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DIPLORAMA 68

«Emprenderemos el camino de la libertad y lo haremos acompañados o solos, porque, como ya he dicho, la Argentina no puede esperar»

Javier Milei

Edición N° 68

Esta semana, la geopolítica quiso ponerse el traje de gala pero terminó vistiendo el disfraz del fracaso: en Río de Janeiro, Lula espera un desfile de líderes del sur global, pero va a terminar preparando las caipirinhas para los para segundos y terceros en la fila diplomática. Con las ausencias de Xi y Putin, la flamante cumbre corre el riesgo de parecer más un costoso retiro espiritual que un hito del nuevo orden multipolar.

¿Y el MERCOSUR? Bueno… hace lo que puede mientras intenta no prenderse fuego en vivo: entre abrazos forzados y declaraciones cruzadas, el bloque avanza con cautela a un acuerdo con Europa mientras sus propios miembros se alejan. Y si hablamos de incendios, Turquía se lleva todas las medallas: arde la tierra, arde la oposición y arde la prensa. Desde Río hasta Esmirna, el mundo da señales de que los fuegos geopolíticos no se apagan con simples declaraciones, sino que se necesitan líderes que lleguen, bloques que resistan y prensa que no termine en cenizas.


BRICS 2025: La cumbre del Sur Global

Valentina Terranova

Ilustración | Foreign Policy

El próximo 6 y 7 de julio se celebrará la 17.ª edición de los BRICS, que reúne anualmente a los líderes del llamado “sur global” que buscan ganarse un lugar de relevancia en el orden internacional. La sede del encuentro será Brasil, Rio de Janeiro, donde la mayor preocupación de su anfitrión estrella, Lula Da Silva, se volvió la baja adhesión de los Jefes de Estado al encuentro. 

En un contexto de tensión internacional crítico marcado por la guerra en Gaza, los recientes ataques de Israel y Estados Unidos a Irán y la guerra arancelaria impuesta por Trump, la ausencia de Xi Jinping y Vladimir Putin le quita peso a la cumbre. El gobierno chino confirmó la ausencia del mandatario, quien será representado por su primer ministro, Li Qiang. Su inédita ausencia se suma a la de su par ruso, quien se halla actualmente bajo orden de arresto de la Corte Penal Internacional y estará representado por el canciller, Serguéi Lavrov. Se trata de un fuerte revés para la alianza que reúne a los países emergentes del sur bajo la clara intención de alinear intereses con Rusia y China y diversificar así oportunidades frente a un Estados Unidos cada vez más inaccesible con su lema “América Primero” y su ofensiva arancelaria. 

La alianza económica y diplomática BRICS fue originalmente fundada por Rusia, India, China, Brasil y Sudáfrica. Tras la entrada de Arabia Saudita, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Etiopía, Irán e Indonesia está compuesta por 11 países que juntos representan el 40% del PIB mundial. Aunque hasta el momento el BRICS no cuenta con resultados de suficiente impacto, su esfuerzo por combatir el unilateralismo y diversificar posibilidades puede moldear a largo plazo un nuevo orden global

En un mundo marcado por la guerra y la inestabilidad donde las potencias de siempre no están logrando articular una respuesta a los grandes desafíos del momento, el impulso hacia una diplomacia verdaderamente global parece cada vez más necesario. Este año, Brasil amplió la convocatoria a la cumbre e invitó a nueve países —Bielorrusia, Bolivia, Kazajistán, Cuba, Malasia, Nigeria, Tailandia, Uganda y Uzbekistán— con el objetivo de debatir temas como el financiamiento para el desarrollo a través del NBD (Nuevo Banco de Desarrollo), la seguridad y la cooperación económica y energética. Sin embargo, la escasa confirmación de líderes  amenaza con debilitar el alcance de la tan prometedora reunión en Río.

Si te interesa seguir la cumbre de cerca, te sugerimos el siguiente contenido: 

Nuevo episodio: Lionel Curtis


Anatolia bajo llamas

Iker Escobar León

Imagen | France24

El puente euroasiático atraviesa una situación complicada donde el fuego parece ser el común denominador, figurada y literalmente. Los eventos de esta semana, en Turquía, muestran un escenario acalorado que amenaza con quemar al país completo.

Desde el domingo, 29 de junio, los suelos de Esmirna -región poniente del país- ardían bajo intensos incendios forestales, los cuales han provocado la evacuación de 50 mil personas. El Ministerio turco de Agricultura y Bosques ha reportado seis quemas a lo largo del país, subrayando una mejoría en la situación, a partir del martes, 1 de julio; sin embargo, temen que los fuertes vientos intensifiquen las llamas y se expanda el área de devastación. La situación se torna crítica con el aumento de la temperatura y mayores sequías. 

No obstante, los incendios forestales no fueron lo único que arrasaron a la región. El martes 1, la ciudad vivió un fuerte operativo policíaco que provocó la detención de 157 personas, pertenecientes a la oposición. El hecho destaca por acontecer en una urbe considerada como un bastión en contra del oficialismo, sumado a la detención del exalcalde Tunc Soyer y de Senol Aslanoglu, presidente provincial del Partido Republicano del Pueblo (CHP) -agrupación opositora socialdemócrata con mayor fuerza en el país-. De acuerdo con la Fiscalía General turca, las detenciones se realizaron en el marco de una “investigación por casos de corrupción” en la zona. Las detenciones contra estos perfiles no son nuevas, cabe recordar que, a finales de marzo, el alcalde de Estambul Ekrem Imamoğlu, perteneciente al CHP, también fue detenido, lo que llevó a manifestaciones públicas en contra de su aprehensión. A la fecha, Imamoğlu sigue detenido.

Mientras Esmirna ardía, Estambul se enardeció tras la publicación de una sátira que agredió a los “valores religiosos” del país. En el fatídico 1° de julio, la revista satírica turca Leman publicó una caricatura mostrando a los profetas Mahoma y Moisés, en medio de un ataque balístico. Pese a ser un Estado laico, la Fiscalía General de Estambul anunció la apertura de una investigación contra el diario local, acusando de violaciones al Código Penal turco. Empero, la situación se agravó cuando una turba de militantes de la Asociación Büyük Doğu Akincilari -afiliada al Frente Islámico Gran Akincilari Oriental, considerado como un grupo fundamentalista y terrorista- atacó las oficinas de Leman, provocando enfrentamientos. El resultado fue el arresto del autor de la tira y de un par de miembros editoriales. 

Desde atropellos para la libertad de prensa y asociación política hasta la crisis climática, algo es certero: Turquía se está quemando. Sea a fuego lento o con flama alta, un caldo de cultivo se está cocinando en la península de la Anatolia. Las detenciones arbitrarias y los posicionamientos rígidos yacen como un catalizador para una sociedad cansada. ¿Qué opinas? Mientras tanto, te invitamos a leer nuestras recomendaciones: 


MERCOSUR: ¿bloque integrado o enredado?

Santiago Leiva

Fundado en 1991 con el objetivo de promover una integración económica regional en América del Sur, el Mercado Común del Sur (MERCOSUR) ha sido el intento más consolidado en cuanto a la formación de una arquitectura regional sólida en el Cono Sur, similar a su par del viejo continente, la Unión Europea (UE). Esta semana, la cumbre semestral celebrada en Buenos Aires expuso con crudeza las grandes diferencias de rumbo entre sus principales actores, y las grietas de cordialidad que, con el tiempo, son cada vez más visibles.

Uno de los anuncios más relevantes fue la firma del tratado de libre comercio entre el MERCOSUR y la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA), compuesta por Noruega, Suiza, Islandia y el pequeño Liechtenstein. Han pasado más de diez años desde el comienzo de las negociaciones, y finalmente se acordó el libre paso del 97 % de las exportaciones del bloque suramericano con el objetivo de dinamizar los intercambios comerciales con países no pertenecientes a la UE. Se trata así de un firme avance para la presidencia pro tempore de la República Argentina, que busca abrir el bloque al mundo e impulsar a las PYMES —Pequeñas y Medianas Empresas— exportadoras.

El foro no fue la excepción a las tensiones típicas que suelen reflejar la relación intrarregional. En este caso, el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, defendió una integración sólida frente a la fragmentación global, mientras que el presidente argentino, Javier Milei, sostuvo que “Argentina emprenderá el camino de la libertad, con o sin el MERCOSUR”. A pesar de las diferencias, ambos respaldaron la intención de avanzar con el ya demorado acuerdo MERCOSUR–Unión Europea.

La imagen más comentada, sin embargo, no perteneció a ningún momento formal de la cumbre. En una instancia no oficial, Lula visitó a la expresidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner —condenada por la justicia argentina—, y su abrazo fue fotografiado para la posteridad de sus movimientos nacionales, bajo un gesto cargado de simbolismo político. Es evidente que el MERCOSUR volvió a ser escenario de disputas de modelo y liderazgos encontrados. Lo que resta por saber es si esa tensión puede transformarse en una nueva dinámica de acción común, o si el bloque seguirá oscilando entre la pertenencia y la amenaza de ruptura.

¿Qué podemos esperar del futuro del Mercosur? ¿Veremos un nuevo intento de integración regional? Mientras nos quedamos con las preguntas, te dejamos las siguientes recomendaciones: 


Mercado Común

En un mundo interdependiente, donde las fronteras económicas ya no definen el alcance del desarrollo, surge un modelo de integración que trasciende los intercambios comerciales básicos: el mercado común, el diploconcepto predilecto de la semana.

Un mercado común no se limita a suprimir aranceles entre países, como en una zona de libre comercio. Su ambición es mayor: garantizar la libre circulación de bienes, servicios, personas y capitales, formando un solo espacio económico con normas compartidas. Esta estructura busca no solo ampliar el comercio, sino también fomentar la movilidad laboral, la inversión y la cohesión regional.

Este principio exige más que voluntad política. Requiere instituciones supranacionales, armonización de políticas y mecanismos para reducir asimetrías entre los Estados miembros. Sin estas condiciones, el mercado común puede convertirse en una promesa incumplida o en una fuente de tensiones internas.

La experiencia de la Unión Europea demuestra que, al facilitar la circulación de trabajadores, empresas y estudiantes, un mercado común puede reforzar la identidad regional y multiplicar las oportunidades. Pero también expone desequilibrios: trabajadores desplazados, competencia fiscal y tensiones migratorias. La solidaridad entre miembros se vuelve tan importante como la eficiencia económica.

En América Latina, el Mercado Común del Sur (Mercosur) aspira desde 1991 a ese nivel de integración. Sin embargo, las crisis económicas, los giros ideológicos y la falta de coordinación normativa han limitado sus avances. Mientras tanto, otras iniciativas como la Alianza del Pacífico optan por modelos más flexibles, sin llegar a los compromisos profundos de un mercado común.

El contraste entre las posturas de Lula da Silva, defensor de una integración estructural y sustentable, y Javier Milei, crítico del “elefantismo burocrático” del Mercosur, volvió a ponerse en evidencia durante la cumbre celebrada esta semana. Mientras uno apuesta por la cohesión institucional, el otro plantea acuerdos bilaterales sin compromisos regionales. El dilema es claro: Sin ciudadanía regional y sin visión de largo plazo, el mercado común corre el riesgo de ser más un enunciado que una realidad tangible.

¿Puede el Mercosur avanzar como bloque si sus miembros principales ya no comparten un proyecto común?


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