El caso Netanyahu pone a prueba a la Corte Penal Internacional con su propio límite: juzgar a los poderosos. Entre la justicia universal y la política de los aliados, La Haya se juega su legitimidad y el futuro del derecho penal internacional.
La promesa de la protección estadounidense de Occidente está en juego. China busca minar la confianza en esa estrategia, que depende de la fe en el poder y la determinación de Washington. Si los aliados perciben dudas o debilidad, el compromiso de Washington pierde peso. En este juego global, cada movimiento militar o declaración pública cuenta. Incluso el gesto más pequeño puede revelar firmeza, pero también incertidumbre.
Originalmente pensada como una constitución provisoria, la Ley Fundamental alemana se encuentra en vigor desde hace setenta años, teniendo una gran reputación a nivel internacional y siendo un orgullo nacional. Por Francisco Sánchez Giachini