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Inteligencia artificial y trabajo: ¿El futuro es el desempleo?

Por Alejo Guaycochea

La “Fiebre de las Inteligencias Artificiales” inició con el lanzamiento público de Chat-GPT 3 de OpenAI y ha desencadenado innumerables dudas y cuestionamientos hacia estas nuevas tecnologías, el principal debate en la actualidad es cómo afectarán estas a los empleos en el futuro y cuáles son los riesgos para la población.

Ilustración | Por Ana Paula Duran, Diplomacia Activa

¿Por qué ahora?

Hace años que el sector de las Inteligencias Artificiales crece a pasos agigantados, pero no fue hasta finales de 2022 que se lanzó al público Chat-GPT 3, un modelo de lenguaje capaz de interactuar con todo el público de forma abierta y sobre diversos temas, tema que llegó a estar en boca de todos en solo días. Pero esta no fue más que la primera de una innumerable serie de inteligencias que se lanzaron al mercado en el último año. Estas nuevas IA han demostrado la forma en que pueden verse revolucionados sectores como la creación de imágenes digitales, la redacción de textos o creación de música entre otros.

La sorpresa del público hacia las capacidades de respuesta de estas inteligencias suscitó debates alrededor de las implicaciones éticas y peligros de su uso. Sectores académicos y de todos los niveles de enseñanza denunciaron el uso indebido de las mismas por parte de estudiantes y autores; artistas presentaron denuncias alegando robo de propiedad intelectual por obras extrañamente similares a las suyas creadas por IA’s.

A la par de las dudas sobre el impacto de estas tecnologías, se ha producido una despiadada competencia por el desarrollo y lanzamiento de nuevas IA que han polarizado las discusiones y a la vez muestran a los sectores empresariales y productivos las ventajas y el potencial de cambio que pueden brindar a sectores económicos.

 Los temores y especulaciones alcanzaron el punto en el que 1000 expertos en IA y otros sectores de tecnología firmaron una carta en la que se pedía un freno al desarrollo de inteligencias de alta complejidad por 6 meses para evaluar regulaciones necesarias hacia el sector. Al mismo tiempo los organismos gubernamentales de los países como Estados Unidos, la Unión Europea y Reino Unido evalúan ya desde hace meses o años cuales deben ser las regulaciones a imponer hacia el uso y capacidades de las IA sin una respuesta efectiva hasta el momento.


Pero, ¿Cuál es el impacto real en el campo laboral?

Como suele suceder en muchos de los avances tecnológicos que se dan a conocer en fases tempranas de desarrollo, las polémicas y proyecciones sobre sus efectos son discutidos antes de la aplicación de estos en el mundo laboral. Lo que en la actualidad ha dado lugar a especulaciones y grandes debates. Por fortuna, en los últimos años han surgido múltiples estudios sobre el impacto de las inteligencias artificiales en el mundo del trabajo.

La mayoría de estos son realizados por grandes consultoras internacionales, que concuerdan en que el 80% de los trabajos globales verán afectados sus trabajos en los próximos años por el uso de IA’s, algunos de ellos de forma parcial o total. Afirman que al menos el 50% de la población mundial complementará su trabajo con inteligencias artificiales viendo automatizada parte de su carga de trabajo, pero continuando en sus puestos laborales, con parte de su tiempo liberado para actividades más productivas, permitiendo un aumento en la productividad

Los estudios además indican que, a escala mundial, aproximadamente sólo una quinta parte del trabajo podría ser reemplazado por la IA de forma total, al ser estos puestos dedicados a la realización de tareas repetitivas. Esto se debe al hecho de que las IA son capaces de realizar tareas repetitivas de forma automatizada en un breve periodo de tiempo, pero no han alcanzado a desarrollar características que permiten suplantar capacidades creativas y de resolución de problemas a través del pensamiento crítico.

A la par del desarrollo de las AI, se crearán cantidades mayores de empleos en áreas de mantenimiento y desarrollo de estas tecnologías. Los mercados de trabajo más afectados serán los de economías desarrolladas debido a la automatización en plantas de producción industrial. El impacto en las economías en desarrollo será menor por la dificultad en el reemplazo de trabajos manuales específicos y artesanales que representan en estos países una mayor proporción del empleo.


Fuente | El Cronista
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¿Qué podemos esperar entonces?

En un análisis general de los datos, estas nuevas tendencias en el trabajo tenderán a funcionar de forma coordinada con otros cambios ya existentes, como lo son la implementación en países con altos índices de desarrollo de la jornada laboral reducida. Esta promueve la menor cantidad de días u horas laborales manteniendo índices de productividad iguales o superiores al de jornadas más extensas, esto permitirá plantear que los trabajos actuales no desaparecerán con el ingreso de inteligencias artificiales, sino que serán más eficientes y necesitan menor cantidad de horas para llevarse a cabo.

Otras corrientes que pueden recibir grandes impulsos debido a estos cambios son aquellas llamadas economías naranjas, es decir actividades relacionadas con la creatividad y la generación de nuevos conocimientos, áreas en las que las tecnologías aún no son capaces de igualar el desarrollo de la mente humana y están muy lejos de lograrlo.

Es por esto que las afirmaciones sobre la gran falta de empleos que se dará tras este gran avance tecnológico distan de la realidad, e incluso se dieron durante la primera revolución industrial en Inglaterra allá por 1760 y resultaron siendo falsas. Prueba de ello son también países como Alemania o Estados Unidos, quienes aún con tasas de robotización del 6% anual mantienen tasas de desempleo bajas y que se reducen año a año.

Lo que vivimos en la actualidad es una transformación de la forma de trabajo donde no se verán recompensados los trabajos que dependen de una repetición eterna de acciones durante largos periodos de tiempo, sino aquellos donde se logren aportes significativos de valor en sus actividades.


Alejo Guaycochea (Argentina): estudiante de Relaciones Internacionales, Universidad de Congreso.

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