En el 80° aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial, China convierte la memoria histórica en un escenario de poder. Entre desfiles militares y alianzas estratégicas, Pekín busca enviar un mensaje directo a Occidente: su liderazgo en el nuevo orden mundial es ineludible.
Mientras el país intenta digerir la crisis, el futuro de su gobernanza se encuentra en un delicado equilibrio entre la restauración del orden democrático y el riesgo de un retroceso institucional.
Si hemos aprendido algo después de 1000 días, es que nada esta escrito. Ni Kyiv cayó en tres días, ni la OTAN estaba muerta, ni las guerras convencionales eran cosa del pasado, ni los polacos estaban cerrados a los refugiados y por supuesto que, Ucrania no ha perdido. Por Kike Souto
Ahora que ya sabes lo que es “The Thing”… Quiero advertirte sobre nosotros, Diplomacia Activa “The thing” de las relaciones internacionales.Tal vez nosotros no fuimos un regalo pero estamos atentos y escuchando todo para después compartirlo con vos. Quédate a esta última edición de Diplorama para saber por donde estuvimos esta semana.
Sabemos que los tiempos cambiaron y que ahora, cuanto más rápido y más corto sea el artículo, mejor. Sin embargo, hay ciertas novedades que merecen un poco más de tu tiempo. ¿Aceptas el desafío de invertir solo 10 minutos para estar al tanto de los acontecimientos más relevantes del mundo?
Mongolia no puede como país permitirse tensiones con ninguno de sus vecinos de la región debido a la enorme diferencia de capacidades existentes. Mientras Corea del Norte ve en Ulán Bator un balón de oxígeno diplomático y económico, que aunque no sea muy grande, ayuda al sustento del partido y su población. Por Arturo Bautista
Sobre los hombros de Yoon, no solamente recaen las principales preocupaciones sociales como son el paro juvenil, el alto precio de los inmuebles y la desigualdad social.Sino también la creciente tensión con Corea del Norte, y el futuro de las relaciones exteriores con China y con Estados Unidos. Por Concepción Mejías Carrascosa
«Yo me equivoqué y pagué, pero la pelota no se mancha». La realidad es que la pelota ya había sido manchada mucho tiempo antes y, con los años, la redonda se siguió embarrando. Por Francisco Sánchez Giachini