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Pedro Sánchez es presidente, pero España se rompió

Por Luis Souto

Españolito que vienes

al mundo te guarde Dios.

Una de las dos Españas

ha de helarte el corazón.

Antonio Machado

Pedro Sánchez lo ha vuelto a hacer. A pesar de tener todo en contra, incluso habiendo perdido las elecciones, Sánchez se ha convertido en primer ministro por tercera vez, con el apoyo de 179 de los 350 diputados. Lo ha logrado con apoyos desde la derecha radical independentista, hasta la extrema izquierda nacional. Sin embargo, este gran arco de apoyos ha salido bastante caro. No para Sánchez cuyo objetivo era un nuevo mandato de cuatro años, sino a España que se enfrenta a hoy a un ambiente de polarización y ruptura social no visto en décadas.

Si bien, este articulo no será un análisis de las elecciones españolas (De esos ya hay muchos) es imprescindible comenzar explicando brevemente ¿Por qué Pedro Sánchez es Presidente otra vez si quedo segundo en las elecciones?

Con más de 8 millones de votos, el Partido Popular (Centro derecha), obtuvo el primer puesto con 137 escaños. Sin embargo, España es una democracia parlamentaria. El congreso elige al gobierno. Se requiere mayoría absoluta de 176 diputados para crear un gobierno o mayoría simple (Más síes que noes) en una segunda votación de investidura en el parlamento. En resumen, los españoles no votan por un Presidente. Votan por sus diputados que luego eligen al gobierno y están encargados de controlarlo.

Actualmente, el gobierno presidido por Sánchez es una coalición entre el PSOE (Izquierda) y SUMAR (coalición de izquierda radical). Esta coalición cuenta con 121 diputados socialistas y 31 de la izquierda radical, sumando un total de 152 votos. Por otro lado, el PP recibió el apoyo de 33 diputados de VOX (Derecha Radical), así como los de UPN (Centro derecha Navarra) y coalición Canaria (Centro), sumando un total de 172 diputados que apoyaron a Feijoo. En resumen, tenemos dos bloques: la izquierda con 152 votos y la derecha con 172. Ninguno de los bloques alcanzó los 176 diputados necesarios para crear un gobierno.


Es aquí cuando entran en juego los “Nacionalismos periféricos”; partidos de izquierda y derecha regionalistas e independentistas. Estos partidos no suelen representar a una gran parte de los votantes. Sin embargo, el modelo electoral español, que esta basado en las provincias, les otorgan sobrerrepresentación a los partidos regionales, que, obteniendo un buen resultado en su provincia, pueden sacar más diputados que partidos nacionales con más votos, pero divididos en más provincias.

Desde 2019, Sánchez había logrado pactar un gobierno y varias leyes con una amplia gama de partidos en un fragmentadísimo Parlamento. Por ello, sus detractores comenzaron a llamarle “Gobierno Frankenstein”.  Podríamos decir que esto es un ejemplo de “negociación exitosa”; no obstante, la legislatura de Sánchez estuvo marcada por concesiones casi ilimitadas a los partidos regionales que le apoyaron, especialmente vascos y catalanes. A estos segundos llegó a concederles un indulto por el intento de sesión del año 2017 y una reforma del código penal para eliminar los crímenes de “secesión” y malversación de fondos públicos. 

Las dos Españas vuelven a la vida

Encontramos entonces la primera grieta social. Sánchez pactando leyes nacionales con aquellos que habían prometido romper la nación y que ahora recibían lo que muchos consideraban privilegios con base en la territorialidad. Esto hizo crecer un ala política mucho más dura entre el centro y la derecha. Figuras como la Presidenta de Madrid, Isabel Diaz Ayuso se convirtieron en el referente de la oposición por su critico discurso contra las políticas de Sánchez.

Por su parte, el PSOE (Partido Socialista Obrero Español) decidió también subir el tono institucional contra la oposición acusando al PP (Partido Popular) de “desleal”. Al mismo tiempo, Sánchez se aseguraba el control total del partido quitando a figuras históricas como la expresidenta andaluza Susana Diaz y llegando a sancionar y finalmente expulsar del partido a otros como el expresidente de Madrid, Nicolás Redondo. El mensaje fue claro, la crítica pública a Sánchez no seria tolerada dentro del PSOE.


La izquierda, aunque dividida comenzó a actuar como bloque, mientras la derecha se mantuvo unida gracias a su rechazo a Sánchez. Como resultado, la polarización se disparó. Según el Edelman Trust Barometer, España se convirtió en uno de los cinco países más polarizados del mundo en 2023.

Alberto Núñez-Feijóo, líder del PP, no logró los apoyos necesarios para ser presidente

“Las dos Españas” es una frase acunada por el poeta Antonio Machado para describir el fenómeno social por el cual España siempre ha estado dividida en dos; conservadores-reformistas, absolutistas y reformistas; y desde el Siglo XX, izquierda y derecha. Un fenómeno sociológico que derivo en la guerra civil entre 1936 y 1939. Una división que se había mitigado con la transición democrática tras la caída de la dictadura franquista y que durante los 2000 ha vuelto a ser visible.

2023: Pedro Sánchez presidente a costa de España

Es complejo explicar la situación de España, siendo español. Las emociones siempre estarán presentes. En esta sección: la preocupación.

El PP estuvo cerca de ganar las elecciones de 2023, pero se quedó a solo 4 votos de obtener el gobierno. Después de pactar con VOX, UPN y Coalición Canaria, fue el turno de Sánchez, quien logró pactos con partidos como SUMAR, EH-Bildu, PNV, BNG y ERC. Estos acuerdos implicaron concesiones millonarias, políticas sociales y transferencia de competencias regionales.

Aun así, Sánchez se quedaba a cuatro diputados de la mayoría, por lo que necesitaría el apoyo de otro partido: Junts que engloba la derecha y derecha radical independentista de Cataluña. Este partido está controlado por Carles Puigdemont, quien como Presidente catalán promovió y declaró la independencia en 2017. Justo antes de huir a Bruselas, donde ha estado los últimos 6 años. Esto obligó a Sánchez a reabrir uno de los aspectos más espinosos de la política española: “La cuestión catalana”. El principal problema para varios analistas políticos, es que Sánchez no quería jugársela en una repetición electoral, por lo que el SI de Junts se convirtió en el plan A, B y C.


Sánchez, a pesar de haber ganado las elecciones regionales se vio obligado a dar a los independentistas todo lo que pidiesen destacando: la gestión de los trenes regionales, la condonación de 15.000 millones de euros de deuda y finalmente la aprobación de la Amnistía. La ley de Amnistía es la más polémica. No solo porque implicaría el perdón de todos los delitos de corrupción relacionados con el proceso independentista, sino porque en un primer acuerdo firmado por PSOE y Junts se mencionó el aceptar que los jueces habían perseguido a los independentistas por cuestiones políticas. La mención explícita de lawfare provocó una ola de indignación entre jueces. Todas las asociaciones judiciales se pronunciaron en contra.

Al mismo tiempo, la calle se calentaba. Las sedes socialistas en las principales ciudades españolas comenzaron a llenarse de manifestantes todas las noches. El líder de la oposición, Alberto Feijoo llamó a la ciudadanía a movilizarse. El 12 de Noviembre se llevaron acabo 52 manifestaciones masivas en las capitales de provincia. El día 18, Feijoo se arropo por cientos de miles de manifestantes en Madrid. Simultáneamente, los grupos europeos ERC, EPP y Renew llamaron a un debate sobre el Estado de derecho en España ante lo que llamaron: “ un ataque de Sánchez a la independencia judicial”.  

Normalmente las leyes tienen partidarios y detractores. El problema de la Ley de Amnistía es que estos cambian en el tiempo. En Junio, Sánchez y el PSOE afirmaron reiteradamente que la Amnistía que pedían los catalanes era “inconstitucional” y “no aceptable en un Estado democrático”. No obstante, todo cambio al necesitar los votos de Junts para gobernar. No obstante, la línea oficial de los socialistas es que la Amnistía se aprueba por la convivencia y no porque necesiten los votos de los independentistas para gobernar. La mentira en política no es infrecuente, pero hacerlo de forma evidente ha generado bastante malestar entre los españoles.


La presión popular y de los sectores como jueces, fiscales y abogados han hecho que la propuesta de Ley de Amnistía no incluya explícitamente términos como LAWFARE; aunque desde Junts aseguran que está implícito. Además, no se perdonarán delitos de violencia grave o que afecten a fondos europeos. Aunque si se perdona la malversación de fondos públicos y las actividades de los CDR, que la fiscalía consideraba “terrorismo”.

Por los momentos, Sánchez creo un gobierno cargado de perfiles políticos y poco técnicos. Por lo que las esperanzas de reducir tensiones se han esfumado. Al ambiente de conflictividad social se suma ahora la entrada de la UE en el análisis sobre el Estado de derecho y las acusaciones contra Sánchez de intentar tomar el control del Poder Judicial, ultimo órgano independiente después de que el gobierno llenara de personas cercanas o parte del PSOE en la mesa del parlamento, la fiscalía, la policía y el Tribunal Constitucional.

Algo es cierto, la polarización española no va bajar en los próximos meses. Las dos Españas parecen haber vuelto para quedarse. Lo que parecía un cisma territorial se ha convertido en una fractura a nivel nacional entre dos sociedades con pocas perspectivas de reconciliación. Sánchez logro ser presidente, pero en el proceso España se rompió.


Luis Souto (España-Venezuela): Periodista, Máster avanzado en Estudios Interdisciplinares por el Colegio de Europa de Natolín, Polonia

Un comentario sobre "Pedro Sánchez es presidente, pero España se rompió" Deja un comentario

  1. Hola, soy española y creo que el análisis no es del todo correcto. Por ejemplo, es común que los presidentes no hayan ganado las elecciones. Creo que el titular es un poco sensacionalista porque los disturbios en Madrid contra Sánchez solo están apoyados por un pequeño sector ultra nacionalista, no por toda España, que de hecho hemos votado para parar a ese mismo sector. Este mensaje es desde el respeto y el cariño que le tengo a este gran medio, el análisis del panorama español actual es muy difícil, incluso muchos de los que estamos aquí estamos dudosos.

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