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DIPLORAMA 45

El mundo nos necesita atentos.

Diplomacia Activa

Edición N° 45

Llegamos al cierre de este 2024, y mientras escribimos estas líneas, no podemos evitar mirar hacia atrás. Nuestro motor de este año siempre fue la certeza de que, al otro lado de esta pantalla, estabas vos esperándonos cada semana para mantenerte atento. 

Mantener tu atención en un mundo que no deja de moverse fue un desafío y, a la vez, un privilegio. En cada edición de éste newsletter pusimos todos nuestros conocimientos, nuestras ideas y las ganas de generar debate sin dejar de lado la información de calidad y el análisis crítico ante cada situación. 

Gracias por leernos, por responder, por ser parte de esta pequeña pero significativa rutina que juntos construimos. 

Espero que sigas acompañándonos durante todo el 2025 porque hoy más que nunca, el mundo nos necesita atentos.


DiploRewind 2024

Marko Sal


El año 2024 está próximo a concluir, dejando una huella indeleble en la memoria colectiva. Será recordado por sus múltiples complejidades: desde una fiesta democrática sin precedentes hasta el recrudecimiento de conflictos internacionales y la creciente erosión del multilateralismo. A continuación, presentamos un DiploRewind de los acontecimientos más importantes de 2024.

Este año representó uno de los mayores desafíos para las democracias del mundo. Más de dos mil millones de personas acudieron a las urnas en más de 70 países, un proceso electoral masivo que, aunque histórico, estuvo marcado por polarización política, violencia interna y señales preocupantes de desgaste institucional. Líderes se fueron, otros llegaron, y algunos consolidaron su permanencia en el poder. Nayib Bukele en El Salvador, Narendra Modi en India, y Ursula von der Leyen en la Unión Europea extendieron el término de sus cargos. En Indonesia, Joko Widodo cedió el mando a Prabowo Subianto, y en el Reino Unido, Keir Starmer sustituyó a Rishi Sunak tras una elección que reflejó un claro deseo de cambio.

En América del Norte, 2024 fue un año atípico. Como ocurre cada 12 años, las elecciones en México y Estados Unidos coincidieron en el calendario, marcando hitos políticos decisivos. En México, Claudia Sheinbaum hizo historia al convertirse en la primera mujer presidenta del país, sucediendo a Andrés Manuel López Obrador. Sin embargo, el proceso electoral fue empañado por niveles alarmantes de violencia, convirtiéndolo en el más violento de la historia reciente. Al inicio del sexenio, la crisis de seguridad y una serie de reformas constitucionales, como la del Poder Judicial, el traspaso de la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional y la eliminación de órganos constitucionales autónomos, encendieron un intenso debate sobre el rumbo del sistema político mexicano, generando preocupación tanto a nivel nacional como internacional.

En Estados Unidos, los errores de Joe Biden y el debilitamiento del Partido Demócrata allanaron el camino para el regreso de Donald Trump a la presidencia. Ni Kamala Harris ni el Partido Demócrata lograron contrarrestar el discurso populista del republicano, quien conectó con un electorado polarizado gracias a promesas de aranceles, deportaciones masivas y un enfoque más aislacionista bajo su ya conocido lema “Hacer América Grande de Nuevo”. Por fortuna, la transición de poder fue pacífica, pero el mundo deberá abrocharse sus cinturones los próximos años, ya que Trump y su gabinete viene más recargado que la última vez que asumió la presidencia.

En el escenario electoral, el autoritarismo también se hizo presente con dos elecciones simuladas. El asesinato de Aleksei Navalni permitió a Vladimir Putin consolidarse como el líder más longevo del Kremlin, mientras en Venezuela, Nicolás Maduro desconoció la victoria de Edmundo González Urrutia, perpetuando su control a pesar de reclamos internacionales sobre las irregularidades electorales. Pese a ello, la oposición venezolana mantuvo viva la promesa de “luchar hasta el final” para restaurar la democracia.

Los Juegos Olímpicos de París fueron un evento a resaltar este año, con motivo de impulsar la unidad entre pueblos a través del deporte. Pero los conflictos internacionales dominaron el panorama global sobre la unidad, Haití quedó sumido en la violencia de pandillas, que desbordaron las capacidades del Estado. El conflicto entre Rusia y Ucrania superó los mil días, agravado por la participación de fuerzas norcoreanas en apoyo a Moscú y el uso de armamento occidental en Kiev, mientras el regreso de Trump a la Casa Blanca sembró incertidumbre en Volodimir Zelenski y en la Unión Europea sobre el futuro del apoyo occidental.

La situación en Oriente Medio se volvió aún más crítica, extendiéndose fuera de la región con enfrentamientos y manifestaciones en diversas partes del mundo. El gobierno de Benjamin Netanyahu enfrentó combates abiertos con Hezbollah —involucrando beepers y la amenaza de una guerra inminente con Irán, país que quedó aún más desestabilizado tras la muerte de su presidente, Ebrahim Raisi, en un accidente aéreo. Al mismo tiempo, Israel quedó aislado internacionalmente, acusado por la Corte Internacional de Justicia, la Corte Penal Internacional y organizaciones como Amnistía Internacional y Human Rights Watch de cometer crímenes de guerra y genocidio. Incluso, por primera vez en la historia, un aliado de Occidente recibió una orden de aprehensión por instrucción de la Corte Penal. Desafortunadamente, el sufrimiento en Gaza alcanzó niveles insoportables, con más de 45,000 víctimas mortales y sin claridad sobre el destino de más de 60 rehenes israelíes que siguen con vida. Además, la caída del régimen de Bashar al-Assad en Siria reconfiguró el tablero regional, otorgando a Turquía un papel predominante en medio de una transición incierta.

El multilateralismo fue uno de los grandes perdedores del año. El Consejo de Seguridad de la ONU quedó paralizado ante la crisis en Oriente Medio, mientras las grandes potencias abusaron de sus vetos como herramientas de bloqueo. Las cumbres ambientales, como la COP16 sobre Diversidad Biológica en Colombia y la COP29 sobre Cambio Climático en Bakú, fracasaron en alcanzar avances significativos. Mientras tanto, la crisis climática siguió intensificándose con fenómenos devastadores como el aumento del nivel del mar, las tormentas DANA en Europa y huracanes severos en México y Estados Unidos, dejando claro que la emergencia climática es una amenaza cada vez más tangible. Y mientras en el G20 de Río de Janeiro los líderes intercambiaban sonrisas diplomáticas, el mundo seguía enfrentando una realidad marcada por tensiones y desafíos.

A pesar del caos imperante, surgieron destellos de esperanza para la democracia global.  A contracorriente de la incertidumbre global, Uruguay se erigió como un ejemplo de estabilidad, donde Yamandú Orsi sucedió Luis Lacalle Pou con una transición pacífica. En Bangladesh, la renuncia de la autócrata Sheikh Hasina dio paso a un gobierno interino encabezado por el Nobel de la Paz Muhammad Yunus, lo que representa una promesa de restauración democrática en el país. Por su parte, en Corea del Sur, la solidez de las instituciones y la coherencia política impidieron que Yoon Suk-yeol concretara su intento de imponer la Ley Marcial y restringir las libertades, lo que finalmente llevó a su destitución.

2024 será recordado como un año en el que las esperanzas democráticas se entremezclaron con la sombra de conflictos, el fortalecimiento de los autoritarismos y la deficiencia multilateral para llegar a acuerdos sobre los temas más agravantes del sistema internacional. El futuro dependerá de cómo la humanidad decida enfrentar estos retos. ¿Qué podría pasar después? Luca te lo cuenta a continuación.

 


2025, Ahí Vamos

Luca Nava


El 2025 se nos perfila como un año clave para la reconfiguración de la política mundial, con avances y modificaciones significativas en áreas como la economía global y la tecnología, y por otro lado, una tanda nueva de elecciones importantes en América Latina. A medida que nos adentramos en este nuevo capítulo del mundo y la sociedad, haremos aquí un párate en tres temas claves: el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca y sus implicaciones comerciales, los impactos de la inteligencia artificial en la geopolítica y las elecciones legislativas y presidenciales en Argentina, Chile y Bolivia.

En Estados Unidos, Donald Trump vuelve a la presidencia con una agenda comercial que muy probablemente tense las relaciones internacionales. El mandatario ha anunciado su intención de imponer aranceles adicionales de entre el 10 al 25% a las importaciones provenientes de México, Canadá y China, lo que podría desencadenar una nueva guerra comercial. Estos dichos no tardaron en generar incertidumbre con respecto a la economía del país en 2025, ya que podrán tener repercusiones importantes en las cadenas de suministro globales, particularmente en sectores como el automotriz y la tecnología. Además, la postura intransigente de Trump podría afectar negativamente las relaciones diplomáticas con sus vecinos del Tratado de Libre Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).

En paralelo, los avances en “inteligencia artificial” están exacerbando opiniones y cambios en el panorama geopolítico. Desarrollos científicos como la creación de una neurona artificial mil millones de veces más rápida que una biológica en China, subrayan el potencial transformador con el que cuenta la IA. Este tipo de tecnologías no sólo pueden redefinir sectores como la defensa y la economía, sino que también tensionan las relaciones entre los países que compiten por el liderazgo tecnológico. Mientras tanto, en Europa y otras regiones, presenciaremos como las regulaciones para garantizar un uso ético y seguro de la IA ganan protagonismo.

Por último, el año que viene en América Latina será un año electoral crucial. En Bolivia, la oposición busca unificar fuerzas para enfrentar al Movimiento al Socialismo (MAS) en las elecciones presidenciales, donde figuras como Jorge Quiroga ya han anunciado su candidatura. En Chile, aunque los detalles de las elecciones aún están definiéndose, se preparan para elegir un nuevo presidente que determinará el futuro de la política en el país. En Argentina, habrá elecciones legislativas, un evento clave para medir el apoyo popular al gobierno actual y los colores políticos del Congreso, en medio de pujas e internas políticas que harán de esta contienda un evento interesante de analizar.

Desde Diplomacia Activa, estamos al tanto de que el 2024 fue un año al que no le faltó emoción y nervios en absoluto. Este 2025 no será la excepción, con las nuevas decisiones comerciales de Trump en la Casa Blanca, los polémicos y resonados debates sobre los límites de la tecnología, y hasta decisivas contiendas políticas en América Latina; tópicos los cuales serán claves a lo largo del año, y sus consecuencias lo serán aún más. 

Te dejamos más contenido para enterarte un poco más sobre qué nos depara el año próximo en estos diversos temas, el mundo nos necesita atentos:

 


Avances de la IA y sus efectos geopolíticos

Estanislao Molinas

Los recientes avances en inteligencia artificial (IA) están transformando el panorama geopolítico mundial, redefiniendo el equilibrio de poder entre naciones. Desde el desarrollo de tecnologías militares autónomas hasta el control de datos estratégicos, la IA se ha convertido en un recurso clave en la competencia global.

Los principales actores en esta carrera tecnológica, como Estados Unidos y China, están invirtiendo sumas millonarias en investigación y desarrollo para asegurar su liderazgo. Las aplicaciones incluyen sistemas de defensa, vigilancia, ciberseguridad y análisis de inteligencia. El control de estas tecnologías ofrece ventajas significativas en el ámbito económico y militar, generando tensiones en la escena internacional.

En el plano regulatorio, la Unión Europea lidera con su propuesta de legislación sobre IA, el AI Act, que busca establecer un marco normativo para garantizar el uso ético y seguro de estas tecnologías. Por su parte, la Casa Blanca ha emitido la Orden Ejecutiva sobre IA Responsable, estableciendo directrices para el desarrollo y la implementación de IA que respete los derechos civiles y la privacidad.

Organismos internacionales como la ONU (Resolución A/78/L.49)  también han comenzado a debatir la creación de marcos regulatorios para evitar que el uso de la IA desestabilice el orden mundial. Sin embargo, los desafíos para lograr acuerdos multilaterales son considerables, dada la complejidad técnica y los intereses nacionales en juego.

Para profundizar en este tema, recomendamos consultar las siguientes fuentes:



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