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DIPLORAMA 38

«Es todo un desafío poner a Argentina de pie y que vuelva a contar con el respeto internacional que nunca debió perder».

La ex canciller Diana Mondino al presidente Javier Milei

Edición N° 38

Todos los días tenemos nueva que nos hace barajar y dar de nuevo. Esta semana hubo cambios políticos profundos en el Conosur. Empezamos por Argentina, con la (no tan) inesperada salida de Diana Mondino de la Cancillería y su rápido remplazo.

Seguimos por Uruguay, donde nos preguntamos si las elecciones en este país son aburridas o en realidad son una lección de institucionalidad. Por último, cruzamos el charco para reflexionar sobre el rol de nuestros gobiernos, especialmente en la prevención y manejo de distintas crisis. La DANA es un ejemplo de ello, pero no no justamente por la eficacia de nuestros representantes. ¿Qué pasa cuando el gobierno no aparece? “el pueblo salva al pueblo”.


DANA: lecciones urgentes de una catástrofe climática

Marko Sal


Valencia pasa por un escenario devastador. La Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA), azotó ésta y otras comunidades en España el martes 29 de octubre, dejando un rastro de destrucción material y pérdidas humanas sin precedentes. A la fecha, sus intensas lluvias y graves inundaciones han causado al menos 200 fallecidos y cientos de personas desaparecidas, daños en infraestructura vial y ferroviaria, e incomunicación en varias localidades. Este fenómeno ya es catalogado como la peor catástrofe atmosférica en España en los últimos 50 años.

La situación ha mantenido en alerta a las autoridades y servicios de emergencia del país. El Gobierno español ha desplegado más de 1200 efectivos del Ministerio de Defensa, la Unidad Militar de Emergencias y otras fuerzas para asistir en las labores de rescate y reconstrucción en las áreas más afectadas, como Valencia y Castilla-La Mancha. En su visita a la zona, el presidente de España, Pedro Sánchez, instó a la población de Valencia y zonas cercanas a permanecer en sus hogares, ante el riesgo latente de nuevas inundaciones. 

Por su parte, instituciones de la Unión Europea han movilizado recursos y adoptado medidas para mitigar los efectos de la DANA. Entre estas acciones, destaca la activación del sistema de satélites Copérnico para coordinar los equipos de rescate y el despliegue del mecanismo europeo de protección civil para supervisar una respuesta conjunta a este desastre. “Esta es la dramática realidad del cambio climático, y debemos estar preparados en toda la Unión con todas las herramientas disponibles”, expresó la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, subrayando el cambio climático como un posible catalizador de este histórico fenómeno meteorológico.

Las consecuencias de la DANA han abierto una reflexión sobre la cultura de prevención y la importancia de la coordinación en contextos de desastres. El 25 de octubre, la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) en la Comunidad Valenciana emitió alertas informativas que advertían sobre «lluvias muy fuertes y localmente persistentes, especialmente probables para el martes 29«. A pesar de las advertencias reiteradas, el Gobierno de Valencia, liderado por Carlos Mazón, quien desmanteló la Unidad Valenciana de Emergencias a inicios de año, mantuvo una postura opuesta y argumentó que el temporal se estaba “disminuyendo” al entrar en la comunidad. 

Aunque Mazón afirmó no haber recibido una alerta hidrológica sobre la DANA, el Centro de Coordinación de Emergencias de la Generalitat ya había advertido del riesgo de desbordamiento de un caudal cercano. Para cuando el sistema de alertas “Es-Alert” finalmente notificó a los teléfonos de las personas en la zona de peligro a las 20:00 horas, la crisis ya estaba en marcha. La inoperancia y falta de coordinación entre las distintas instancias gubernamentales agravaron la situación. Sin embargo, la solidaridad ciudadana ha suplido, en gran medida, las carencias en la respuesta de los servicios de emergencia. La coordinación efectiva entre el gobierno y la sociedad civil será esencial para una reconstrucción que brinde mayor seguridad y resiliencia en el futuro.

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¿La estabilidad es sinónimo de aburrimiento?

Luca Nava

El domingo pasado se celebraron las elecciones presidenciales en Uruguay, donde el país vivió una verdadera celebración cívica con una alta expectativa de conocer los resultados electorales que indicarían quien sería el sucesor del presidente Luis Lacalle Pou por los siguientes 5 años. En este contexto, el candidato opositor Yamandú Orsi, del Frente Amplio, lideró este primer encuentro con el 43,9% de los votos, pero enfrentará a un poderoso desafío para la segunda vuelta del 24 de noviembre con el oficialista Álvaro Delgado, que obtuvo el 26,7%. Aun así, a pesar de la expectativa que se gestará de acá a un mes por conocer los próximos resultados, todos podemos inferir lo mismo: en Uruguay, gane quien gane las próximas elecciones, todo seguirá más o menos igual.

Para entender por qué se piensa esto de las elecciones en Uruguay, debemos tener en cuenta que las figuras disruptivas que exacerban la polarización, que agravian a sus rivales y tensionan el sistema institucional no tienen lugar en su sistema político. Podemos notar un diferencial clima de clivaje político con lo que fueron las elecciones presidenciales argentinas del año pasado que enfrentaron a candidatos tan disímiles como Javier Milei y Sergio Massa, caracterizados por las campañas de desprestigio y las acusaciones personales, de ambos lados de la grieta.

Por otro lado, el mundo entero ahora mismo está pendiente a las elecciones de Estados Unidos, donde Harris y Trump se enfrentarán en un contexto de exacerbada violencia política y ansiedad sobre el futuro de esa democracia. Después de todo, estas aburridas elecciones pueden explicar que hoy Uruguay figura al tope de América Latina en todos los rankings sobre la calidad de la democracia y los indicadores de desarrollo humano. Quizá, como destaca el politólogo peruano Alberto Vergara, la constancia y el pluralismo político son factores clave en el progreso uruguayo y no un motivo de aburrimiento, y podrían servir como ejemplo para los sectores políticos internacionales más turbulentos.

En síntesis, el Frente Amplio no pierde las esperanzas de mantener su postura y captar a los indecisos para consolidar una mayoría en los resultados. No obstante, no debe perder de vista el hecho de que el Partido Nacional, alineará sus fuerzas con el Partido Colorado (tercer partido más votado) para el balotaje, lo que deja al oficialismo con un 48% de los votos contra el 44% del Frente Amplio. En un mes los resultados dirán quién tiene la razón, mientras tanto, en Uruguay no pasa nada. 

Te invitamos a seguir enterándote un poco más sobre las elecciones de Uruguay:

También destacamos algunas reflexiones interesantes sobre esta contienda política: 


Cambios en la Política Exterior Argentina

Tomás Peña y Estanislao Molina

Argentina atraviesa actualmente un cambio inesperado (o quizás esperado) en su política exterior: Diana Mondino, designada por el presidente Javier Milei para dirigir las relaciones exteriores, será reemplazada por Daniel Werthein, empresario y diplomático experimentado. Este reemplazo refleja una adaptación estratégica en la agenda de Milei, que ahora apunta a fortalecer la relación con Estados Unidos y ajustar su postura sobre China.

La gota que rebalsó el vaso se produjo en el marco de la votación sobre la resolución N° 32 sobre el embargo estadounidense a Cuba, que obtuvo el apoyo de 187 países, incluyendo Argentina, en respaldo del fin de las sanciones impuestas desde 1962, durante la administración de John F. Kennedy. Aunque la resolución no es vinculante, desde 1992 refleja el rechazo de la comunidad internacional hacia la política de Estados Unidos, argumentando que el embargo se ha convertido más en un crimen de genocidio que en una medida contra la dictadura de Miguel Díaz-Canel.

Werthein, su sucesor, con una destacada trayectoria en negociaciones y vinculación comercial, podría aportar un enfoque más pragmático, particularmente en áreas de inversión y cooperación tecnológica. Su nombramiento abre interrogantes sobre el futuro de las alianzas argentinas, especialmente en un contexto global de tensiones geopolíticas.

Para conocer más sobre el trasfondo de este cambio y sus implicaciones, te invitamos a leer el artículo completo en Diploactiva.


Un Juego de Influencias y Consecuencias en el Contexto Argentino

El bloqueo comercial es una herramienta de presión económica que los Estados utilizan para influir en la política de otros países. Aunque inicialmente surgió como una forma de sanción unilateral, en la actualidad se ha transformado en un mecanismo estratégico dentro de un mundo globalizado e interdependiente. Joseph Nye, teórico del poder blando, sostiene que estas medidas no solo impactan en la economía, sino que también afectan aspectos culturales y sociales de las naciones sancionadas. Los bloqueos comerciales pueden imponer restricciones en el acceso a bienes esenciales, tecnología y financiamiento, alterando el desarrollo interno y la estabilidad de los países.

Este tipo de sanciones se encuentra en constante debate, especialmente en economías emergentes, donde las alianzas estratégicas se vuelven clave. Países como Argentina enfrentan el dilema de mantener relaciones comerciales con potencias como China o Estados Unidos, sabiendo que cualquier decisión puede desencadenar restricciones comerciales o limitaciones de crédito. Según Dani Rodrik, el bloqueo es “una negociación forzada” que obliga a los países a tomar partido en escenarios complejos y de alta interdependencia.

En última instancia, el bloqueo comercial es una manifestación de “weaponized interdependence,” como la describen Henry Farrell y Abraham Newman: una forma de manipulación en la que los países usan redes económicas para moldear las decisiones de otros. Así, los bloqueos comerciales no son solo una herramienta de control, sino un reflejo de la tensión y el juego de poder en el escenario internacional.


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