Saltar al contenido

DIPLORAMA 41

«En distintos ámbitos nos han llegado a acusar de promover discursos de odio, de antidemocráticos o de ser un peligro para los derechos humanos, meramente por tener una opinión disidente. Los mecanismos de gobernanza global ofrecen solo dos caminos. Sumisión, o rebeldía. Bueno, antes que ser esclavos, nosotros preferimos la rebeldía».

Javier Milei, ante el G20

Edición N° 41

Newsletter: Perspectivas Globales
El tablero global, jugada a jugada

Regla 1: El primer latino toma el tablero.
Marco Rubio es el nuevo secretario de Estado de EE.UU., una jugada histórica y estratégica de Trump para mover las piezas en el tablero global.

Regla 2: La partida en Europa sigue caliente.
Tres años después, el conflicto entre Rusia y Ucrania escala a nuevos niveles, con millones de refugiados y amenazas de un desenlace aún más devastador.

Regla 3: Brasil lidera el cambio de reglas.
En la cumbre de Río, Lula da Silva propone reformas clave: más poder para el Sur Global, un impuesto a los más ricos y un enfoque en la sostenibilidad.

Objetivo del juego: Mantenerte al día con las jugadas que están rediseñando el tablero internacional. ¿Estás listo para la próxima ronda?


¿Quién es Marco Rubio?

Luca Nava


El político cubanoamericano Marco Rubio fue designado como secretario de Estado por el presidente electo Donald Trump, marcando un hito histórico como el primer latino en liderar la diplomacia de Estados Unidos. Si bien hasta el momento su fama era producto de sus posturas firmes y una trayectoria marcada por su atención a temas internacionales, Rubio se convirtió en una apuesta estratégica para enfrentar los desafíos de un escenario global envuelto en el conflicto y en el desorden. Luego de una destacada carrera como senador por Florida desde 2011, se consolidó como una de las voces más influyentes del Partido Republicano, especialmente en lo que refiere a asuntos de política exterior. A partir de ahora, cumplirá uno de los roles más importantes dentro del gabinete estadounidense

El futuro secretario de Estado llega al poder con una agenda más que definida: fortalecer alianzas estratégicas, contrarrestar la influencia de potencias como China e Irán, y promover la democracia en América Latina. Podría decirse que su enfoque se define como “pragmático pero firme” en sintonía con los lineamientos que propone la administración Trump. 

En lo que refiere a América Latina, Rubio no ha dudado un segundo en criticar con voracidad los gobiernos de Venezuela, Cuba y Nicaragua, a los que considera regímenes antidemocráticos, insistiendo en que promoverá sanciones y medidas de presión contra líderes que perciba como amenazas a la estabilidad regional. No obstante, es esperable que también busque reforzar la cooperación con países afines a las políticas de Washington, como se expecta que lo haga con Argentina, debido a la afinidad ideológica que mantiene el presidente Javier Milei con Trump, en cuestiones como la cosmovisión de tinte liberal y promercado, además de su rechazo al populismo y al socialismo global. 

En el plano internacional, Rubio ha sido un defensor acérrimo de Ucrania en su lucha contra la invasión rusa. Promovió sanciones económicas contra Moscú e instó a la comunidad internacional a respaldar a Kiev como un baluarte de la democracia europea. Por otro lado, su apoyo a Israel también se presenta como incondicional. El secretario de Estado de esta nueva gestión defendió las acciones israelíes en Gaza y ha reiterado innumerables veces su compromiso con la alianza entre ambos países, sosteniendo que la seguridad de Israel es crucial para la estabilidad de Medio Oriente.

En suma, la llegada de Marco Rubio al Departamento de Estado marca un giro hacia una política exterior un tanto más asertiva, con una agenda que en primera instancia se enfocará en la defensa de la democracia mundial, el fortalecimiento de aliados y la contención de potencias rivales. Su gestión preserva el objetivo primordial de redefinir la posición de Estados Unidos en un mundo cargado de crisis y oportunidades, y en esta nueva aventura diplomática, Rubio carga con la complicada tarea de equilibrar el pragmatismo y la firmeza en un contexto global que se torna cada vez más polarizado y desafiante. 

Te dejamos algunos artículos de interés para informarte más acerca del nuevo secretario de Estado: 


Ucrania: Mil días y cuántos más

Valentina Terranova

Tres años después de aquel 1 de febrero que paralizó al mundo, el conflicto entre Rusia y Ucrania ha dejado una estela de destrucción: millones de refugiados, ciudades reducidas a escombros, soldados movilizados, cumbres diplomáticas, sanciones económicas y nuevos paradigmas sobre cómo se libran los conflictos en el siglo XXI. Aunque la situación ha sido terminante, una nueva escalada del conflicto amenaza con ser aún más devastadora.

Esta semana, Ucrania lanzó por primera vez misiles de largo alcance en territorio ruso, rompiendo la directiva inicial de utilizarlos exclusivamente para defender suelo ucraniano, más específicamente a Kursk. El ataque no tardó en generar temor en las calles de Kiev y con razón. Como represalia, tras el ataque ucraniano, por primera vez en la historia Rusia habría disparado un misil intercontinental contra Kiev, un hecho sin precedentes.  Se trata del primer uso conocido en la guerra de un arma tan potente, con capacidad nuclear y un alcance de miles de kilómetros. 

El punto de quiebre de este conflicto sucedió cuando Estados Unidos aprobó el uso de misiles de largo alcance por parte de Ucrania. Volodímir Zelenski había solicitado esta autorización semanas antes, como parte de su llamado «Plan de la Victoria». Finalmente, la Casa Blanca permitió a Ucrania utilizar misiles tierra-tierra ATACMS, capaces de alcanzar Moscú y otras ciudades cercanas. Sin embargo, la respuesta del Kremlin encendió las alarmas internacionales.

En reacción al anuncio, Vladímir Putin aprobó cambios en la doctrina nuclear rusa, ampliando los escenarios para una respuesta nuclear. Según el nuevo documento, Rusia podría emplear armas atómicas como represalia no solo ante un ataque directo, sino también contra cualquier país respaldado por una potencia nuclear. Además, el texto autoriza una respuesta nuclear frente a ataques masivos con misiles balísticos o drones. De esta forma despertar la ira del Kremlin y el uso del armamento nuclear parece algo simple de lograr. El último ataque ruso demuestra que Putín no está dispuesto a perder esta guerra, pero el evidente fortalecimiento del apoyo internacional hacia Ucrania puede cambiar las reglas del juego.

Para saber más te recomendamos los siguientes artículos:


Una fiesta (incómoda) en Río

Marko Sal

Las principales economías del mundo se reunieron en Río de Janeiro los días 18 y 19 de noviembre para definir nuevas estrategias de gobernanza económica global ante un contexto de creciente incertidumbre. La cumbre, presidida por Luiz Inácio Lula da Silva, presidente de Brasil, culminó con una declaración conjunta que destacó compromisos clave: intensificar la lucha contra el hambre y la pobreza, promover la transición energética y el desarrollo sostenible, imponer un impuesto global a los actores más ricos y avanzar en reformas a las instituciones de gobernanza global. Entre estas reformas se incluye la modernización del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y de la arquitectura financiera internacional, con el objetivo de ampliar la representación del Sur Global en los foros multilaterales.

A la cumbre también asistieron grandes “elefantes” a las salas de deliberación. El escalamiento del conflicto entre Rusia y Ucrania y la intensificación de la violencia en Medio Oriente —imposibles de ignorar para los líderes del G20—, fueron disuadidos por el país anfitrión para evitar discordias en los debates de la cumbre. Esto se reflejó en la declaración conjunta, la cual se limitó a sostener los principios de la Carta de San Francisco para la solución del conflicto entre Moscú y Kiev, además de comprometerse a ampliar la ayuda humanitaria en Gaza y Líbano. La sombra de Donald Trump, cuyo ascenso ha provocado incertidumbre para el comercio global y el multilateralismo climático, también influyó en la declaración de los líderes, en la que se abstuvieron de hacer mención de una transición a los combustibles fósiles, ante una posible retirada de Estados Unidos de este compromiso.

Una fiesta para algunos integrantes del Sur Global y una reunión incómoda para Occidente, el G20 en Río de Janeiro confirma la progresiva erosión del multilateralismo por la perpetuación de conflictos globales y la incertidumbre global provocada por la nueva administración de Trump. Estas reflexiones no solo se han hecho notar en la cumbre de líderes globales, sino también en los engagement groups que forman parte del G20, entre ellos el Think 20 (T20), en el que se reúnen think tanks y expertos para deliberar sobre políticas públicas globales. Para conocer más, entrevistamos a Florencia Rubiolo, quien junto a Insight 21, representó a Argentina en la formulación de recomendaciones en el T20.

¿Te interesa conocer las reflexiones de Florencia sobre la posición del G20 en la coyuntura global? ¡Te invitamos a leer nuestra entrevista! Además, te compartimos las recomendaciones siguientes:



Para el Diploconcepto de esta edición, hemos seleccionado dos episodios de nuestro podcast en Diplomacia Activa. En ellos, exploramos distintas teorías y paradigmas de las relaciones internacionales. Un paradigma, entendido como un modelo explicativo, nos proporciona herramientas clave para analizar y comprender la actualidad.


¿Llegaste hasta acá? ¡Gracias! En Diplomacia Activa respetamos la pluralidad de ideas, comprendiendo que el diálogo es la herramienta para encontrar puntos de conexión y construcción frente a las diferencias. Con este espíritu, aportamos a la libertad, la paz, la justicia y las instituciones sólidas. Apóyanos

Deja un comentario

Descubre más desde Diplomacia Activa

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo