DIPLORAMA 48
Si aceptamos eso, no es un acuerdo de paz, es un acuerdo de rendición
Sir Alex Younger, jefe del MI6, sobre la paz entre Rusia y Ucrania
Edición N° 48
Y el 2025 seguía y seguía. Esta semana, Trump y Putin mantuvieron una conversación acerca de la posibilidad de poner fin a la guerra en Ucrania ¿Se tendrán en cuenta los intereses de Kiev? Mientras tanto, el alto al fuego en Gaza parece continuar, con idas y vueltas, pero continúa la delicada tregua que podría romperse en cualquier momento ¿Nuestro sentimiento? Ambos escenarios parecen ser una tubería de agua rota a la que quieren arreglar con cinta adhesiva ¿Y en África? El grupo rebelde M23 tomó una de las ciudades más importantes de República Democrática del Congo, poniendo en jaque no sólo al país y a la región, sino también poniendo en alerta a organismos internacionales por una escalada en el conflicto.
¿Estaremos atravesando la transformación del Sistema Internacional? El concepto de esta semana podrá contestarte a esa pregunta.
Un banquete sin su anfitrión
Valentina Terranova

Esta semana, la Casa Blanca asumió el liderazgo en la búsqueda de la paz entre Moscú y Kiev. Aunque la posibilidad de un acuerdo se vuelve cada vez más real, este parece ser una victoria para Rusia, e incluso para Estados Unidos, pero un revés para Ucrania ¿Son estas negociaciones una diplomacia de «perder» para Kiev?
El pasado miércoles, el reciente presidente de Estados Unidos publicó en su red social Trump Social sobre los avances logrados tras una larga y próspera conversación con Putin. Aunque la actitud de la Casa Blanca ha dado un giro rotundo desde su asunción en cuanto a su mediación en el conflicto, el escenario toma un curso algo inesperado. Cuando Zelensky creía que podía bajar la guardia, su aliado Donald Trump parece redoblar la apuesta, buscando beneficiarse del acuerdo de paz entre Rusia y Ucrania. La apertura del diálogo entre Rusia y Estados Unidos comenzó como un nuevo horizonte, pero al profundizar en el contenido del acuerdo, Ucrania parece perder no solo en el campo de batalla, sino también en la solución pacífica del conflicto.
“Nadie quiere la paz más que Ucrania”, tuiteó Zelensky ante la noticia del inicio del diálogo. Sin embargo, su postura se fue volviendo cada vez menos resiliente. No olvidemos que Zelensky lleva 1000 días de ofensiva, despliegues y estrategias, tanto militares como diplomáticas, en busca del apoyo del sistema internacional. Aunque este esfuerzo no fue suficiente, libró una guerra con menos de la mitad de los hombres y armamento que Rusia. Y aunque la UE y la administración Biden no pudieron poner fin a la guerra, al menos no decretaron la derrota de Ucrania con un solo llamado.
La anexión de Ucrania a la OTAN y la presencia de soldados estadounidenses en Kiev quedan descartados. Aunque Zelensky afirmó a la prensa que Ucrania no aceptará ningún acuerdo sin su participación, los líderes de potencias mundiales parecen estar haciendo un festín al que Zelensky no está invitado.
Si te interesa saber más, te sugerimos leer:
Alto el fuego en peligro
Luca Nava

En las últimas semanas, tras meses de conflicto que dejaron miles de víctimas y una devastación considerable, avances significativos hacia la consolidación de un alto el fuego entre Israel y Hamás tuvieron lugar en la Franja de Gaza. En este sentido, ambos actores mostraron una disposición renovada para mantener la tregua y dar marcha a acuerdos que beneficien a la población civil.
No obstante, la semana pasada, ciertas tensiones pusieron en riesgo la frágil tregua. Hamás anunció que suspendería la liberación de tres rehenes israelíes programada para el sábado, alegando incumplimientos por parte de Israel en la entrega de ayuda humanitaria esencial y en la entrada de equipos necesarios para la reconstrucción. Esta situación llevó a una intensificación de las negociaciones, con la mediación de Egipto y Catar, para resolver las diferencias y asegurar la continuidad del alto el fuego.
En respuesta a las preocupaciones de Hamás, Israel permitió recientemente la entrada de 800 camiones con suministros a Gaza, superando la cantidad estipulada en un primer momento. Estos envíos incluyeron tiendas de campaña, gas y equipos médicos, destinados a aliviar la situación humanitaria en la región. Por otro lado, también se discutieron medidas para facilitar la entrada de maquinaria pesada para la remoción de escombros y la instalación de viviendas temporales, con el objetivo de aliviar la dura situación de la población gazatí.
De cara al fin de semana, las expectativas son cautelosamente optimistas. Hamás reafirmó su compromiso con el alto el fuego y hasta llegó a indicar su predisposición para liberar a los tres rehenes este sábado, siempre y cuando Israel cumpla con sus obligaciones en términos de ayuda humanitaria y otros aspectos del acuerdo. Por su parte, Israel ha mantenido reuniones de alto nivel para evaluar la situación y expresó, algo reservadamente, su intención de mantener la tregua.
Sin embargo, el contexto sigue siendo muy tenso. Algunos incidentes aislados, como el lanzamiento de cohetes desde Gaza y las respuestas aéreas de Israel, dejaron en claro la fragilidad del alto al fuego. Aun así, la comunidad internacional observa de cerca cualquier avance de la situación, consciente de que cualquier desliz podría desencadenar una nueva escalada del conflicto.
En suma, por más que los avances en materia de diálogo y negociación hayan sido significativos en Gaza, la situación precisa de una vigilancia constante y el compromiso genuino de ambos países para poder cumplir con los acuerdos establecidos. El tiempo solo dirá qué tan sólida es la tregua y qué tan comprometidos se encuentran Israel y Hamás con una solución duradera al conflicto.
Te dejamos más información par seguir de cerca la tregua en Gaza:
Goma en manos del M23
Valentina Salovich

La toma de la ciudad de Goma por el grupo rebelde M23, presuntamente respaldado por Ruanda, marca un punto de inflexión en la crisis del este de la República Democrática del Congo (RDC). No solo significa la pérdida de una de las ciudades más estratégicas del país, sino que también acelera el riesgo de un conflicto regional de mayor escala. Con miles de desplazados y una crisis humanitaria en expansión, el desenlace de esta ofensiva podría redefinir la estabilidad de toda la región.
El rápido avance del M23, y la implicación de tropas ruandesas, desafían el frágil equilibrio de poder en la zona. Mientras la ONU advierte sobre una escalada del conflicto y 24 líderes africanos exigen un alto el fuego, la falta de acción concreta deja en evidencia las limitaciones de la diplomacia internacional. La pausa en la ayuda estadounidense agrava la crisis, exponiendo a la población a una situación desesperante en un territorio donde el acceso a recursos esenciales ya era crítico.
La RDC exige una respuesta de la comunidad internacional, reclamando que la Comunidad de África Oriental (EAC) y la Comunidad de Desarrollo de África Austral (SADC) emitan una condena y anuncien sanciones. Por su parte Kagame, presidente de Ruanda, mantiene su postura de priorizar la seguridad de su Estado. Ante este escenario, sin una intervención decisiva de los organismos regionales, el conflicto corre el riesgo de agravarse, poniendo en jaque la estabilidad de la región.
Para informarse más sobre la situación en Goma sugerimos leer:
- UN warns against regional spread of DR Congo conflict | Conflict News | Al Jazeera
- Fall of DRC’s Goma: Urgent Action Needed to Avert a Regional War | Crisis Group
NEOIMPERIALISMO
¡Bienvenidos a la era del neoimperialismo! Según Tucídides, la regla de este juego es simple: “los fuertes hacen lo que pueden y los débiles sufren lo que deben”. Desafortunadamente, no todos pueden ser poderosos en el tablero. Para el diploconcepto de la semana, indagaremos sobre el neoimperialismo.
El periodista británico, Gideon Rachman, escribió para Financial Times que el sistema internacional está pasando por una nueva fase de imperialismos. Estados Unidos, Rusia y China han reintroducido en las dinámicas internacionales los deseos expansionistas y el desconocimiento de las reglas internacionales.
Por un lado, la promesa de Donald Trump de que Estados Unidos “volverá a considerarse una nación en crecimiento, una que aumenta su riqueza y expande nuestro territorio” ya no es una declaración vacía. Panamá, Groenlandia, Canadá y Gaza han estado en la mira de un nuevo deseo de expandir el espacio vital norteamericano. Incluso, Elon Musk expresó que un “Sila Moderno”—dictador romano que asesinaba a sus oponentes—sería necesario para el proyecto MAGA. Con estas declaraciones, el ejercicio del poder militar estadounidense no debe ser subestimado.
En otra parte del tablero, la noción del “mundo ruso” de Vladimir Putin está más fortalecida que nunca. Sergei Lavrov, ministro de exteriores de Rusia, sentenció que Putin escuchó a tres consejeros para invadir Ucrania: Iván el Terrible, Pedro el Grande y Catalina la Grande. Ahora, Putin busca continuar el legado paneslavista de sus predecesores. Ucrania es sólo el corazón de este viejo imperio que pretende recuperar. Europa del Este deberá estar alerta a las garras del oso.
China no se quiere quedar atrás, especialmente cuando Estados Unidos busca pisarle los talones en diferentes regiones del mundo. Particularmente, Xi Jinping considera que Taiwán es clave para el destino nacional de la República Popular y que la cuestión de la isla no debe seguir sin resolverse por generaciones. Recuperar Taipéi, sin embargo, no se limita a un deseo nacional, sino a uno personal del Presidente chino. De recuperar la isla, Xi Jinping podría obtener un puesto similar a Mao Zedong en la historia de su país.
¿Y qué pasa con los demás países? Buscarán la protección del derecho internacional en un sistema en el que los tres gigantes de arriba no parecen tener el mismo respeto a estas normas. Regresar a una nueva era imperialista, según Rachman, podría sostenerse de una paz incómoda, consolidada en zonas de influencia. Sin embargo, la historia también nos ha enseñado que los deseos imperialistas culminaron en las guerras mundiales del siglo XX.
La era del neoimperialismo advierte que, si las grandes potencias continúan con estas ideologías expansionistas, una reconfiguración del sistema internacional es inminente. El mundo, en este sentido, no estaría libre de tensiones.
Y vos, ¿crees que vivimos en una nueva fase de expansión imperialista?

¿Llegaste hasta acá? ¡Gracias! En Diplomacia Activa respetamos la pluralidad de ideas, comprendiendo que el diálogo es la herramienta para encontrar puntos de conexión y construcción frente a las diferencias. Con este espíritu, aportamos a la libertad, la paz, la justicia y las instituciones sólidas. Apóyanos
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