Los trenes de la contaminación
Por Alejo Guaycochea
Una explosión seguida de un desastre natural amenaza a una pequeña localidad de Ohio, Estados Unidos ¿Qué hay detrás del secretismo en East Palestine?

El 3 de Febrero en Palestina del Este, Ohio, tuvo lugar el descarrilamiento de 50 vagones de tren de los cuales 10 contenían sustancias químicas peligrosas. Entre aquellos, el más importante es el cloruro de vinilo, debido al riesgo de que esta sustancia produzca explosiones que generen aún más daños.
El accidente no ha dejado víctimas directas y está siendo investigado por la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte en el que a través de un informe oficial dan a entender que el problema radicó en el sobrecalentamiento de uno de los ejes del tren. Un ex empleado de la compañía Norfolk Southern, dueña y encargada del mantenimiento y condiciones del tren, adjudica el accidente a “la supervisión ineficaz y una industria en gran medida auto controlada que ha reducido la fuerza laboral ferroviaria del país hasta los huesos en los últimos años, ya que prioriza las ganancias récord sobre la seguridad”.
La preocupación por parte de las autoridades se concentró en cinco vagones cisterna que transportaban 115.580 galones (unos 437.000 litros) de cloruro de vinilo, altamente tóxico, conocido por causar cáncer. Al quemarse libera cloruro de hidrógeno y fosgeno (ampliamente utilizado como arma química en la Primera Guerra Mundial).
La única alternativa que se encontró ante la posible explosión, fue quemar de forma controlada dichos materiales. Esta fue una decisión difícil entre ya dos malas opciones, la quema de estos materiales generó la formación de una impactante columna de humo negro visible tanto desde aviones. El 06 de febrero se realizó una evacuación obligatoria para aquellos habitantes que vivían en un radio de 1,5 km del lugar de la quema.

Casi una semana luego del incidente los residentes en la zona inmediata se han quejado de dolores de cabeza, náuseas, ardor en los ojos y graves trastornos emocionales a causa del accidente, por lo que se han presentado al menos cuatro demandas colectivas contra la compañía Norfolk Southern. Sin embargo, la empresa afirma que ha ofrecido US$6,5 millones a los residentes que viven cerca de la escena.
Posteriormente Bruce Vanderhoff, director del Departamento de Salud de ese estado, declaró el miércoles en una reunión con los vecinos tras evaluar la calidad del aire. La Agencia de Protección Ambiental anunció que las concentraciones de toxinas en el aire y en los suministros de agua estaban muy por debajo de los niveles dañinos para los humanos. Por lo que era seguro el retorno de la población a sus hogares.
Por otro lado, en redes sociales se afirma que los funcionarios no están diciendo a los residentes toda la verdad, a pesar de las frecuentes actualizaciones del gobierno y la ira contra la compañía ferroviaria, se desconfía tanto de la rapidez con la que se concluyó la inexistencia de peligros tóxicos en el agua de pozos y aire, como el hecho de que la quema de los vagones generó un rápido desalojo de los obstáculos en la vía ferroviaria que permitió a la empresa seguir con sus actividades a costa de explorar otras opciones.
Además, a la preocupación se ha sumado el hecho de que se detuvo a un periodista durante 5 horas al tratar de cubrir las actualizaciones que estaba realizando a los locales sobre el accidente y la falta de cobertura que tuvo inicialmente el incidente por parte de los medios de comunicación nacional, expandiendo el rumor de que el hecho estaba siendo encubierto desviando la atención hacia los incidentes con globos espías de China y la repetida aparición de ovnis en el cielo que tenía a los medios contantemente cautivados.
Aun así, el enojo por parte del gobierno para con la empresa es tal, que los ha hecho responsables completamente del accidente y obligado a que estos paguen todos los costos de la limpieza de suelo, vías, purificación del agua y estudios sobre el ambiente. Esto es claro ejemplo de las premisas de campaña hechas por el presidente Biden que en sus periodos como senador ha criticado ampliamente la falta de controles sobre este tipo de empresas transportistas.
Las declaraciones del gobierno contra la compañía no han sido suficientes para calmar a la población molesta por el viaje del presidente a Ucrania de forma imprevista en lugar de realizar una visita a los estadounidenses afectados, en lo que el gobernador categorizo como una bofetada a los residentes.
21 días posteriores al accidente, funcionarios ambientales confirmaron la muerte de aproximadamente 45.000 animales muertos en los ríos cercanos al descarrilamiento resultado de químicos tóxicos en el agua que estos llevaban. Una vez más la flora y fauna deben pagar por los errores humanos. Actualmente una de las principales preocupaciones es que se han encontrado restos de las toxinas problemáticas extendidas a las aguas del rio Ohio, el cual es clave en el recurso hídrico del estado.
Silverado Caggiano, experto estadounidense en residuos químicos, afirmó que «todavía se desconoce mucho, quizá tengamos que afrontar las consecuencias dentro de cinco, 10, 15 y 20 años, cuando puedan surgir grupos de cánceres».
Una vez más el planeta ha recibido una enorme presión por la liberación de toxinas al ambiente. Las explosiones químicas como la sucedida en Chernobyl años atrás y el actual accidente en Ohio, dejan de figurar como un problema del pasado para demostrar que aún es un asunto por plantear ya que cuando se trata de tales sustancias, no hay margen de error.
Alejo Guaycochea (Argentina). Estudiante de Relaciones Internacionales, Universidad de Congreso.
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