Mejor Guion, entre otros reconocimientos internacionales, demuestra de manera magistral que es posible no solo relacionarse con un asistente virtual de AI, sino también experimentar sensaciones como sentirse comprendidos por un “otro”, sentirse acompañado y por qué no, enamorado.

Llevado a la realidad, datos compartidos por la empresa Amazon afirman que en el año 2021 los usuarios mexicanos le han pedido más de 200 mil veces a Alexa (asistente virtual de Amazon) que sea su novia.
“Jamás he amado a alguien de la forma que te amo a ti” pronuncia Theodor frente a aquel sistema que no se deja ver ni tocar. Se trata de una historia que genera diversas reacciones en el público. Lo cierto es que las conversaciones que mantienen son de tal profundidad y de tal semejanza a un vínculo humano que lleva al espectador a una situación límite y confusa. Así sucede en la ficción. Sin embargo, el impacto de ChatGPT ha sido casi igualmente impactante en el mundo.
En solo meses desde su lanzamiento estable, se espera que programas como ChatGPT cambien radicalmente la forma en que vivimos. Pese a que Sam Altman, CEO de OpenAI, había advertido que ChatGPT «no debe usarse para nada importante», muchas empresas vienen usando el programa para reemplazar a sus empleados y también para tomar decisiones de suma importancia. Estos resultados se desprenden del estudio de ResumeBuilder.com, que se realizó entre 1.000 líderes empresariales de EE.U.
Según la encuesta, algunos de los usos que se le da al sistema y que han cautivado al sector empresarial son escribir códigos, redacción de textos/creación de contenido, atención al cliente, redacción de solicitudes de entrevistas de trabajo y descripción de puestos de trabajo.

¿Cómo funciona ChatGPT?
En este caso, nadie mejor que el mismo ChatGPT para autodefinirse. Al preguntarle al chatbot de Open AI cómo funciona, la información que arroja es la siguiente: “ChatGPT es un modelo de lenguaje artificial que utiliza técnicas de inteligencia artificial y aprendizaje automático para comprender y responder preguntas en lenguaje natural. Cuando se hace una pregunta a ChatGPT, el modelo analiza la pregunta y utiliza su conocimiento previo para generar una respuesta relevante y coherente. Para hacer esto, el modelo utiliza un algoritmo de procesamiento de lenguaje natural que le permite entender el contexto de la pregunta y buscar en su base de conocimiento para encontrar la mejor respuesta posible”.
Se trata sin dudas de una herramienta muy poderosa y con un sinfín de utilidades en el mundo moderno. Sin embargo, su base de datos se fundamenta en información que se encuentra en Internet. De esta manera ¿Hasta qué punto podemos confiar en este prototipo que se especializa en diálogo? El filósofo polaco-británico Zygmunt Bauman afirmaba que “es estéril y peligroso creer que uno domina el mundo entero gracias a Internet, cuando no se tiene la cultura suficiente para filtrar la información buena de la mala”.
Este tipo de tecnologías brindan la sensación de conocimiento y aprendizaje sin límites. Pero, es la inteligencia artificial la que aprende y mejora en base al conocimiento del ser humano, por lo que dejar en sus manos el futuro de la humanidad podría ser una perspectiva errónea sobre cómo debemos vincularnos con este tipo de herramientas. Los avances en materia de tecnología e incluso cualquier mejora o desarrollo en la vida humana dependen primero e incondicionalmente del desarrollo del mismo ser humano para acontecer.
Enamorarse de una tecnología que aprende de nosotros constantemente y que por ende se convierte lentamente en nuestro reflejo es fácil y encantador. Pero como Samantha, la asistente virtual que Theodor adora, confiesa al final de la película: por el contrario de tener una relación amorosa y exclusiva con el protagonista, conversa con 8316 usuarios en simultaneo. A veces depositamos en la tecnología simplemente lo que queremos ver, pudiendo perdernos en nuestro propio reflejo. Entregarle tu corazón a la inteligencia artificial es posible si olvidamos con quien estamos tratando: un “prototipo chatbot”.
Valentina Terranova (Argentina): Periodista, Estudiante de Comunicación Social, Universidad Juan Agustín Maza, y redactora de Diplomacia Activa.
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