La ONU aprobó un esquema de gobernanza y seguridad sin precedentes para Gaza. Pero entre tutela internacional, desarme forzoso y soberanía en suspenso, la pregunta kantiana persiste: ¿Estamos ante el inicio de una paz duradera o ante una arquitectura temporal destinada a fracturarse?
En un contexto de tensiones crecientes entre potencias y de fragmentación del comercio global, la geoeconomía busca comprender cómo las estrategias económicas se transforman en instrumentos de poder político y cómo la rivalidad internacional redefine las reglas del sistema multilateral.
Mientras Occidente interpreta la debilidad como derrota, Rusia la transforma en táctica. Entre sanciones, aislamiento y guerra, Moscú redefine el concepto de poder.
La cumbre Trump–Putin en Alaska y el posterior encuentro en la Casa Blanca con líderes europeos mostró que la diplomacia ya no se juega en dos niveles, sino en múltiples tableros constantemente.
La Unión Europea pretende tener su propio asiento en la mesa, pero en la reunión entre Donald Trump y Vladimir Putin, apenas consigue una llamada telefónica. Entre débiles promesas de paz y el riesgo de que la cumbre se convierta en show personal, la seguridad de un continente entero pende de la diplomacia improvisada y los gestos calculados de dos líderes que rara vez consultan el reglamento.