Saltar al contenido

DIPLORAMA 49

PAZ, LIBERTAD, JUSTICIA, INSTITUCIONES SOLIDAS.

DIPLOMACIA ACTIVA

Edición N° 49

¡Feliz aniversario, DIPLORAMA! 🌎❤️

Hace un año, lanzamos nuestro newsletter semanal con una misión clara: acercarte, con criterio y profundidad, a los temas centrales que mueven al mundo, una columna a la vez. Hoy celebramos este recorrido con una edición especial, enfocada en las grandes preguntas que definirán el rumbo del 2025.

¿Nos encaminamos hacia un orden tripolar o multipolar? ¿El Sur Global tomará el timón del liderazgo internacional? ¿Los espacios sin gobierno se convertirán en un peligro para la paz y seguridad internacionales? ¿Y qué nos revela el boom de la inteligencia artificial sobre nuestros tiempos?

Un año después, seguimos analizando el presente para anticipar el futuro del sistema internacional. Porque hoy más que nunca, el mundo nos necesita atentos.


¿En camino hacia un orden tripolar?

Luca Nava

El sistema internacional este  2025 se verá caracterizado por una competencia intensificada entre Estados Unidos, China y Rusia, en vísperas de la consolidación de un escenario tripolar. Cada una de estas potencias busca dominar su región y así “reclamar su porción de torta”: EE. UU. en América y parte de Europa, China en Asia-Pacífico y Rusia en Eurasia.

Este reordenamiento se pudo ver reflejado en la reciente reunión bilateral entre EE. UU. y Rusia sobre Ucrania, excluyendo a Europa y Kiev. Por otro lado, China refuerza su influencia global, aprovechando los vacíos de poder dejados por Washington y consolidando su relación con Moscú.

Según el realismo neoclásico, la política exterior de los Estados responde no solo a la distribución del poder en el sistema, sino también a las percepciones de amenazas y oportunidades de sus élites. En este sentido, el reciente acercamiento de Trump a Putin, junto con su retórica más conciliadora con China y su encontronazo con Zelensky luego de llamarlo un “dictador”, sugiere una redefinición de alianzas y estrategias globales. La posibilidad de una cumbre trilateral en Moscú para discutir el futuro del orden mundial refuerza aún más esta idea.

No obstante, la teoría de la estabilidad hegemónica sostiene que un orden global necesita un líder claro. En la actualidad, ninguno de los tres actores domina completamente el tablero, lo que fomenta la competencia y la crisis de liderazgo mundial. China emerge como el gran beneficiado de esta situación, reforzando su poder económico y diplomático de manera firme pero sigilosa, mientras que Rusia busca mantener su relevancia con apoyo de Beijing.

El futuro del sistema internacional dependerá de si esta tripolaridad se consolida o evoluciona hacia una nueva estructura. A. F. K.  Organski, con su teoría de la transición de poder, sugiere que estos períodos suelen ser transitorios, con un eventual predominio de una de las potencias. Alternativamente, podríamos llegar a ver la fragmentación del sistema en una multipolaridad desordenada.

En conclusión, si bien el orden internacional en 2025 presenta características de tripolaridad, su estabilidad no está asegurada. La dialéctica entre la competencia estratégica y las capacidades internas de cada actor definirá si esta estructura se mantendrá o si nos dirigimos hacia un nuevo reordenamiento del poder global.

Te dejamos más información para seguir el tema del nuevo orden tripolar:


¿El Sur liderará la brújula internacional?

Iker Escobar León

Ilustración | Chloe Cushman

En lo que va del 2025, parece que hay una oportunidad para que las naciones en desarrollo y subdesarrolladas consoliden un mayor papel internacional frente a la salida de los Estados Unidos como vigilante internacional. Con la futura reunión de las veinte economías más poderosas (G20) en Sudáfrica, podría haber una ventana para un mayor liderazgo del Sur Global.

Desde la segunda llegada del magnate de Mar-A-Lago a la Casa Blanca, la actual administración estadounidense ha reiterado su interés en desistir de los compromisos internacionales que, fuera de apoyar a los EE. UU., perjudican a la nación, como su salida de la OMS y del Acuerdo de París

Con dicha visión, la entrante reunión del G20, celebrada en Sudáfrica, no contará con la presencia del secretario de Estado rojiazul Marco Rubio. Entre los motivos está el rechazo a las recientes reformas sudafricanas en materia agraria, lo que dejará fuera a D.C. de las negociaciones. Cabe mencionar que entre los miembros del G20 que pertenecen al Sur Global se encuentran Argentina, Brasil, India, Indonesia, México, Arabia Saudí, Sudáfrica, Turquía y la participación de la Unión Africana. 

Asimismo, países del Medio Oriente como Arabia Saudí y Turquía han fungido como mediadores entre las grandes potencias como las recientes conversaciones de paz ruso-ucraniana en Riyadh.

En medio de las agitaciones nacionales y globales que dispersan la atención de Estados Unidos y la Unión Europea, como en Palestina o Ucrania, podría existir una oportunidad para que el Sur Global consolide su presencia y tome un mayor liderazgo. La ausencia de Rubio podría ser el primer paso para ello en este 2025. 

Bloques como el BRICS que han aumentado sus membresías a más naciones en desarrollo y las últimas cumbres con anfitriones del Sur Global como Johannesburgo reafirman esta tendencia. No obstante, Estados Unidos no cederá su liderazgo tan fácil.

¿Quieres saber más? Te invitamos a leer las recomendacione siguientes:


Espacios sin gobierno ¿un potencial peligro a escala mundial?

 Axel Olivares

Ilustración | Jonathan McHugh

En épocas de aislacionismo, en las cuales las potencias se concentran en problemas locales, surge un problema poco relevante para la comunidad internacional, pero con el potencial de sacudir el ya inestable tablero político. Si bien los países desgobernados no son algo nuevo, en 2025, la cantidad de casos esparcidos en el mundo lo hace un tema digno de retomar. Estas naciones están dirigidas por movimientos rebeldes que derrocaron a gobiernos inestables, atraviesan guerras civiles o la intervención militar de terceros dinamitó su débil base institucional.

Actualmente, varios países enfrentan una crisis de gobernabilidad que no les permite soñar con un futuro. Haití padece un vacío de poder desde el asesinato del presidente Jovenel Moïse. En efecto, las pandillas tomaron las calles agravando la crisis humanitaria del país caribeño.

Por otro lado, la guerra acentúa el desamparo institucional. Tales son los casos de Etiopía, Sudán y República Democrática del Congo. Si bien las causas de sus conflictos varían, todas comparten algo en común: la población civil sufre violaciones generalizadas de los derechos humanos lo que obliga a millones a desplazarse. Por otro lado, en países del Sahel, gobiernos débiles le dieron paso a una serie de golpes de Estado con estrechos lazos con Moscú, pero sin una hoja de ruta que seguir.En cuanto a los conflictos de alcance global, muchos espacios sumergidos en la violencia quedaron vacíos de poder organizado. El principal es Gaza, cuyo destino es cada vez más incierto entre la presión del grupo terrorista Hamas, el gobierno israelí de Benjamín Netanyahu y las intenciones del presidente estadounidense, Donald Trump.

Si bien son un riesgo leve, y su importancia es minúscula en un mundo cada vez menos globalizado, lo que no muchos advierten es que estos espacios son un caldo de cultivo para algo peor. En todas estas sociedades desahuciadas, cuya ayuda humanitaria se ve condicionada, se está gestando un riesgo que algún día chocará con alguna potencia, poniendo nuevamente alguno de estos territorios en la mira. Cuando esto suceda, lejos queda la esperanza de que sea para mejor.

Para saber más sobre la situación de estos países en el mundo actual, te recomendamos:


La IA como espejo

Valentina Salovich

Ilustración | Klawe Rzeczy

La Inteligencia Artificial (IA) ha emergido en el último tiempo como un factor determinante en muchos, si no todos, los ámbitos de nuestras vidas. No obstante, en el contexto del sistema internacional, su rápida evolución ha superado la capacidad de las estructuras de gobernanza global para establecer marcos regulatorios adecuados, generando implicaciones geopolíticas de gran envergadura. En una coyuntura marcada por tensiones geopolíticas, la IA se convierte no solo en un motor de innovación sino también en un arma estratégica y política.

Estados Unidos lidera la innovación con empresas como OpenAI, mientras China promueve un enfoque estatal, abierto, con iniciativas como DeepSeek-R1. Estas estrategias contrastantes no solo moldean los mercados tecnológicos, sino que también influyen en los equilibrios de poder global. Sin embargo, la creciente desconfianza mutua dificulta acuerdos significativos sobre la seguridad de la IA, pese a intereses comunes en evitar riesgos peligrosos.

Paralelamente, la IA ha sofisticado las campañas de desinformación. Herramientas como los deepfakes y la propaganda automatizada representan amenazas significativas para los procesos democráticos a nivel mundial. Las instituciones internacionales, hasta ahora, han sido incapaces de coordinar esfuerzos para enfrentar estos desafíos de manera efectiva. 

Por otro lado, la IA está modificando la forma en que producimos, consumimos, trabajamos y nos comunicamos, lo cual también trae consigo nuevas herramientas para los gobiernos. Su incorporación en el ámbito político y público es amplia: la posibilidad de automatizar tareas del sector público, facilitar el desarrollo de varias funciones basadas en el uso de datos, entre otras. Una de las cuestiones que se podría plantear ante estos escenarios sería cómo pueden los gobiernos garantizar que estas transformaciones impulsadas por la IA beneficien a toda la sociedad y no profundicen las desigualdades existentes.Por último, pero no menos importante, la cuestión ambiental. El entrenamiento de modelos de IA como GPT-4 de OpenAI, que consumió más de 40 veces la energía requerida por GPT-3, plantea serios desafíos energéticos. Aunque se han logrado avances en eficiencia mediante chips especializados y algoritmos optimizados, estas mejoras no logran contrarrestar la creciente huella energética de la IA. Se estima que para 2030 la demanda de energía de los centros de datos aumentará un 160 %, duplicando las emisiones globales de dióxido de carbono.

Las acciones que tomemos en el presente definirán si la inteligencia artificial se convertirá en una herramienta para el progreso colectivo o en un catalizador de nuevos conflictos. Sin regulaciones firmes ni cooperación global, los riesgos y efectos colaterales de una IA sin control seguirán creciendo, afectando a la sociedad, el medioambiente y el equilibrio global.

Si te interesa saber más acerca de las implicancias de la IA en la coyuntura internacional te dejamos algunas recomendaciones:


Gracias por llegar hasta aquí. Cada semana, en este espacio, comparto un diploconcepto relacionado con los acontecimientos de la semana. Pero en esta edición quiero hacer algo distinto: hacer una pausa para agradecerte.

Hace un año, Sol Sánchez —quien lideró el Área de Redacción antes que yo— dio vida a lo que hoy llamamos DIPLORAMA. Más que un newsletter, este espacio es una expresión de nuestro compromiso con mantener al mundo atento. En cada edición, nos esforzamos por ofrecer contenido accesible, útil y, sobre todo, significativo para que entiendas mejor lo que sucede en el mundo.

Ha sido un año de esfuerzo constante, con incontables horas dedicadas a la investigación, redacción y edición. En este tiempo, hemos publicado 49 ediciones ininterrumpidas, lo que equivale a 153 columnas y más de 40.000 palabras escritas dedicadas a explorar y comprender las complejidades del entramado global. Pero, más allá de los números, lo que realmente nos impulsa es saber que, del otro lado, hay alguien leyendo, reflexionando y compartiendo.

Sin ti, Diplorama no sería posible. Nos acompañas cada semana, nos haces parte de tu tiempo y contribuyes a mantener viva la conversación sobre las relaciones internacionales. Gracias por ser parte de este viaje. Y este agradecimiento no es solo mío, sino también de todo el equipo de redacción: Fran, Mauri, Agus, Agustín, Axel, Estani, Iker, Kike, Lautaro, Luca, Luigi, Pau, Tomás, Val y Valen.


Gracias por leernos, por tu tiempo y por ayudarnos a mantener al mundo atento. Este año, vamos por más. Queremos estar aún más cerca de ustedes, escucharles, conocer sus ideas y seguir construyendo juntos esta comunidad.

Con gratitud,

Marko Sal | Líder de Redacción

El mundo nos necesita atentos.


¿Llegaste hasta acá? ¡Gracias! En Diplomacia Activa respetamos la pluralidad de ideas, comprendiendo que el diálogo es la herramienta para encontrar puntos de conexión y construcción frente a las diferencias. Con este espíritu, aportamos a la libertad, la paz, la justicia y las instituciones sólidas. Apóyanos

Deja un comentario

Descubre más desde Diplomacia Activa

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo