Barbie, una controversia color rosa
Por Axel Olivares
Pocas figuras han reunido el papel de arquetipo cultural, blanco de críticas de manera simultánea y a lo largo de tantos años. Es posible que esa contradicción sea propia de una sociedad en permanente evolución donde la muñeca de plástico sea un reflejo de la misma a tener en cuenta.

Uno de los films más esperados del año gira en torno a una de las figuras más controvertidas de la cultura pop a los ojos de una sociedad en constante cambio. La muñeca más reconocida a nivel global tiene nuevamente relevancia por la película que próximamente se estrenará en los cines, lo que demuestra la persistencia de uno de los productos culturales con mayor éxito en la industria del entretenimiento.
“Barbie” (2023) dirigida por Greta Gerwing, contó con una campaña de marketing sin precedentes en la historia de Hollywood. Desde la ‘Casa de los Sueños’ en Malibú disponible para alquilar, el lanzamiento de consolas Xbox teñidas de rosa hasta los atuendos de Margot Robbie en las incontables Avant Premiere que rinden homenaje a los icónicos diseños de la muñeca. La campaña ha creado tantas expectativas que se estima una recaudación de entre 80 y 100 millones de dólares en las primeras semanas. La película, el primer live-action de la franquicia, promete abrir un nuevo capítulo en el universo Barbie ofreciendo una mirada diferente a la estereotipada ‘rubia superficial’.
El origen de la muñeca Barbie se remonta a 1959, cuando Ruth Handler le propone a su esposo y cofundador de la empresa Mattel, crear una muñeca con forma adulta que rompa con las formas infantiles de las muñecas dirigidas a las niñas. Su imagen estilizada y a la moda la hicieron en poco tiempo un icono cultural y un éxito en ventas. Su historia ficticia acarreó toda una serie de elementos y personajes que se sumaron al ‘elenco Barbie’, tales como su novio Ken.
“Barbie es, por supuesto, la reina de nuestra cartera de productos. Y, hasta cierto punto, un indicador de cómo está funcionando Mattel” afirmó a EL PAIS, Richard Dickson, presidente y director de Operaciones de Mattel. La marca ha enfrentado altos y bajos a lo largo de su historia siendo su punto más bajo en 2014. Los años siguientes no fueron mejores debido al cierre de Toys ‘R’ Us (su principal juguetería distribuidora), lo que provocó números aún más preocupantes. Sin embargo, Barbie salió a flote y alcanzó un pico de ventas histórico en 2021 con un total de ingresos de 1.700 millones de dólares realzando progresivamente sus activos.
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No obstante, su figura nunca estuvo exenta de controversias. Desde sus comienzos, la creadora quería una muñeca que pudiera representar a las niñas en una etapa más madura de sus vidas, pero las madres no estaban dispuestas a comprarles una muñeca que tuviera senos a sus hijas. Sin embargo, el auge de la publicidad televisiva de principios de los sesenta hizo de Barbie un éxito comercial dentro del público infantil. En los años venideros, la muñeca se adaptó a los cánones culturales de la época. “A medida que pasaba el tiempo, siempre estaba en la cúspide de lo que podemos llamar la conversación cultural. En los sesenta, Barbie representó muchas de las aspiraciones de lo que estaba sucediendo. Empezó a tener estudios y su ropa representaba la carrera que las niñas podían imaginarse desarrollando. Y a medida que el tiempo avanzó, también lo hizo Barbie y su estilo” afirmó el presidente de Mattel.
“Cómo perder peso: no comas”
Era el consejo que traía el mini manual del kit de accesorios de la muñeca de 1963. Las principales críticas a Barbie fueron que promovía una figura corporal inalcanzable para las consumidoras en plena etapa de desarrollo, lo que podría traer como consecuencia problemas alimenticios. Por otro lado, la muñeca fue acusada de suscitar un comportamiento sexista que estigmatizaba a la mujer designándole gustos e intereses superficiales. No obstante, Mattel ha estado atento a todos estos reclamos y ha mantenido a su producto en constante reconversión, lo que, podría decirse, lo ha convertido en un ‘producto espejo’ de la sociedad occidental y sus mutaciones. Como cuando, años después de la declaración de la ley de Derechos civiles en los Estados Unidos, salió a la venta la ‘Barbie afroamericana’, la muñeca escapaba por momentos de sus orígenes caucásicos pero sus rasgos estandarizados de la original hicieron que la empresa reflexionara acerca de la representación de las diferencias étnicas.
Expresiones polémicas como “¿Tendremos alguna vez suficiente ropa? o «¡La clase de matemáticas es muy difícil!» que las Barbies parlantes decían hicieron que la muñeca fuera criticada por varias asociaciones feministas en EE UU. Como resultado la empresa se vio obligada a volver a repensar la imagen de su figura estelar. Mattel se dio cuenta que para permanecer en el mercado debía vivir en un constante ‘tire y afloje’ entre las exigencias de una sociedad cambiante y un producto que inevitablemente funciona como arquetipo social.
” ¿Por qué Barbie perdió relevancia?», se preguntó el presidente y director de Operaciones de Mattel por la caída histórica de ventas en 2014. «No reflejaba el aspecto físico del mundo que nos rodea. Así que pusimos rumbo a una verdadera transformación de la marca con un manual de estrategias en torno a reavivar nuestro propósito». Fue así que con el tiempo la figura de Barbie fue ampliando sus ediciones acordes a las extensas diferencias que abarcan a una sociedad. Hoy la muñeca viene en cuatro tipos de cuerpo y nueve tonos de piel. Además, también se encuentran en el mercado Barbie con prótesis, en silla de ruedas, con vitíligo, con dispositivos auditivos y con Síndrome de Down.

Barbie: una actora internacional
¿Por qué una actora internacional? Porque su producción no pasa desapercibida. Su figura se ha constituido como una referencia a la mujer contemporánea que la sociedad se encarga de evaluar y legitimar. La aceptación de la figura de plástico ha diferido en cada nación e influyó en mayor o menor medida en sus culturas, lo que llevó a las autoridades a verla muchas veces como una ‘embajadora del Tío Sam’.
El nuevo film parece ir por un mismo camino al ser objeto de controversia internacional. Hace días se conoció la decisión del gobierno de Vietnam de prohibir el largometraje en su país al considerarlo ofensivo por mostrar en una escena la “línea de nueve rayas en forma de U” sobre el mar de la China Meridional. Vietnam mantiene desde hace tiempo una disputa con China por la soberanía de estas aguas territoriales de gran relevancia en materia de recursos energéticos.
Históricamente, sociedades ajenas a la mercadotecnia estadounidense vieron a esta figura como una oportunidad de ejecutar poder blando en sus naciones. En 2003, el Comité de la Propagación de la Virtud y Prevención de la Depravación consideró a Barbie una ofensa a la interpretación saudí del islam. «Las muñecas Barbie judías, con su ropa reveladora y posturas, accesorios y utensilios vergonzosos, son símbolo de decadencia del pervertido mundo occidental. Tengamos cuidado de sus peligros y estemos prevenidos» decía el sitio web del comité árabe. En Medio Oriente, países teocráticos como Irán han creado alternativas a la popular muñeca que llevan un velo para que se adapten a las reglas del islam y así evitar la influencia occidental.
Barbie ha trascendido las fronteras y los límites de la industria de juguetes para convertirse en una ‘actora internacional’ cuyo grado de autonomía le ha dado la posibilidad de filtrarse en diversos ámbitos culturales. Los ojos del mundo se encuentran atentos a cómo Barbie representará a la mujer del hoy y del mañana. En 2018, en el día internacional de la mujer, Mattel lanzó una línea de Barbies inspirada en personalidades femeninas como Frida Kahlo o Amelia Earhart. Pero los cuestionamientos llegaron una vez más, con el modelo de la pintora mexicana, no solo por derechos de imagen sino también por dudas con respectos a su semejanza poco convincente.

Y ahora, después de una gran franquicia que se extendió a todo tipo de mercado, llega por primera vez el live-action ¿Qué puede tener de particular además de eso? Durante épocas difíciles que incluyen la guerra en Ucrania, los avances tecnológicos, el cambio climático o la inflación, uno se pregunta por su propia existencia.
Barbie también puede hacerlo ¿por qué no? “¿Alguna vez piensan en la muerte?”, se pregunta Barbie desde una faceta existencialista inédita. La película promete una coalición entre el universo utópico rosa y una realidad muchas veces desalentadora lo que significaría una nueva etapa de la muñeca en su misión de ir a la par del imaginario colectivo.
Axel Olivares (Argentina): Estudiante de Comunicación Social, Universidad Nacional de Cuyo.
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