La Irlanda sangrienta
Por Francisco Sanchez Giachini
30 de enero de 1972. Jackie Duddy se prepara para salir de su domicilio rumbo a una manifestación convocada por la Asociación por los Derechos Civiles de Irlanda del Norte. Duddy es consciente de que las manifestaciones fueron prohibidas el año anterior, pero sus ideales no lo detienen.

Para entender el destino de Duddy, así como de cientos de personas más, debemos retrotraernos en el tiempo y entender el rol de los distintos actores en el conflicto. Aparece así la figura del Ejercito Republicano Irlandés o IRA (Irish Republican Army), por sus siglas en inglés.
Constituido inicialmente como el ejercito oficial de Irlanda, fue uno de los actores fundamentales en los comienzos de la historia contemporánea irlandesa, teniendo acción en el “Alzamiento de Pascua” de 1916, la guerra contra La Corona británica y la posterior guerra civil en Irlanda.
A partir de 1922 se crean las “Fuerzas de Defensa Irlandesa”, relegando al IRA a un segundo plano y comenzando una persecución al mismo pues, dentro de sus líneas, las ideas eran de corte socialista, extremistas, y contrarias a la paz en la isla.
Durante los próximos 20 años la organización sufrió una debacle en la que sus líderes fueron perseguidos y encarcelados, diezmándolos y reduciendo casi a nada lo que en algún momento supo ser considerado un Ejército de talla que plantó cara a la Corona Británica.

Ya en cenizas, algunos de los dirigentes que habían recobrado la libertad decidieron a principios de la década de los ’50 el reame del grupo. Sin un objeto claro de su reagrupación, supieron entender que la batalla no era contra quienes pregonaban el separatismo en el Sur, sino contra el “invasor” en el Norte. Dieron comienzo así a la “Campaña Fronteriza” contra Irlanda del Norte.
“Con el objeto de aclarar que no legitimaremos ninguna acción armada en el Sur, el Ejército Republicano Irlandés reitera que solo tiene un enemigo: Inglaterra. A partir de ahora renunciamos a cualquier tipo de iniciativa militar en el área de los veintiséis condados”
Comunicado del IRA, abril de 1954
Para finales de los ’50 era evidente que la denominada “campaña fronteriza” estaba siendo un fracaso, y en 1962 se le da clausura formal a la misma. A partir de este punto los cabecillas del Ejército Republicano Irlandés comenzaron a abogar por la salida política del conflicto frente a la evidentemente anacrónica salida militar.
Lo que queda claro es que ya en 1969 y con el estallido de “The Troubles” a la vuelta de la esquina, el IRA se divide. Por un lado permanece el IRA Original, que esboza la bandera de unidad y pacifismo, bajo la premisa de que el actuar violento terminaría por degenerar la “causa irlandesa” en un concepto sectario. Por otro lado apareció el IRA Provisional, quienes creían que a menos que ellos intervinieran los católicos norirlandeses sufrirían una masacre.
Hay que mencionar que el PIRA (Provisional Irish Republican Army) era el brazo armado de la lucha, mientras que por otro lado se había constituido el brazo político, el Sinn Fein Provisional, que sería el encargado de llevar la lucha al parlamento.
Es importante destacar, y es un dato no menor en nuestro relato, que a mediados de la década de 1960 surgieron diferentes grupos que buscaban la protección de los derechos civiles en Irlanda del Norte, principalmente para la minoría católica del país. El más importante de ellos fue la Asociación por los Derechos Civiles en Irlanda del Norte, o NICRA por sus siglas en inglés. Esta contó en sus inicios con sospechados de ser partícipes del Ejército Republicano Irlandés.

El inicio de “The Troubles” se atribuye a distintos sucesos. Uno de ellos es la creación del UVF, o Fuerza Voluntaria del Ulster. Otros se lo atribuyen a la Batalla del Bogside entre los civiles católicos y las fuerzas policiales locales. Evidentemente todos ellos contribuyeron, pero hay un hecho que será fundamental en el conflicto y en la historia de Jackie Duddy, el despliegue de tropas británicas en suelo norirlandés.
A principios de 1971 se produce la muerte del primer soldado británico a manos del IRA. Esto produjo una serie de dimisiones en el Gobierno, entre ellos el primer ministro norirlandés Chichester-Clark. Su sucesor, Brian Faulkner, aplicó la polémica medida de “internamiento”. Esta permitía el internamiento sin ningún tipo de juicio o proceso judicial a cualquier sospechado de violencia terrorista.
Desde el punto de visto jurídico, se trataba de un verdadero atropello a las libertades de los católicos en el norte, así como un grave violación a los derechos humanos en la región, situación que fue denunciado por Irlanda en la década de los ’70.
Vigente desde el 9 de agosto de 1971 hasta el 5 de diciembre de 1975, es considerado por muchos autores como un verdadero ataque a la comunidad católica de Irlanda del Norte. Según datos a los que tuvo acceso el historiador irlandés John O’Beirne Ranelagh, de las 173 muertes violentas ocurridas en 1971, solo 28 tuvieron lugar antes de la sanción de esta política, lo que demuestra que fue ineficaz no solo en no lograr combatir el terrorismo, sino en estigmatizar a un sector -minoritario- de la sociedad.
Ya en aquel entonces el Gobierno de la República de Irlanda denunció al Reino Unido ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos por presuntas torturas a encarcelados. Si bien el Tribunal desestimó la presentación advirtió sobre el trato inhumano a los detenidos.

Todo esto nos lleva al 30 de enero de 1972. Aquel día Jackie Duddy salió de su domicilio en Londonderry rumbo a una manifestación organizada por el ya mencionado NICRA en relación a las detenciones sin orden ni juicio a los sospechosos de terrorismo.
Distintas fuentes afirman que en los días anteriores a la manifestación los referentes del NICRA se habrían reunido con representantes del IRA para pedirles que se mantuvieran al margen de las manifestaciones pues, prima facie, estas deberían ser pacificas para no generar resquemores con la sociedad protestante.
En un principio la manifestación se había planeado para tener lugar dentro de la zona “no-go” de Londonderry, constituido por los barrios de Bogside y Creggan. Esta es conocida también como “Free Derry” y en ella no podían actuar las tropas ni las fuerzas policiales británicas.
Tras una serie de eventos no delimitados, un pequeño grupo de manifestantes terminó frente a una barricada británica, donde se encontraban soldados del 1° Batallón del Regimiento de Paracaidistas del Reino Unido (Que meses antes habían participado de la “Masacre de Ballymurphy»). En ese momento los militares abrieron fuego contra los manifestantes bajo la “justificación” de que estos estaban armados y significaban un peligro.
En un estacionamiento cerca de la escena se encontró el cadáver de un joven, se trataba de nuestro protagonista. Jackie Duddy, quien fue abatido mientras escapaba del lugar, tenía sólo 17 años de edad. Junto a él murieron trece personas más, muchos de ellos por la espalda. Incluso los cadáveres de algunos de ellos «delató» el actuar de los uniformados británicos, tenían signos de haber sido rematados en el suelo a poca distancia.

El “Domingo Sangriento” significó un antes y un después en el conflicto. A partir de este momento la tensión se recrudeció y dio lugar a que las filas extremadamente debilitadas del Ejército Republicano Irlandés se ensancharan y supusieran un verdadero problema en los años siguientes a la masacre.
Meses más tarde se disolvió el gobierno norirlandés y se impuso un contralor desde Westminster. Posteriormente a la masacre se abrió una investigación para dilucidar lo acontecido. La “Investigación Widgery” fue concluida rápidamente y rectificaba la postura de que los paracaidistas británicos habían abierto fuego en legítima defensa ante manifestantes armados.
Los siguientes 26 años fueron caóticos en la región. El IRA comenzó una nueva campaña contra el Reino Unido que se desarrolló principalmente mediante el empleo de explosivos. La violencia llegó al punto de volar por los aires al Grand Hotel de Brighton en 1984, donde se encontraba la cúpula del Partido Conservador británico y, en efecto, la flamante primera ministra Margaret Thatcher.

La debacle de violencia en la isla no finalizaría hasta los Acuerdos de Viernes Santo en 1998. En ese año los líderes del Reino Unido, Irlanda y de alguno de los elementos más radicales del conflicto empezarían a ponerle fin a una época oscura en la historia de las islas británicas.
Entre las muchas cláusulas del acuerdo destacan el desmantelamiento del IRA en los próximos dos años, así como la conformación de un gobierno en Irlanda del Norte -teniendo en cuenta que había sido disuelto en 1972-. Otra de las particularidades era que el Sinn Féin no podría ocupar cargos ministeriales hasta tanto el IRA Provisional (su supuesto brazo armado) se desmantelara. Por distintas cuestiones el desarme se dio de forma parcial y se retrasó su conclusión definitiva hacia el año 2007.

También en 1998, Tony Blair encargó a Lord Mark Saville una nueva investigación sobre lo acontecido aquel día. Recién en 2010 el primer ministro británico David Cameron presentó ante el Parlamento las conclusiones del “Informe Saville”. Las mismas refutan las teorías de la legítima defensa y explican que los paracaidistas no tuvieron aquel día justificación alguna para abrir fuego contra civiles.
Concluye que ninguno de los abatidos representaba una amenaza para la seguridad de las tropas y que, si bien pueden haberse dado disparos desde el lado de los manifestantes, quienes abrieron fuego en primer lugar fueron los militares.
«Lo que ocurrió nunca debería haber ocurrido. El Gobierno es el responsable último de la conducta de las fuerzas armadas y, por eso, en nombre del Gobierno, de hecho, en nombre de nuestro país, lo lamento profundamente»
David Cameron al presentar el «Informe Saville» ante el Parlamento.
El Domingo Sangriento, sin ser el acto más violento del conflicto, significó un antes y después en la situación. Jackie Duddy se sumó a la lista de más de 3500 víctimas fatales que hubo en los casi treinta años del conflicto.
A la fecha la situación en la isla es de tensa calma. El IRA Provisional denuncia haber abandonado su lucha armada y se encontraría sin operaciones desde -al menos- el 2005. Cabe mencionar que existen grupos que se autodenominan Ejército Republicano Irlandés, pero que estos no suponen de momento ningún peligro para la seguridad.
Francisco Sánchez Giachini (Argentina): Estudiante de Abogacía, Universidad de Mendoza. Columnista y Podcaster en Diplomacia Activa.